Cero en juego

Hernán Peláez Restrepo
08 de noviembre de 2017 - 03:00 a. m.

Gran cantidad de seguidores de Santa Fe y América campo en buena condición, un juez —Roldán— calificado como el mejor y dos equipos con diferentes obligaciones que se reflejaron totalmente en el terreno de juego. Pero no hubo juego.

Primer tiempo con muchas interrupciones, faltas y escasas acciones de conjunto. Ver tres pases de balón seguidos pareció imposible. Ni siquiera hubo necesidad de gimnasia cervical, que se da cuando se va y viene a lo largo de la cancha.

Porque en todo el partido, el afán para llegar al gol fue de Santa Fe. Tanto así que solamente en el final, William Arboleda, en dos movimientos, consiguió arrimarse al arco de Róbinson Zapata, quien resultó ser un espectador más.

Entendible lo del América, que se aferra a puntos para permanecer en la categoría. Santa Fe se equivocó mucho queriendo ingresar por la zona derecha de Ánderson, pero sin que nadie ayudara a Morelo, quien fue el más luchador del local, peleando bravamente ante Hérner y compañía. Si se diera un premio a la combatividad, lejos lo conseguiría Wilson Morelo.

Faltando 15 minutos para llegar a los 90, el ingreso de Ómar Pérez parecía dar una esperanza a los santafereños. No hubo tal. Y eso que casi consigue un gol olímpico, salvado por el arquero americano. Tal vez le faltaron minutos a un jugador que sabe jugar y definir.

América se apegó a un esquema, no digo especulativo, sino de esperar y esperar. Sin salida por sus laterales e intentando en el mediocampo asegurar el empate. De ahí la obligación y el empuje de los cardenales. Lo cierto es que no hubo goles y mucho menos juego.

Uno, América, esperando. El otro, sin luces para obtener siquiera un gol. Y eso que Valencia dispuso de por lo menos tres tiros libres para exhibir su condición de buen cobrador. Creo que en esos remates muchos lamentaron que no estuviera Ómar Pérez.

Al juez Roldán parece haberle afectado lo que pasó con él en el Lanús-River, el síndrome del VAR lo acompaña por estos días. Claro que sólo hubo un reto arbitral: una mano de un defensa del América en la inicial, que él consideró involuntaria. Por lo demás, deuda no queda como tal con los hinchas. América se llevó un punto que le servirá para la supervivencia y Santa Fe, prendido en la zona superior de la tabla, obligado en las finales a conseguir la forma de aprovechar la movilidad e intensidad de Morelo.

 

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