Chimérica, ¿ya empezó el fin?

Juan Carlos Gómez
21 de mayo de 2018 - 02:00 a. m.

Desde fines del siglo pasado, China y Estados Unidos, a pesar de sus profundas diferencias, empezaron a construir una simbiosis comercial de la que dependen hoy en día, en buena parte, sus respectivas economías. Precisamente el término “Chimérica”, acuñado por el historiador Niall Ferguson y el economista Moritz Schularick, denota ese forzado ayuntamiento entre los dos países, el cual, a pesar de su trascendencia, siempre está expuesto a los vaivenes de la geopolítica.

El último episodio fue el anuncio de sanciones por parte del Departamento de Comercio a ZTE Corp., empresa china fabricante de equipos electrónicos de telecomunicaciones, debido a que habría violado la prohibición de vender productos con componentes de empresas de Estados Unidos, a países sujetos a embargo, como Corea del Norte, Siria, Cuba, Irán y Sudán. Como consecuencia de las sanciones, ZTE no podrá tener acceso durante siete años a insumos esenciales provistos por empresas de Estados Unidos –por ejemplo, Intel y Qualcom–. Esto llevaría a la desaparición de ZTE.

El anuncio de la sanción generó una airada protesta del gobierno chino y podría implicar retaliaciones en contra de empresas estadounidenses, además de afectar el acuerdo de desnuclearización con Corea del Norte. Por esa razón, el propio presidente Trump ya habló de buscarle alguna salida al futuro de ZTE para salvar a sus 75.000 empleados. El caso de ZTE se suma al bloqueo por parte de operadores de telecomunicaciones –como AT&T, Verizon y T-Mobile– a la utilización de equipos de red fabricados por Huawei, por razones de seguridad nacional.

Mientras tanto, en medio de esta “guerra fría” tecnológica, China con paciencia y firmeza va camino a liberarse de la dependencia tecnológica de Occidente. Tarde o temprano lo logrará.

Como lo relata Bloomberg Businessweek en su última edición, tal vez ya comenzó el final de Chimérica. El gigante asiático tiene la ventaja de que su sistema político no está sometido a los vaivenes electorales que padecen las democracias occidentales. Su presidente, Xi Jinping, acaba de asegurarse muchos años más en el poder, lo cual asegura consistencia y estrategia en su rumbo como potencia global, algo que perdió Estados Unidos desde la llegada de Trump al poder.

@jcgomez_j

 

 

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