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Claudia y sus dos pandemias

Sergio Ocampo Madrid
25 de enero de 2021 - 01:59 a. m.

Voté por ella, lo anuncié públicamente en una columna, y lo volvería a hacer, lo uno y lo otro. Creo que Claudia López es una reserva moral en la política de este país, así como los Verdes son una alternativa moderna y honesta de transformación sustancial, en el horizonte de una ética nueva y una nueva vía.

Hacer un balance objetivo sobre el primer año de la alcaldesa no es fácil, porque de estos 12 meses casi diez fueron terriblemente atípicos, y la pandemia atravesó de arriba abajo toda la agenda pública en el mundo entero. En el caso de Claudia se dio justo a los dos meses de asumir el cargo, con lo cual algunos interesantes programas dentro del contrato social del Plan de Desarrollo, como el de las Manzanas de Cuidado (alternativas de expansión mental y anímica a las mujeres responsables de las labores domésticas y de crianza), o el de renta básica a sectores más vulnerables como viejos y jóvenes no escolarizados, no alcanzaron a ser conocidos o se confundieron con los giros de emergencia a familias en pobreza crítica por el encierro obligatorio.

Pero ese balance también es difícil porque la política colombiana está muy envilecida y terminó imponiéndose una lógica de no dejar hacer, agigantar los desaciertos del otro y minimizar los éxitos. Es la dialéctica Petro-uribista para llegar al poder o para eternizarse en él. Es otra pandemia, y sin vacuna a la vista.

Coronavirus y pugnacidad política fueron entonces los dos factores que marcaron este año inicial de Claudia López. Y fueron, respectivamente, lo que más me gustó y lo que menos de este tiempo con ella frente al timón de Bogotá.

Veo providencial que a un personaje como ella, con acento humanista, de respeto a la vida, compromiso social, le haya correspondido manejar la terrible crisis del COVID-19. Su actitud decidida desde el comienzo forzó a un gobierno nacional vacilante y errático a tomar decisiones urgentes. La situación hoy, con el segundo pico de la pandemia, es dramática pero el sistema de salud no ha colapsado y todo indica que no va a pasar. Claudia aprendió de modo efectivo y rápido las distintas lecciones para terminar encontrando unas difíciles líneas medias con la salud en prioridad pero sin arrasar la economía, con los naturales descontentos y en una ciudad con una informalidad rampante (social, económica, cultural) que complica todo. En septiembre, Forbes le reconoció su buen manejo de la pandemia.

En el inicio de la cuarentena fue necesario, y oportuno, enfrentarse con el presidente, hacerle el llamado de atención por sus demoras en decisiones como el cierre de aeropuertos y otras medidas. Ella reaccionó con agilidad y desde su simulacro de marzo, con el cual iniciaron realmente los encierros totales, el gobierno nacional pareció ir a la zaga en todo lo que vino.

Fue enorme, valiente e histórico que se enfrentara a la Policía luego de los hechos criminales del 9 y 10 de septiembre cuando uniformados abrieron fuego contra manifestantes en protesta por el homicidio de un hombre en un CAI. Ahí Claudia se distanció de la actitud cómplice de su predecesor, Enrique Peñalosa, quien un año antes solo ayudó a confundir con sus teorías de complot contra Bogotá para justificar los atropellos del Esmad en las marchas de noviembre de 2019. Fue muy bello y asertivo hacer homenaje y pedir perdón a las víctimas de la Policía pero fue innecesario ponerle una silla vacía a Duque por su inasistencia y responderle que “el reconocimiento y el perdón no se delegan”. ¿Válido?: sí; ¿alguien debía decirlo?: sí, pero mucho mejor un agente político activo y sin responsabilidades administrativas. Los verdes en el Congreso, por ejemplo.

Lo mismo puede decirse del pronunciamiento contra el Gobierno por la intención de prestarle a Avianca 370 millones de dólares. ¿Cabía señalarlo como inconveniente y hasta inmoral?: sí pero mucho más para un parlamentario que para un alcalde de Bogotá. En ocasiones, por la agenda misma, por las circunstancias, un mandatario local tiene que chocar con el Gobierno o con los políticos; en el caso de Daniel Quintero, de Medellín, era inevitable hacerlo.

En el caso de Claudia, la mayoría de veces no era necesario y le ha acarreado varios efectos adversos, y la sensación de que ella está haciendo más política para el futuro que gestión para hoy. Es que exceptuando el buen manejo de la pandemia no es mucho lo que ha podido mostrar (comprensible si su programa se volcó forzosamente hacia la salud como gran prioridad). Inclusive los indicadores de ejecución no la favorecen, sobre todo los de movilidad, campo en el que su propuesta es muy ambiciosa, pero en el que la falta de claridad sobre la séptima sigue siendo un gran lunar.

Esa apuesta por la confrontación política, injustificada e inconveniente la mayoría de las veces, tuvo un nuevo episodio este jueves cuando trinó: “El trumpismo, el populismo más ramplón, divisivo y virulento no pudo prevalecer en USA. Las dos vertientes del trumpismo criollo tampoco prevalecerán”. Puñetazo a Uribe y a Petro, justamente los dos extremos que iniciaron procesos de revocatoria en su contra, y con los que sostiene una pugna que ella no inició, pero que sí les compró a ambos.

Esa dificultad para esquivar peleas, unida a un temperamento y un estilo muy fuertes les ha facilitado a sus enemigos terminar vendiendo una caricatura de ella como mujer histérica, peleadora, inclusive autócrata. Matador, un enconado y consistente enemigo, la pinta así varias veces al mes. Esa belicosidad ha permitido también que cualquier error de su parte, como esa mala decisión de hacer públicas sus vacaciones y salir del país, sea agrandado hasta niveles de exageración. Así, cuando Duque cumplió su primer año, una muy indulgente revista Semana le dio portada y tituló “Año de aprendizaje”, como si la presidencia fuera un ámbito al que se puede llegar a aprender. La alcaldesa cumplió un año recién, y esa misma revista no le dio portada a una de las noticias más importantes del siglo XXI, el asalto al Capitolio en Washington, sino a ella para titular “Claudia se equivocó” y armar un informe sobre la primera autoridad de Bogotá en vacaciones mientras la ciudad se quedaba sin camas en las UCI.

Yo no voté por Claudia para que se agarrara semanalmente con Álvaro Uribe, por intermedio del presidente junior, y cada mes con Gustavo Petro. Voté por una Bogotá menos hostil, más incluyente, diversa, equitativa, menos corrupta y por la esperanza de un liderazgo en crecimiento y maduración. Aún quedan tres años.

 

Alberto(3788)25 de enero de 2021 - 11:59 p. m.
De acuerdo en varios aspectos, fundamentalmente en su papel de líder en el comienzo de la pandemia y en su actitud ante los asesinatos de la policía. No voté por ella por su elogio absurdo a Fajardo en una contienda local ni por el que señaló otro seudo mesías, "el que dijo...", lo hice en blanco. No fue confiable en: Transmilenio por la 68-100 y por la 7, incumplió promesa explícita. NO a REVOCAR
Jaime(96560)25 de enero de 2021 - 11:09 p. m.
De qué habla el columnista? Claudia incumplió sus grandes propuestas de campaña (metro, transmilenio y VanderHamen). En la pandemia no fortaleció el sistema distrital de salud, aprobó la demolición de un hospital y se gastó un poco de plata en corferias.
Manolo(28150)25 de enero de 2021 - 09:43 p. m.
REVOCATORIA YA a esta gritona e inepta alcaldesa. Lo único que ha hecho es politiquería para posicionarse como candidata presidencial en el 2026 y, sobre todo, llevarle la contraria al gobierno de Duque. Han sido tan desastroso su mandato, que Bogotá es la ciudad con mayor número de contagiados y decesos. Ah, y de corrupción ni hablar, ¿Dónde están las 4,000 UCI que prometió?. AVERIGUELO VARGAS
humberto jaramillo(12832)25 de enero de 2021 - 07:05 p. m.
nos harían un gran favor revocándola, así la habilitarían para presentarse como candidata a la presidencia en el próximo período.
Ricardo(18022)25 de enero de 2021 - 05:02 p. m.
Cierto es q sobre este país, sus gentes, se perdió toda esperanza. Pasa con periodistas y formadores de opinión q no han sido capaces de hacer una crítica a cluadia, no digamos a la aún prematura gestión, sino a su proceder demostrado, hasta más, q es contradictorio. No es menor su vioalacion a la cuarentena a sólo días de haberla implementado y sus viajes cuando demanda a otros q no lo hicieran
  • Ricardo(18022)25 de enero de 2021 - 05:06 p. m.
    De la Columna se desprende que lo único que ha hecho bien claudia es oponerse al trágico gobierno de Uribe duque. Algo más para mostrar? . Este columnista me trae a memoria la defensa numantina en la q anda la periodista cecilia orozco de claudia, a la cual su cacareada independencia no le alcanza para cuestionar a la alcaldesa. Nada q hacer cada uno atrincherado en la defensa de sus políticos
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