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Colombia: ni de izquierda ni de derecha, de centro

Juan Manuel Ospina
05 de noviembre de 2020 - 03:00 a. m.

A juzgar por los titulares de prensa y las noticias radiales catastrofistas, en Colombia estamos ad portas de una guerra civil. Otra cosa piensan los “ciudadanos de a pie” en la ancha Colombia, cuyas opiniones se alimentan de la realidad concreta del día a día —con sus sueños, problemas y rabias—, realistas mas no ingenuas, reflejo de sus vidas como son, como las viven.

Así lo constata la última encuesta Polimétrica de Cifras y Conceptos. A pesar de la violencia vivida, somos una nación con un alma y un talante centristas (“frentenacionalistas”, si se quiere). La encuesta destaca que más de la mitad de los colombianos se consideran a sí mismos como de centro y el resto se reparte en medidas iguales entre posiciones de derecha o de izquierda.

En los escenarios políticos, acá y en el mundo hoy, las posiciones radicales se notan más, por estridentes. Se hacen sentir y duro, constituyéndose fácilmente en noticia no porque al público le interesen o importen, sino porque, por altisonantes y tajantes, tienen un “gancho noticioso” que interesa a los medios, máxime si las rodea un tufillo a escándalo. La emoción le gana al razonamiento, el grito y el insulto, al análisis sereno. Y nace la versión caricaturesca del centro, pues el radical es valorado por impetuoso y aun ofensivo, ni baboso ni tímido, claro y contundente, en defensa de su posición, mientras que las posturas del centrista son presentadas como débiles e indefinidas, “ni chicha ni limonada”, como diría Horacio Serpa; su posición parecería ser no tener posición, siempre mesurado.

Pero la verdad es otra, pues se puede ser de centro y radical. Solo entonces se entiende que se tienen ideas para defender y el compromiso y la voluntad de hacerlo, de jugársela por lo que se cree. Exactamente lo contrario de la postura blanda e indefinida que las extremas le endilgan al centro para ningunearlo, minimizándolo y reduciéndolo a ser utilizado para completar los votos que faltan, “los veinte para el peso”, como dice la sabiduría popular, que no se equivoca.

Es evidente y la encuesta lo reafirma: una posición de derecha o de izquierda solo puede ganar si logra captar parte del electorado del centro, quedando este reducido a ser el fiel de la balanza o, como decía un lema del Partido Conservador cuando le entregó sus banderas a Álvaro Uribe, “la fuerza que decide”, y añado, pero que no gobierna. Las cifras son claras, el centro tiene los votos sobrados para poner candidato e inclusive para ganar en primera vuelta.

Estaría en condiciones de recibir y no de dar los apoyos electorales para ganar. Para ello se necesita —tarea bien difícil, pero no imposible— que los posibles candidatos no polarizados empiecen a expresarse, a fijar visiones de futuro en un momento apasionante de nuestra historia, cuando debemos avanzar en dos direcciones, necesarias ambas y que deben conciliarse, pues son de igual importancia. El punto es que podrían integrarse en una estrategia que las compagine pues no son incompatibles, son complementarias: el cumplimiento del Acuerdo de La Habana y un replanteamiento fundamental a la luz de lo que la pandemia desnudó, nuestras falencias como país que reclaman la tarea nacional de enmendarlas o corregirlas, según el caso.

Definir y alcanzar esa complementariedad de objetivos y acciones debe ser el punto principal de una propuesta de centro en tanto que equidistante de las extremas y generadora de una síntesis, que no es otra que la matriz de una Colombia integrada como nación y abierta a un mundo transformado por todo lo que como seres humanos estamos viviendo y aprendiendo.

Hay que empezar ya a hablar, a proponer, a discutir, pues el éxito de la empresa transformadora exige que sea fruto de la discusión ciudadana, una discusión que se impulse desde el centro del espectro político del país y la acojan sus voceros y candidatos.

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Julio(25062)06 de noviembre de 2020 - 12:20 a. m.
¿Es decir , que ustedes los herederos de la élite corrupta que ha desgobernado este país son los únicos que pueden dirigirlo y sacarlo del atraso espantoso y sanguinario en el que estamos sumergidos ?. Se llaman de Centro de dientes para afuera , pero tienen el alma chulavita bien camuflada. ¿ Otro Frente Nacional ?. ¿ Vargas Lleras al poder ?. ¿ El hijo de Fernando Hoyos, el de Pastrana, el.....?
H. Callejas(4167)05 de noviembre de 2020 - 11:35 p. m.
Petro y Uribe son lo peor de este país, no más EXPRESIDIARIOS manejando el país. Alejandro Gaviria de lejos debe ser el candidato.
usucapion1000(15667)05 de noviembre de 2020 - 07:00 p. m.
Sería bueno que ud. definiera en qué consiste el Centro que propone. Empieza equiparándolo con el frente nacional que institucionalizó la repartija excluyente entre rojos y azules y cuyas consecuencias seguimos padeciendo. Frente al panorama infernal que nos está corroyendo, se requiere un cambio ESTRUCTURAL radical, que ningún tibio puede ni querra lograr. Ud empieza a decepcionarnos.
Megas Alexandros(2475)05 de noviembre de 2020 - 03:31 p. m.
Colombia no es un país de centro. Es godo a más no poder. Aquí todo el mundo quiere conservar su esclavitud.
Periscopio(2346)05 de noviembre de 2020 - 02:56 p. m.
Para muchos "revolucionarios" de cantina ser de izquierda es lanzarle madrazos a Uribe y a todos los corruptos mientras pujan durante un severo estreñimiento. Pero, paradójicamente, ser de izquierda es defender los derechos humanos con el mismo radicalismo con que el fascismo uribista los combate mientras aparenta defenderlos.
  • usucapion1000(15667)05 de noviembre de 2020 - 08:00 p. m.
    Totalmente de acuerdo con ud., Julio.
  • Megas Alexandros(2475)05 de noviembre de 2020 - 03:30 p. m.
    De acuerdo. No se puede ser totalitarista y de izquierda.
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