Colombia requiere crecer desde la inclusión y la equidad

En febrero de este año el Gobierno Nacional anunció al país la conformación de una comisión de expertos nacionales e internacionales denominada Misión de Sabios 2019. La Comisión tiene la responsabilidad de presentar al país una serie de aportes orientados a la construcción e implementación de la política pública de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación. También se espera de ella aportes al diseño de estrategias que debemos implementar, a mediano y largo plazo, para responder a los desafíos que el mundo contemporáneo nos impone como sociedad en desarrollo.

Bajo estos lineamientos la Comisión presentó el pasado 16 de septiembre los avances y acuerdos parciales hasta ahora alcanzados en sus diferentes focos de diálogo. Uno de dichos acuerdos fue presentado por el “Foco de Tecnologías convergentes y 4ta revolución” en donde participa el comisionado Orlando Ayala: Colombia requiere crecer y ser más equitativa, planteamiento que pareciera una obviedad salvo por la forma como hasta ahora lo hemos intentado hacer realidad. Nuestro crecimiento económico ha estado determinado por las rentas particularmente generadas con la explotación de recursos naturales, lo que no permite un crecimiento sostenible y, más bien, favorece la concentración de la riqueza. Al contrario, el planteamiento del grupo de la Comisión de Sabios se concentra en hacer del capital humano y del conocimiento las bases de nuestro crecimiento como país.

Para lograr un mayor crecimiento del país, apostando por la equidad y la inclusión, la Comisión propone la estructuración del ecosistema de ciencia, tecnología e innovación que nos permita aprovechar nuestras ventajas comparativas en biodiversidad y en recurso humano, haciendo de ellas una oportunidad global en el marco de la actual revolución industrial 4.0. El ecosistema se resume en cinco capas horizontales que presentan a los actores, las tecnologías y disciplinas que requerimos desarrollar: infraestructura digital, Nano, Bio, Info y Cogno-tecnologías y, por otro lado, siete pilares verticales que señalan los escenarios y tareas en los que debemos enfocar nuestros esfuerzos y que deben atravesar los objetivos horizontales: desarrollo y retención del recurso humano; transformar el sistema educativo hacia la formación de actitudes cognitivas y aptitudes ciudadanas, fomentando las competencias en ciencias básicas, sociales, artísticas y humanas, des-jerarquizando el mismo sistema y, resignificando la formación universitaria, técnica y tecnológica, entre otras; inversión de recursos públicos; atracción de capital privado e inter-relacionamiento con circuitos globales de innovación científica y tecnológica, son algunos de los retos planteados.

Sin embargo, esta propuesta en la que viene trabajando la Comisión de Sabios fue presentada apenas unos días después de que se hiciera público el Decreto 1651 de 2019, por el cual se establece la organización y funcionamiento del Sistema Nacional de Competitividad e Innovación. Creo que esta es la oportunidad para armonizar la política pública en ciencia y tecnología con las importantes propuestas de la Comisión de Sabios. Aunque por el momento, el Decreto presentado por el Gobierno para organizar y dar funciones al Sistema Nacional de Competitividad e Innovación no incluye el producto de las reflexiones de la Comisión, será indispensable que se tengan en cuenta y que en los próximos meses se logre una organización más armónica dentro y entre los sistemas de Educación, de Ciencia y Tecnología, y de Competitividad e Innovación. Solo de esta forma, y como ya ha sido ampliamente probado en sistemas de innovación en países de Europa y Asia, el Estado logrará tener una única política pública coherente e integral para el desarrollo competitivo del país a partir del fomento a la educación de calidad con equidad e inclusión y el fortalecimiento de la ciencia y la tecnología, impulsado todo esto desde una ambicioso Sistema de Innovación.

El mundo globalizado en el que vivimos y en el que apostamos por desarrollar nuestras ventajas comparativas como país demanda que abandonemos las estructuras rígidas que han determinado nuestro modelo de desarrollo hasta ahora. A partir de la sostenibilidad y la preservación, y para garantizar el bienestar social y beneficio económico de nuestra población, debemos buscar que Colombia sea una de las más importantes despensas agroindustriales del mundo. Así que debemos construir un nuevo modelo de desarrollo, enmarcado en la Bioeconomía que implica la generación de procesos integrados y transversales para el aprovechamiento sostenible, uso y protección de nuestros recursos biológicos.

En la Universidad Nacional de Colombia hemos apoyado desde su convocatoria el papel de la Comisión de Sabios por considerarla una magnífica oportunidad, no solo para la generación de propuestas como las presentadas el pasado 16 de septiembre en Cartagena, sino también para que en el marco de su labor podamos encontrarnos los actores del Estado, la academia, los sectores productivos y la sociedad civil para actuar coordinadamente, como ejemplo a la sociedad y en concordancia con las necesidades de nuestro país. Solo mediante el diálogo y la participación de todos los actores del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación lograremos que el conocimiento sea parte de la vida cotidiana de los colombianos.

Posdata: Hemos presenciado en los últimos días protestas sociales que en algunos casos han derivado, lamentablemente, en actos de violencia y confrontación. Quiero hacer un llamado para que la protesta social se proteja y justifique mediante el absoluto rechazo de todo tipo de violencia, pues como ya lo sabemos y hemos sufrido por tanto tiempo, la violencia solo provoca más violencia. Hoy más que nunca debemos buscar la cordura y deponer los odios para trabajar como un solo país por la paz y por el progreso desde cada uno de nosotros, con nuestras familias y como sociedad responsable, autónoma y libre.

@DollyMontoyaUN

* Rectora, Universidad Nacional de Colombia.