Publicidad

¿No negociar con terroristas?

Alvaro Forero Tascón
23 de noviembre de 2015 - 02:00 a. m.

En una columna del pasado 9 de noviembre, que parece poco realista luego de los ataques de París sucedidos cuatro días después, planteaba: “en la difícil encrucijada norteamericana en el Medio Oriente, algunos elementos novedosos del modelo de negociación colombiano podrían ser parte de una receta a probar por la política exterior norteamericana”.

Hoy estamos de nuevo ante una guerra contra el terrorismo. Pero una muy distinta. Ya no es contra un grupo pequeño, escondido en las cuevas de las montañas de Afganistán. Ya no queda la ilusión de que el poderío militar estadounidense lo aplaste. Hoy esa secta —Al Qaeda— engendró un nuevo monstruo —Estado Islámico— mucho más grande y ambicioso. Hoy se perdió estrepitosamente una guerra tóxica en Irak, que no sólo arrasó con la credibilidad militar de Estados Unidos en el Medio Oriente y entre la opinión pública estadounidense, sino que engendró este nuevo conflicto. Hoy una coalición de 25 países comandada por la Otan tuvo que abandonar Afganistán luego de 13 años de una guerra fracasada, humillada por las guerrillas Talibanes. Hoy continúa fracasando la estrategia de los bombardeos contra EI, al punto que Occidente tuvo que aceptar la ayuda de Vladimir Putin, a quien sanciona económicamente por militarista. Hoy hay más grupos terroristas islámicos que nunca: EI, Al Qaeda, Talibanes, Hamas, Hezbolá. Hoy el terrorismo islámico es más grande, aterroriza a Europa, controla territorios y se encuentra en el interior de Francia y quizá de todos los países grandes de Europa.

La justificación de semejante tesis en la columna anterior es que Estados Unidos lleva años aplicando lecciones aprendidas del conflicto colombiano en Afganistán. Hasta trasladó su embajador en Colombia a ese país hace unos años. Decía la columna: “las victorias internacionales de Obama han venido de negociar en lugar de insistir en la fracasada fórmula militar de George W. Bush. Los acuerdos con Irán y con Cuba cambiaron el paradigma de acción norteamericana y la percepción histórica sobre Obama. Un eventual éxito del proceso de paz colombiano mostraría que existe una solución aceptable para conflictos internos con guerrillas, que respeta el derecho internacional y consigue el fin efectivo del conflicto dejando al gobierno democrático y la institucionalidad fortalecidos. El antecedente colombiano podría hacer aceptable para Estados Unidos la negociación con los talibanes, tanto interna como internacionalmente”.

El fracaso de las acciones militares en Medio Oriente no puede ser más evidente. De hecho, éstas son también la causa del terrorismo: sin la invasión de Irak no existiría el EI. Cada bombardeo, que afecta a la población civil, llena de más odio al mundo musulmán contra las potencias occidentales.

La tesis de no negociar con terroristas porque los estimula parece estar derrotada. Lo que más estimula el terrorismo en el Medio Oriente son las acciones militares de Occidente e Israel. Una vez se calme la opinión pública europea y estadounidense, y sea evidente que la guerra continúa fracasando, habrá que buscar salidas negociadas, que a diferencia de lo que se dice, son más efectivas y menos costosas, porque tratan la raíz de los problemas. Tendrían que empezar por Afganistán.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar