Tomenú: nuevo movimiento político

Álvaro Restrepo
08 de mayo de 2018 - 06:00 a. m.

Y entramos en la recta final de esta campaña política de infarto...

En los últimos meses, confieso que he vivido... en todos los estados de ánimo posibles: optimismo, desengaño, rabia, esperanza, de nuevo desengaño, cinismo, escepticismo, desesperación, impotencia e indignación. En fin, una montaña rusa desbocada y a punto de descarrilarse.

Optimismo cuando Humberto de la Calle decidió lanzar su candidatura; desengaño cuando lo hizo a nombre del Partido Liberal; rabia cuando Sergio Fajardo y Claudia López le dieron el portazo en las narices, a pesar del ruego arrodillado de Antanas; esperanza cuando Petro nombró a la mockusiana Ángela María Robledo como su fórmula para la Vicepresidencia; de nuevo desengaño cuando se supo que no era posible una alianza entre los tres antes de la primera vuelta; cinismo cuando anuncié que, en castigo por toda esta torpeza, Coscorrón se convertía en mi candidato; escepticismo cuando veo todo lo que está pasando con los dineros de la paz, las intrigas en la JEP, las confusas acusaciones en contra de la cúpula de la FARC; desesperación porque no podré votar en la primera vuelta, ya que estaremos en Francia con la Compañía de El Colegio del Cuerpo el día de las elecciones; impotencia e indignación porque la respuesta que me dio el despacho del registrador del Estado Civil es que, para poder votar ese día en París, tendríamos que haber inscrito la cédula en persona en el Consulado de esa ciudad antes del fin del mes de marzo. Es decir, hacer un viaje especial a Europa 15 personas sólo para inscribir la cédula... ¡Macondo y Kafka reloaded!

Necesito una cita urgente con un psicoanalista político antes de las elecciones... (¿Aló? ¿Doctor Ternura?).

Mi decisión es la de echar a andar un movimiento político antes de mi viaje: y para ello he escogido la sonora sigla Tomenú, que quiere decir TODOMENOSURIBE.

A estas alturas ya me da lo mismo que gane Petro, Fajardo, De La Calle o Vargas Lleras (afortunadamente renunció Viviane Morales, pues ella sería la tapa de mi confusión). Invito a votar por quien sea y por lo que sea, mientras no gane la fórmula Uribe-presidente / Duque dizquepresidente.

Mi voto moral sigue y seguirá siendo por Humberto de La Calle -el más preparado, ecuánime, culto y maduro de los candidatos-, aunque no pueda ese día marcar el tarjetón.

No podemos dar marcha atrás. 

Tirarse la paz es tirarse al país, ¡y ya de tiros los colombianos estamos hasta las tetas!

 

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