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Pax venezolana

Arturo Charria
19 de agosto de 2021 - 05:00 a. m.

El viernes 13 de agosto, el Gobierno Bolivariano de Venezuela y la Plataforma Unitaria de Venezuela (que agrupa a la oposición), dieron a conocer un “Memorando de entendimiento” con el que buscan crear las condiciones para realizar elecciones con garantías de transparencia y participación, así como levantar las sanciones que Estados Unidos tiene contra el país. Este proceso tiene diferencias importantes con otros espacios de diálogo entre ambos sectores, sin embargo, esto no garantiza, en el corto plazo, un escenario de transición.

Uno de los aspectos más interesantes es que las dos partes decidieron tomar como referencia el proceso de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las Farc: similitud que se refleja en el lenguaje y la metodología.

El punto de partida está en el uso de la palabra “negociación”, pues no solo se habla de diálogo, sino de “negociación integral e incremental basada en una agenda”. Esto implica reconocer que se tienen posiciones opuestas y que deben ceder para construir acuerdos. Asimismo, hacerlo en otro país tiene como propósito disminuir la injerencia de los acontecimientos diarios de Venezuela en los negociadores y en el orden de la agenda; en esta ocasión el país que acogerá el proceso será México.

La creación de una agenda da un marco y alcance a la negociación. Que se haya logrado establecer en la primera reunión es un avance importante que muestra voluntad entre las partes. Esta agenda tiene siete puntos, en algunos pueden avanzarse con celeridad (Derechos políticos y cronograma para realizar elecciones observables), otros como la “reparación de las víctimas de la violencia” necesitarán una discusión más profunda, pues definir quién es víctima y cuál es el alcance de dicha reparación tiene implicaciones semánticas, políticas y económicas. Por último, el punto central para el Gobierno Bolivariano es el “Levantamiento de las sanciones. Restauración de derecho a activos”, que depende de la voluntad de Estados Unidos. Acá será fundamental el papel de Noruega como país facilitador, así como el acompañamiento de los Países Bajos y Rusia.

La clave de esta negociación está en el método. Esto permite tener reglas de juego claras, lo que no ha sido posible entre el Gobierno y la oposición venezolana. Quizá por eso la frase central de este “memorando de entendimiento” es tomada del proceso de paz colombiano: “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Esta tiene un significado profundo, pues queda claro que todo acuerdo es parcial y susceptible de ser mejorado, y evita que una de las partes al conseguir lo que busca se levante de la mesa. De manera que se pueda llegar a un acuerdo final que sea orgánico y no la suma de pequeñas negociaciones.

Más que garantizar una transición, este proceso de negociación demuestra que tanto el Gobierno Bolivariano, como la oposición, llegaron a un punto límite en el que cualquier movimiento es una pérdida para ambas partes. Llamar a elecciones, fortalecer la economía y disminuir la violencia son mínimos urgentes para mejorar la precariedad e incertidumbre de vivir en Venezuela: en eso se centra esta negociación. Sin embargo, lograr una transición y reconstruir el país es otra historia, pues, incluso con todas las garantías democráticas, la oposición no cuenta con una propuesta de país que logre entusiasmar a los venezolanos y poner en riesgo el régimen chavista. La oposición ha estado huérfana de poder durante tanto tiempo que posiblemente olvidó que para gobernar también hay que seducir a los electores.

@arturocharria

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Mario(16018)20 de agosto de 2021 - 02:12 a. m.
La oposición dividida como se mantiene y el sátrapa listo para atornillarse más, será el resultado final de esta negociación.
Eduardo(66587)19 de agosto de 2021 - 03:47 p. m.
La oposición allá es como nuestra dirigencia oligárquica: perversa, mezquina. El gobierno bolivariano, en cambio, bien intencionado, pero limitado por el bloqueo norteamericano que no ha podido tampoco con Cuba en más de 60 años. El principio de autonomía de los pueblos, letra muerta.
Antonio(45414)19 de agosto de 2021 - 02:35 p. m.
En el caso de Venezuela también fallo el títere. No le sale media, seguramente por esto es que se la pasa gritando para ver si alguien lo oye.
Atenas(06773)19 de agosto de 2021 - 10:53 a. m.
Y la palabra puede con todo, en tal perversidad se monta Maduro contra la oposición y la lleva de la ternilla a México donde AMLO pa’ q’ más fácil la maniate y ordeñe. El neo escenario ya no será Cuba con un acuerdo de sonoro fracaso, prefieren otro sitio donde intentar la sodomizacion, pues evidente sería otra muestra más de la tiranía.
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