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Hace unos años llamé a Hugo Rodallega. Tenía organizada la entrevista para que me contara sobre su llegada al fútbol turco, pero duramos hora y media al teléfono y ni siquiera tocamos el tema. Se sintió cómodo y yo lo dejé hablar. Me contó que estuvo cerca de debutar como profesional con Atlético Nacional. Tenía 17 años y había ido a probar por un par de meses.
Al técnico Juan José Peláez le gustó tanto el delantero, que presionó a la directiva para que se hiciera la negociación. Sin embargo, al salir de la reunión, Hernando Ángel, dueño de Boca Juniors de Cali, le dijo: “No hubo acuerdo”. A los dos días Rodallega viajó a Armenia para unirse al Quindío, con el que debutó en 2004.
También me contó que estuvo cerca de no jugar el Suramericano Sub-20 de 2005. Había hecho todos los microciclos con Eduardo Lara, pero en uno de los últimos el DT le pidió que ayudara en lo defensivo y bajara más. “Pero profe, yo solo sé hacer goles”. Lara, tan dogmático en esto del fútbol, lo dejó fuera de la lista. El 27 de diciembre de 2004, Lara lo llamó para pedirle que se uniera a la concentración. Daniel Machacón y Dayro Moreno no se habían presentado y el entrenador necesitaba a un delantero más. Ya en el partido inaugural contra Bolivia, Lara lo iba a mandar a la tribuna, pero cambió de parecer. “El profe sabía que el Centenario era mi casa, que era mi cancha”. Rodallega entró en el segundo tiempo por Radamel Falcao García y marcó cuatro goles.
Me señaló que lo de Real Madrid, luego de ese Suramericano, se había caído porque las condiciones no le habían gustado a Hernando Ángel. “No se dio el negocio”. Fue al Deportivo Cali, y salió campeón con Pedro Sarmiento. Me contó que nunca había dicho que era mejor que Messi y que el escándalo aquel había sido creado por un periodista argentino que acomodó una declaración.
Ahora que está tan cerca de volver a ser campeón en Colombia es muy claro que Rodallega ha competido con alma y vida durante toda su carrera. Y que es la prueba de que el mérito no solo aparece cuando se gana, sino que también hay mérito, incluso mayor, en no rendirse. Y ahí están los números: goleador del Suramericano con 11 tantos (a la fecha nadie lo ha superado). Ese mismo año, con 12 goles, fue el artillero del torneo finalización. Es el futbolista colombiano que más tiempo ha jugado en Inglaterra (siete años) y el segundo en goles por detrás de Juan Pablo Ángel (57). El año pasado, con Santa Fe, marcó 12 veces en la Liga. Este semestre ya va por los 11 y todavía le quedan dos partidos para superar a Carlos Bacca (12) y volver a ser el artillero del torneo colombiano. Tiene 38 años.
En 2020, en pandemia, volvimos a hablar y me afirmó que él y sus compañeros no querían entrenar, pero que tenían que hacerlo, pues la Liga turca fue una de las últimas en parar. Ya quería volver a Colombia para disputar, más adelante, su último partido profesional con el Quindío. Ahora reafirmé mi admiración por él. Espero que sea campeón.
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