Publicidad

¿Cómo trabajan los agentes encubiertos digitales de la Fiscalía?

Carolina Botero Cabrera
20 de mayo de 2023 - 02:00 a. m.

El artículo de Semana en el que se informa sobre la captura de un presunto líder de Anonymous es un ejemplo del clasismo que se asocia con el uso de la tecnología y de la apuesta por escandalizar buscando el clic e incluso alejándose de la información oficial. La nota periodística no aprovechó para aprender sobre lo que son las investigaciones del Estado contra criminales en internet. Ese artículo no les dirá cómo funcionan los agentes encubiertos en el espacio digital.

Tiene sentido que cuando se produce una captura se elogie a la Fiscalía, todas las personas deseamos que esta entidad tenga éxito en el combate del crimen y nos ofrezca seguridad. Sin embargo, también se agradece que quienes reportan sobre esto den suficiente contexto, que analicen para informar con más rigurosidad y sin tragar entero.

Detrás de la expresión “Anonymous” hay casi cualquier cosa. Wikipedia, de hecho, lo define como un seudónimo utilizado mundialmente por diferentes individuos y colectivos para realizar, en su nombre —poniéndose de acuerdo con otros—, acciones o publicaciones individuales o concertadas, principalmente ataques cibernéticos contra gobiernos, corporaciones, instituciones y agencias gubernamentales. Sin embargo, el artículo presenta a Anonymous como una banda de crimen organizado. De forma contradictoria, al tiempo que reconoce que no hay jerarquía piramidal, hablan de lineal y señalan que el acusado es un líder. La realidad es que es una franquicia que usa cualquiera, que no se controla ni obedece a una suerte de estructura. Es anárquica.

Sin profundizar en este caso, que no es posible entender del todo con lo que Semana dice, queda claro que la revista se alinea con la posición policial de criminalizar el “hacktivismo”. A nivel mundial, a la pregunta sobre ¿cómo será la protesta en el mundo digital?, la respuesta también está en tensión, se discute lo que se acepta o no como protesta digital.

Además, el texto parte de un sesgo clasista sobre quién usa la tecnología. Queda claro que vivir en un rancho en la ruralidad colombiana no es un ambiente propicio para tener conocimiento de seguridad digital. A pesar de los esfuerzos del gobierno y de la capacidad democratizadora de la tecnología, que permite a la gente aprovecharla, se desconoce a quienes habitan la ruralidad la habilidad de apropiación tecnológica simplemente por las condiciones en las que viven, ¡qué ridiculez! La realidad es que hay muchas personas que, a pesar de las dificultades de la conectividad rural usan tecnología, y son ellas quienes determinan cómo usan ese conocimiento y hasta dónde llegan –incluso en medio de sus dificultades–.

El artículo señala que el acusado pensaba afectar las elecciones de octubre en Colombia, pero no se encuentra ninguna explicación para esta presunta acusación. ¿Lo afirmó el acusado en los foros a los que la Fiscalía lo siguió?, ¿tienen documentos con planes detallados que así lo atestiguan? o ¿quizá le aplicaron alguna herramienta de inteligencia artificial que predice el futuro criminal de esta persona?, ¿lo acusan por lo que sueña o desea? Realmente nada dice el artículo.

Lo que se puede deducir por la nota es que la Fiscalía estaría usando herramientas de inteligencia de fuentes abiertas para apoyar investigaciones como esta y que, como vimos en una reciente investigación de Karisma, con frecuencia van más allá y llegan a inmiscuirse en comunicaciones en espacios cerrados. Ese ángulo de la noticia tampoco está en el artículo.

Por ejemplo, sabemos que el Estado ha adquirido herramientas para infiltrar grupos de Telegram –una aplicación de mensajería instantánea con logo azul–, el artículo dice “Para coordinar sus ataques y blancos, el capturado usaba una reconocida aplicación de mensajería instantánea de color azul, que permite un mayor nivel de anonimato a fin de que los delincuentes de delitos informáticos se comuniquen por allí sin poder ser rastreados”.

Cuando hablan de aplicación de mensajería instantánea de color azul… ¿se refieren a Telegram?, ¿evitan dar su nombre porque les sirve el manto de misterio para sugerir que esta herramienta es usada por delincuentes para ocultarse? No sé, no explican sus afirmaciones. No dicen cómo la herramienta en concreto ofrece anonimato y les ayuda a evitar ser rastreados (lo que, además, en el caso de Telegram no es completamente cierto). Preocupa la forma como presentan herramientas que usamos todos los días y que tienen funcionalidades que protegen nuestra privacidad y nuestras comunicaciones como aplicaciones que usan criminales y que por tanto no merecen ser respetadas sus condiciones de uso.

La realidad es que esta herramienta, como la mayoría de las de su clase, lo que ofrece es que el canal por el que transita la información esté cifrado (hay algunas diferencias con otras aplicaciones que también cifran el mensaje, pero para lo que estamos hablando no son sustanciales), no garantiza ni anonimato, ni que se evite el rastreo (hay otras herramientas que ofrecen cosas así mejor, no todas son de mensajería instantánea con logo azul).

Las aplicaciones de mensajería instantánea se van estandarizando para buscar que un tercero que pueda tener acceso al flujo de datos de transferencia entre un dispositivo y otro no pueda ver la información que se comparte porque el canal está cifrado. Sin embargo, manteniendo ese cifrado cualquier persona que esté en un grupo tendrá acceso a los mensajes que se comparten, conocerá el nombre de quienes están allí y puede ver el número del celular que usan en algunos casos. Si un agente de la Fiscalía se infiltra en un grupo, puede ver y usar esa información, sin afectar el cifrado, puede rastrear e identificar quién está detrás de un seudónimo usando otras herramientas de investigación.

Y es que el artículo también afirma que consiguieron “las pautas para desencriptar el sistema que usaba en su activismo internacional”. No encuentro un ángulo en el que esto sea cierto o lógico. Si la Fiscalía colombiana hubiera conseguido romper el cifrado de una herramienta de estas sería una noticia mundial y las demandas no se harían esperar. Seguramente lo que hicieron fue infiltrarse en un grupo, seguramente de Telegram, desde donde rastrearon al acusado. Pero esta frase es tan traída de los cabellos que no se si merezca tanto análisis.

La ligereza con que se informa sobre estos temas es cada vez más preocupante, pues desinforma a las audiencias sobre la manera cómo funciona la tecnología, y en casos como este, en el fondo, se afecta el contexto de garantías que deben existir para la vigilancia de las comunicaciones en el entorno digital, incluso si al final el investigado resulta condenado por un delito. La revista se mete en el terreno de los agentes encubiertos en el espacio digital sin profundizar en aspectos del debido proceso. No es lo mismo seguir a personas en espacios públicos de internet, como las redes sociales, que hacerlo en grupos cerrados de mensajería instantánea. Si lo primero no está regulado, lo segundo sí, se llama interceptación de comunicaciones y por tanto debe seguir todas las garantías correspondientes. ¿Lo habrá hecho bien la Fiscalía?, no les preguntaron. El uso de agentes encubiertos virtuales tiene varias condiciones legales y solo aplica a delitos con grupos organizados. ¿Están considerando que Anonymous lo es? ¿Podrían utilizar este tipo de agentes para este caso? ¿Pidieron los permisos y siguieron el debido proceso? Se generan muchas dudas, pero estas no se desarrollan en el artículo.

El arte de comunicar temas de seguridad digital requerirá cada vez más de periodistas que analicen los matices de las realidades sociales, de los marcos jurídicos aplicables y que asuman el desafío de entender cómo funciona la tecnología, que se atrevan a explicarla más allá de mitos y expresiones que atraigan el clic.

 

ERWIN(18151)21 de mayo de 2023 - 12:44 a. m.
Que tipo tan precavido ..las elecciones son en octubre,y el ya estaba preparado ...jajajajaaa..idiotas ..el pasquin es el unico que le sirve de caja de resonancia al corrupto de babosa ..vikisira de gnecco ..de los gnecos de toda la vida ..paracos,asesinos y corruptos.
Jaime(13760)20 de mayo de 2023 - 07:58 p. m.
Carolina: me le quito el sombrero. Les da sopa y seco y les encima el postre y no sólo a Semana a otros "periodistas" de este medio. Un abrazo
Usuario(82535)20 de mayo de 2023 - 05:25 p. m.
Importante tú artículo porq nos explica temas y situaciones q el común de las personas ignoramos. Q de paso desenmascaré a delincuentes de la información fue estupendo.
gustavo(92461)20 de mayo de 2023 - 03:35 p. m.
Es muy sencillo, Carolina. No se puede perder el tiempo leyendo ese pasquín putrefacto.
Dario(44002)20 de mayo de 2023 - 01:38 p. m.
Excelente su columna. No solo periodistas informados....necesitamos gente con sentido de comunidad y responsabilidad ciudadana q informe con veracidad y equilibrio. Algunos "medios" y entre ellos el q usted analiza, ya tienen A I instalado en todos los cerebros de sus colaboradores y directores. Desgracia grande!!!!
Ver más comentarios
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar