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Un fondo experimental para ciencia ciudadana

Carolina Botero Cabrera
19 de noviembre de 2022 - 05:01 a. m.

Después de varios años de discusiones, como ya les conté el gobierno de Duque publicó una política de ciencia abierta para el país que diseña la hoja de ruta de los próximos 10 años, es decir, es una política que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) del gobierno de Petro implementará. Entonces, el PND es la oportunidad para generar estrategias efectivas para su implementación, sobre todo, para impulsar aspectos más desconocidos de la ciencia abierta como la ciencia participativa y ciudadana.

La importancia de la ciencia participativa y ciudadana es la de reconocer el rol que tienen las personas y las realidades de sus territorios y contextos en la generación de conocimiento y en su capacidad para impactar la práctica científica.

Los espacios de ciencia participativa son los liderados por los habitantes de los territorios a través de la conformación de grupos de afectados o comunidades de afinidad. Dichos espacios podrían actuar o no, en cooperación con la academia, el estado o el sector productivo. Este tipo de ciencia reta a las instituciones tradicionales a incorporar en sus prácticas científicas, en forma sustantiva y efectiva, a actores inusuales, la ciudadanía.

En Colombia los espacios de experimentación comunitaria y/o ciudadana son cercanos a las prácticas culturales y usuales en procesos de movilización social. Pero también los hay en iniciativas que identificamos como más científicas en temas como biodiversidad, bibliotecas, medicina, educación, apropiación de tecnologías y emprendimiento.

Uno de los principales atractivos de estar ahora mismo hablando de la formulación del Plan Nacional de Desarrollo de Colombia 2022-2026, es la posibilidad de solicitar acciones concretas que desarrollen determinadas políticas públicas. Los compromisos de los CONPES de ciencia, tecnología e innovación y de ciencia abierta requieren estrategias de financiación, sin ellas no avanzará la ciencia abierta, sobre todo los elementos menos visibles, como la ciencia ciudadana, quedarán en el papel.

Con la idea de impulsar políticas que fomenten iniciativas de ciencia ciudadana nos reunimos en Bogotá un grupo de activistas y docentes del país junto con miembros del grupo “Otra ciencia abierta” de América Latina. Durante dos días hablamos, discutimos y piloteamos problemas, soluciones, alianzas inusuales.

Con aportes personales de Vladimir Hernández y Johana Jaramillo, Karisma, donde trabajo, y la Universidad del Rosario - ISUR y la Dirección de Investigación e Innovación- articularon los resultados del fabuloso trabajo colectivo previo para finalizar una propuesta para el PND. La propuesta consiste en la creación de un fondo de experimentación que impulse la ciencia ciudadana y desarrolle una cultura de apertura, diálogo, inclusión y responsabilidad social recogiendo la amplia diversidad de actores generadores de conocimiento.

La base de la propuesta es desarrollar la estrategia 5.3.4 de la política nacional de ciencia, tecnología e innovación (CONPES 6049 de 2021) combinada con la de ciencia ciudadana de la política nacional de ciencia abierta y consiste en crear un fondo de experimentación para la ciencia ciudadana que considere las particularidades de sus actores, prácticas, alcances y que propongan programas y proyectos que busquen generar transformaciones en sistemas básicos (energía, agua, alimentos, biodiversidad) con un impacto regional.

Con esto, también se busca dar alcance a las conclusiones del informe de la Misión de Sabios que recomendó la creación de programas de ciencia ciudadana y la investigación que vincule a distintos actores de la sociedad y hacer eco a las Recomendaciones Unesco de Ciencia Abierta que hablan de la necesidad de reconocer otros sistemas de saberes.

El primer elemento de la propuesta es que el fondo de experimentación sea público con burocracia mixta. Es decir, que articule los intereses del Minciencias con los de Mineducación (Jóvenes en paz y Ruta STEM), Mincultura (artes, patrimonio, bibliotecas y procesos culturales), Minminas (Transición energética); Minambiente (Biodiversidad y territorios sostenibles); y Minagricultura (Seguridad Alimentaria); y Salud (Salud y Bienestar).

Creemos que este tipo de articulaciones facilitará que el fondo financie programas, proyectos e iniciativas de experimentación ciudadana que busquen alternativas para atender los desafíos sociales, ambientales y humanos que están sintetizados en las misiones que orientarán las actividades de ciencia, tecnología e innovación en el próximo cuatrienio.

Otro elemento central de la propuesta es que el fondo ofrezca diferentes bolsas de financiación. La idea central es que al contar con bolsas de diferentes tamaños se pueda tener una oferta para diferentes tipos de proponentes, pero que estén orientadas a las misiones definidas por el Minciencias y así mitigar la dispersión de recursos.

Las bolsas más grandes son para organizaciones formalizadas con trayectoria académica en el sector, generadoras de conocimiento, que están buscando alianzas con estos actores más inusuales en el sistema tradicional de la ciencia, la ciudadanía. A decir verdad son los esfuerzos que actualmente están siendo financiados en Minciencias.

Las bolsas más pequeñas, -me parece el componente más interesante de esta propuesta- abren oportunidades de financiación directa a liderazgos comunitarios, que muchas veces no están representados o articulados por instituciones formales y cuyas actividades usualmente no son remuneradas (pasan por sistemas voluntarios o precarizados). Una apuesta que no es ajena en convocatorias de sectores como arte y cultura, pero que es una novedad en los ámbitos de la ciencia.

Me parece interesante porque en este tema es importante reconocer que las dinámicas sociales se caracterizan por liderazgos comunitarios que podrían estar en cabeza de una persona o de un grupo de ellas, que pueden o no tener relación vinculante con instituciones formales. Por eso si estamos hablando de participación ciudadana son justamente estos liderazgos, íntimamente ligados al territorio, los que debemos garantizar puedan participar en una iniciativa así. La idea de que el fondo sea mixto sirve también para apoyar y garantizar aprendizajes cruzados que permitan el éxito de una convocatoria de este tipo.

La propuesta incluye varios otros elementos del diseño que permiten visualizar el alcance y posibilidades de una medida de este tipo.

Un argumento adicional para favorecer esta apuesta es que se basa en una necesidad identificada. A principios de este año publicamos el informe “Ciencia abierta y la pandemia del Covid-19″ en el que pudimos comprobar que durante la pandemia vimos florecer iniciativas de ciencia ciudadana, iniciativas en las que las propias personas se unieron para buscar soluciones en sus entornos a retos impuestos durante la pandemia. En el mapeo que hicimos vimos que estas iniciativas se multiplicaron ante el desafío, en cambio las políticas estatales de Argentina, Brasil y Colombia no variaron, no hubo cambios en la oferta pública de incentivos. Esta puede ser la oportunidad para recoger lecciones e innovar..

La metodología del PND trae una nueva apuesta, busca a una ciudadanía activa, a personas que se lancen a presentar propuestas para las apuestas de este gobierno. Bien, acá hay una propuesta novedosa y arriesgada que articula políticas ya afianzadas en el estado con los propósitos y ejes del nuevo gobierno.

Si esto le interesa le propongo que revise la propuesta completa acá y por favor ¡Apóyela!. Ayúdenos a que sea tenida en cuenta en el nuevo PND.

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