Gracias a la Comisión de la Verdad

Cartas de los lectores
05 de julio de 2022 - 05:00 a. m.

Una voz de gratitud a todos y cada uno de los integrantes de la Comisión de la Verdad, en especial al sacerdote Francisco de Roux, su presidente, porque contra viento y marea le presentan a la sociedad colombiana un documento que aproxima, hasta donde más les fue posible, la realidad de la violencia derivada de la actividad de la insurgencia (Farc, Eln, Epl y otros), el narcotráfico y los paramilitares, y de los excesos del Estado, verdad imposible de ignorar, por más que un sector militar se desgarre las vestiduras. Obviamente, hay otro sector con espíritu progresista y de avanzada, y también por ellos se ha logrado la verdad.

Por supuesto, ni bien se acababa de divulgar y ya están los detractores, los mismos que en estos cuatro años se empecinaron en destruir el Acuerdo de Paz, con el presidente Duque a la cabeza —que ya se va, por fortuna— y, naturalmente, el acompañamiento de ciertos personajes que arrojan bocanadas de veneno, como María Fernanda Cabal y Paloma Valencia. Hasta el general Luis Mendieta se refiere con desconfianza a este maravilloso documento —maravilloso por la rigurosidad— de nuestra historia más dolorosa; él tuvo a toda la prensa a sus pies cuando volvió del secuestro, ha tenido infinidad de entrevistas donde se ha podido expresar con amplitud, mientras miles y miles de víctimas ni siquiera han sido reconocidas. ¿Cuál es el aporte del general Mendieta a la reconciliación como víctima archiconocida por todo el pueblo colombiano? ¿Dónde está la nobleza de su alma? ¿Por qué sigue rumiando que no lo llamaron? Me parece que allí falta mucha humildad.

El nuevo presidente ha dado ejemplo de magnanimidad al encontrarse con sus enemigos políticos o simplemente con contradictores que empiezan a sonreírle más de la cuenta y los cuales, si el presidente electo se descuida un milímetro, empezarán a ver por dónde manipulan lo que les conviene, como siempre han hecho, con tal de recuperar su prebendas y grandes beneficios. Claro que Petro no tiene un pelo de ingenuo y ojalá sus asesores sepan ocupar sus cargos, que son de confianza.

El documento de la Comisión de la Verdad permite continuar en la misma línea de contar todo lo que más se pueda y con el paso de los años contribuir a la cicatrización de heridas, porque, según los expertos, vamos a necesitar varias generaciones a quienes hay que contarles lo que pasó. La historia con toda su crudeza es necesaria. Si ya en el presente empiezan a negarla, como el director del Centro Nacional de Memoria Histórica —el señor Darío Acevedo—, ¿qué podría pasar en unos pocos años si no queda registrada? Gracias y felicitaciones por ese valioso trabajo.

Ana María Córdoba Barahona. Pasto.

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