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Operación “Guardián de los Muros”

Columnista invitado EE: Christian Cantor*
21 de mayo de 2021 - 07:32 p. m.

Desde el lunes 10 de mayo se produjo una de las peores escaladas de violencia que Israel haya vivido en los últimos años. Hamás y la Yihad Islámica dispararon más de cuatro mil cohetes contra centros de población israelí, matando a doce personas en Israel e hiriendo a más de 300. Incluso Jerusalén fue víctima en esta última andanada de cohetes desde Gaza. Desde la madrugada del viernes se acordó un alto al fuego que esperamos se prolongue.

Si usted busca lo que desencadenó en los últimos días este incremento de violencia, no hay que ir más allá de Hamás. Hamás es una organización terrorista genocida, que llama abiertamente al asesinato de judíos, y que es responsable de la muerte y las lesiones de miles de civiles israelíes y palestinos. Desde su golpe militar en 2007, mantiene el control de la Franja de Gaza, y aspira también tomar el control de la Autoridad Palestina, ya sea por medio de elecciones o por la fuerza. Hamás está explotando el sensible sentimiento nacional y la época del Ramadán para exacerbar la situación en Jerusalén y tomar el relevo de la Autoridad Palestina para convertirse en la fuerza principal.

Hamás incrementó sus ataques en los últimos días con violencia y cohetes dirigidos a ciudades y pueblos israelíes de todo el país. Cientos de miles de civiles israelíes se encontraron bajo la amenaza del lanzamiento de misiles, y las escuelas debieron cerrar en todas las ciudades de Israel. Hamás cometió esencialmente un doble crimen de guerra: no solo estaba disparando indiscriminadamente contra civiles israelíes, sino que lo hizo desde dentro de zonas civiles densamente pobladas en Gaza, utilizando efectivamente a su propia gente como escudo humano.

El estallido de los últimos días se produce después de varias semanas de escalada del terrorismo palestino contra los civiles israelíes. Solo en abril, Hamás lanzó más de cuarenta cohetes contra Israel. En un ataque con disparos en el cruce de Tapuaj, a principios de mayo, un terrorista palestino mató a Yehuda Guetta, de 19 años, e hirió a otras dos personas. La policía de frontera neutralizó un ataque con arma blanca en Hebrón, así como a tres terroristas que abrieron fuego en otro incidente contra una base de la policía fronteriza en Salem, cuando se dirigían a perpetrar un atentado en el centro de Israel. En conjunto, estos atentados terroristas dejaron casi setenta civiles israelíes heridos en las semanas previas a la última escalada.

Tanto la organización terrorista Hamás como la Autoridad Palestina son responsables del daño que ha causado su deliberada y pública incitación a la violencia. Los civiles de Gaza son víctimas de Hamás y no el enemigo.

Israel intentó entregar ayuda humanitaria a los habitantes de Gaza, aún antes del alto el fuego, pero la organización terrorista Hamás disparó contra las caravanas humanitarias con el objetivo de impedir que llegaran a los ciudadanos de Gaza. El viernes, finalmente, un convoy de suministros humanitarios pudo entrar en Gaza, este incluía alimentos, combustible y equipamiento médico.

Israel continuará protegiendo a sus ciudadanos de la organización terrorista Hamás, y es en estos tiempos, especialmente, cuando más anhelamos la paz con nuestros vecinos. Esperamos que la iniciativa egipcia de un alto al fuego mutuo sin condiciones previas se prolongue y le demuestre a la comunidad internacional que cualquier expresión de simpatía con la organización terrorista Hamás socava efectivamente cualquier posibilidad de lograr la paz y mantener la estabilidad regional.

* Embajador de Israel en Colombia.

Por Christian Cantor*

 

Atenas(06773)22 de mayo de 2021 - 04:51 p. m.
Una sólida columna de opinión q' tanto como ilustra sobre ese ya identificado terrorismo de Hamás y de soslayo de la Autoridad Palestina, muy bien dirime la lucidez y conocimiento aquí demostrada en su escrito por M. Peckel frente a los infundios y sesgos de A. Tickner. Y por supuesto q' al terrorismo, allá como aquí, hay q' darle en la cabeza como a la serpientes.
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