La inquietud tras el Mundial era si Colombia tenía con qué reemplazar a esa generación de grandes defensas que encabezó Mario Alberto Yepes y que tuvo también a Amaranto Perea y Aquivaldo Mosquera.
Para esta Copa América se cambió casi el 50% de la defensa y va a ser el primer torneo en muchísimo tiempo en el que no estará un referente en el centro de la zaga como Yepes.
A mí me parece muy bien lo que está pasando en la defensa de Colombia, este cambio generacional con caras nuevas que vienen de procesos juveniles y ya están triunfando en Europa, como Jeison Murillo, Pedro Franco, Darwin Andrade y Santiago Arias, que a pesar de ya ser mundialista sigue siendo reciente en la selección. Sin embargo, me preocupa más la zona de recuperación.
Las lesiones de Abel Aguilar y Fredy Guarín sacaron de la Copa a dos jugadores que ya son históricos en este equipo. Frente a Costa Rica, en el último amistoso de preparación para la Copa América, se vio muy bien a Carlos Sánchez en el papel de recuperador central, pero el regreso de Edwin Valencia aún me deja dudas: no lo veo cómodo en su nueva posición.
Valencia cumplió a la perfección el trabajo táctico de volante central en la eliminatoria, metiéndose entre los centrales, pero ahora ese puesto es de Sánchez y Edwin tendrá que acomodarse a la labor de volante acompañante y reforzar la salida del equipo, aparte de cubrirles la espalda a James, Cuadrado y los laterales que se proyecten al ataque, trabajo habitual del hoy lesionado Aguilar.
Recordemos que James Rodríguez está caminando en el sendero de ser el mejor jugador del mundo y en una Copa en la que están Messi, Neymar y Sánchez tiene la oportunidad de demostrarlo, y eso representa mucho trabajo para la retaguardia, para sus “guardaespaldas”, que, como todo parece indicar, serán Sánchez y Valencia.
* Ricardo Orrego / Gol Caracol