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La necesidad de una nueva visión cafetera

Columnista invitado EE: Luis F. Samper
09 de abril de 2024 - 09:25 p. m.

Los 13 acuerdos a los que llegó la Asamblea Cafetera convocada la semana pasada, y a la que no asistieron los representantes legítimos elegidos por el gremio rural más importante del país, no fueron, de lejos, un significativo aporte a la “agenda de los próximos 100 años de la caficultura”. Fueron más bien una colección de lugares comunes y de retos obvios de cualquier cadena agrícola y se constituyen en un flojo aporte del diagnóstico de los retos del sector cafetero, con énfasis en lo coyuntural, y una nula contribución en términos de visión y estrategia.

También es cierto que muchos de esos retos planteados de manera genérica ya han sido acometidos en algún grado por la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) y su institucionalidad. En el difícil frente de valor agregado, ningún otro gremio de cafeteros (e incluso de otros productos) del mundo tiene una marca como Juan Valdez ®, que ya factura cerca de 200 millones de dólares entre regalías y ventas, o una operación industrial como Buencafé, que también superó los 200 millones de dólares en ventas en el 2023. Este esfuerzo colectivo de generación de valor agroindustrial y de mercadeo al parecer se ignora en la propuesta de la Asamblea, que piensa que el valor agregado es un derecho obvio que no implica trabajo, estrategia, economías de escala y persistencia, lo que sugiere la baja profundidad de su análisis.

Temas como “la activación del fondo de estabilización”, que precisamente existe gracias a la FNC, las estrategias (¿cuáles?) para jóvenes y mujeres cafeteras, el fortalecimiento social de la caficultura, de la extensión agrícola, el turismo, la gestión del riesgo son retos obvios en los cuales se ha avanzado, no sin inmensas dificultades y a veces con errores. Fue precisamente la FNC y su Comité de Quindío, por ejemplo, quienes crearon el exitoso Parque del Café que detonó el turismo rural en Colombia. En el campo social y productivo no hay ninguna otra institución que tenga la cobertura y efectividad para liderar e implementar programas de alto impacto en el sector rural colombiano. Mas allá de los temas productivos, la FNC ha sido el socio natural de los últimos gobiernos, sin importar su ideología o partido, para implementar ambiciosos programas sociales y ambientales en todo el territorio nacional, y de paso ejecutar recursos que el Estado no tiene la capacidad de ejecutar. Se equivoca el gobierno Petro en abrir, o reabrir, el frente cafetero como otra de sus disputas con el llamado “establecimiento”, dejando atrás oportunidades de dejar una huella tremenda en el campo colombiano si colabora de manera armónicamente con la institucionalidad cafetera.

La estrategia de sostenibilidad del cultivo también ha sido una labor que la FNC viene adelantando hace varios años. Un ejemplo a destacar ha sido el programa de cafés especiales certificados, uno de los más importantes para los caficultores, no solo por el beneficio ambiental que ha traído consigo, sino por los ingresos adicionales para ellos y sus familias.

Ahora bien, también es cierto que el sector cafetero está en mora de realizar una profunda reflexión sobre sus prioridades y derroteros, quizá no de los próximos 100 pero sí de los próximos 10 años. Es con esa periodicidad que se han desarrollado las diferentes “comisiones cafeteras”, algunas con grandes aportes como el llamado Libro Verde, y parecería oportuno desarrollar una reflexión interna, sopesada, con aportes externos, sobre cuáles han de ser las prioridades gremiales, institucionales y sectoriales del inmediato futuro. El desarrollo de una visión y derrotero que aglutine ha permitido dejar legados de importancia, como el de la diferenciación del café colombiano de Jorge Cárdenas Gutiérrez, la estrategia de valor agregado de Gabriel Silva o la reconversión de la caficultura que lideró Luis Genaro Muñoz.

La dirigencia cafetera, que goza de la legitimidad que otorgan las elecciones entre los productores del grano, bien haría en comenzar este tipo de reflexión evitando el vacío que deja no tener una estrategia articulada y coherente, que otros actores lo llenarán con ideas vagas. Dicho ejercicio, debe surgir del interior del gremio y no debe ser impuesto por comisiones y académicos que traigan sesgos ideológicos o ideas que se alejen de la realidad, de la captura de valor por parte del productor como eje central estratégico y de la frontera de lo posible de un mundo complejo y globalizado donde hacer es mucho más complejo que criticar o arengar.

Por Luis F. Samper

 

Rocio(21165)10 de abril de 2024 - 09:19 p. m.
Interesante con el fondo de saber que la FNC ha trabajado de la mano de todos los gobiernos, independiente la ideología. Que reconozca, éste es el primer gobierno de izquierda, los demas derecha y bien derecha. No conozco el tema, solo me llama la atención ese punto. Como Colombiana espero que nuestro gran emblema siga muy bien representado y si merece modificaciones importantes pero que salga de la misma sociedad Cafetera.
Mario(16018)10 de abril de 2024 - 07:13 p. m.
La pura verdad. Esta disidencia hecha por el sofista, no es más que la estrategia para adueñarse también del Fondo del Café, pues plata es lo que necesita el mesiánico para repartir a diestra y siniestra y asi, atornillarse al poder.
Margoth(98070)10 de abril de 2024 - 05:41 p. m.
Puro cuento. La FNC se equivocó en no pocas cosas. Engordó una élite que explotó a los caficultores, minifundios. Megalomanos con sus oficinas de lujo, dirigentes creyéndose los ejecutivos de una gran multinacional (en el Valle un dirigente tenía hasta 2 chóferes) y hacen creer a los caficultores pobres que es imposible vivir sin la fnc. Esa vaina sí hay que reformarla. Es una entidad bien goda, clasista, de derecha.
David(0vhxw)09 de abril de 2024 - 10:06 p. m.
La FNC es un nido de burocratas con sltisimos salarios como el del Gerente que se gana $ 60.000.000.oo milloned mensuales,mas primas y viaticos en dolares.De eso si no habla el señor Samper.....hay que cambiar la llamada "inztitucionslidad csfetera" menos burocracia y mas ayuda al csmpesino caferero.
humberto jaramillo(12832)09 de abril de 2024 - 11:51 p. m.
Qué chachara tan de lugares comunes. Lo que hay que cuestionar es la forma misma de cultivar que ha impuesto la federación desde que resolvieron que el café había que cultivarlo a pleno sol, con abono ventiao y una producción a corto plazo con interrupciones de soqueo cada cuatro o cinco años. Ponganle un plazo de 20 años, no de 10 ni de 100, comparen sistemas de cultivo y verán cual es el más rentable para el caficultor, que es el que importa aquí.
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