El No y la negociación con el Eln

Daniel Mera Villamizar
14 de enero de 2017 - 02:00 a. m.

El acuerdo marco firmado en marzo de 2016 tiene un nuevo contexto que obliga a redefinirlo.

De marzo a enero de 2017 la historia se aceleró: terminó la negociación con las Farc, hubo campaña de plebiscito, ganó el No, se frustró un pacto político nacional en torno a la paz, gobierno y Farc retocaron el acuerdo para presentarlo como nuevo, la Corte Constitucional se inventó una refrendación popular que no la hace el pueblo, hay fast track ilegítimo para desfigurar la Constitución, se profundizó la división del país: y el gobierno cree que puede retomar las conversaciones con el Eln como si todo eso no hubiese pasado en estos nueve meses o no tuviera que ver.

Pero no seamos tan severos con el gobierno: un "centenar de pensadores", según reseñó Semana, cree lo mismo y mandó una carta pública a la mesa gobierno-Eln con esta perla: "Las partes deben ceder en su arrogancia y priorizar, ante todo, la urgencia nacional de la paz. Lo que está en juego no es solo la legitimidad política de las partes sino el futuro del país". A todos ellos habría que decirles: lean nuestros labios y el movimiento lateral del dedo índice: "ya-no-es-lo-mis-mo". Saquen lecciones del proceso con las Farc.

Aunque al gobierno no se le puede acusar propiamente de "arrogante" con el Eln. Por la liberación del excongresista chocoano Odín Sánchez prometió indultar a dos elenos y encima la libertad provisional de otros dos como "gestores de paz". Nada mal para el Eln, este sí arrogante, que juega con la línea roja del gobierno. De lo que se puede acusar al gobierno es de aprender muy poco o de querer seguir llevando al país por el camino que lo divide. ¿No es obvio que necesita un acuerdo previo con la oposición sobre los términos aceptables de la negociación con el Eln? Ah, pero verdad que está ocupado imponiendo el acuerdo con las Farc, pese al No.

El documento marco con el Eln habla de "acordar transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad". El punto 3.b. alude a "programas transformadores para superar la pobreza, la exclusión social, la corrupción y la degradación ambiental, en búsqueda de la equidad". A los que se añaden las "propuestas transformadoras" que surjan de la participación de la sociedad en "un ejercicio dinámico y activo, incluyente y pluralista, que permita construir una visión común de paz que propicie las transformaciones para la nación y las regiones". ¿Esto tan largo y ancho, tan "transformador", el gobierno está dispuesto a acordarlo en meses para meterlo por fast track o vamos a llegar a 2018, déjà vu, para decidir entre "la guerra o la paz" con el Eln?

Visto que se discutirán con el Eln varios temas gruesos para "acordar transformaciones", sí está en juego el futuro del país, como dicen los pensadores de la carta pública. Lo que debemos recordarles es que el Eln no tiene ninguna legitimidad para tomar decisiones por los colombianos. Y si los puntos 4. Víctimas, 5. Fin del Conflicto Armado y 6. Implementación serán resueltos conforme a lo convenido con las Farc, entonces los tres primeros puntos tendrían que ser redefinidos porque "el palo no está para cucharas". ¿Pero quién convence de esto al gobierno, que vive en Marte, y al Eln, que vive en Neptuno? Ya veremos con qué salen en este nuevo "último intento". @DanielMeraV

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