Cuando la piedra habla

Enrique Aparicio
01 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

La mañana estaba fresca, el verano nos estaba dando un respiro y el sol calentaba duro. De pronto me di cuenta que caminaba por un bosque lleno de arboles con un verde muy especial. Parecía como si todo hubiera nacido en un día. La energía que emanaba tenía vida.

Me dirigía a la sede del Hermitage en Ámsterdam. Este emporio del arte ruso organiza exhibiciones temporales con obras seleccionadas de su enorme colección. En esta ocasión me encontré con un gran escultor del que con frecuencia oímos hablar, pero que parece un ser tan lejano de nuestro panorama que nos hace sentir con esa ignorancia perversa, donde nos interesa algo profundamente valioso, pero no tenemos las palabras para describirlo.

Me refiero a Antonio Canova. Nació en un pequeño pueblo en Italia, Possagno, en 1757 y murió en Venecia en 1822.  Desde edad temprana, tuvo una afición clara por la escultura. Parte de su educación fue en la ciudad de Roma. Fue el gran maestro del arte neoclásico.  

Antes de seguir adelante le contaré una anécdota: Es la época napoleónica y el artista hizo un busto del emperador, que no le gustó. En parte porque la escultura no se parecía a Napoleón. Esto tenía para Canova un claro por qué: la belleza ideal debía ser distante, entre otras razones por el mismo hecho de ser ideal. Las malas lenguas dicen que la escultura reposa en la casa museo del general Wellington, quien venció al emperador.

Pero volviendo al escultor y a su tiempo: en Italia se estaban haciendo trabajos arqueológicos en sitios como Pompeya, que habían sido cubiertos por la lava siglos atrás. Se recuperaron muchas esculturas clásicas y eso despertó el gusto por esas obras antiguas. Así nació el Neoclasicismo. Pero Canova no se dedicó a copiar esos temas, sino que a cada figura femenina que creó en piedra les dio rostros y poses más contemporáneas. Eso, sumado a su gran talento, fue lo que le hizo merecedor del enorme éxito que alcanzó y que perdura.

En la exposición “Bellezas clásicas”, que estará abierta hasta el 13 de enero, las obras más importantes son ocho esculturas de Canova. En el YouTube aparecen “Las tres gracias” como la que mas me gusta -algo poco original de mi parte- y algunas otras.

YouTube:

https://youtu.be/zUmocIOsuHc

Que tenga un domingo amable.

 

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