Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              22 de junio de 2013 - 04:00 p. m.

                                                                                                                              Puntos suspensivos

                                                                                                                              Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                              Editor de Cultura

                                                                                                                              Amalia le dijo que aquel cuaderno que le entregaba era de su abuela, que lo cuidara como si fuera suyo, y se marchó, pero los tiempos de los punks no concordaban con los años jóvenes de la señora, y tantos crujidos de huesos, tantos músculos rasgados, tanta sangre desparramada en un oscuro callejón, como decían los textos que página tras página lo aterraban más, no se correspondían con el aire de santidad que había cubierto a doña Florencia toda su vida.

                                                                                                                              Con su bondad. Igual, pensaba él, también podía ser cierto que precisamente por ese aire de santidad la hubieran atacado los tres hombre sin rostro ni nombre que describían los textos. La letra, dedujo antes de terminar de leer, no era una letra de antes de la guerra. Ni las palabras ni los giros.

                                                                                                                              Los textos terminaban en puntos suspensivos, después de la descripción de una horrenda sesión de electroshocks. “Nunca supe si por fin había caído dormida, o si había muerto...”. O las dos, pensó Francisco, y cerró el cuaderno. “O las dos”, dijo en voz alta y pensó en doña Florencia y en Amalia. Las imaginó en las golpizas. Las sufrió, las lloró. Cada golpe, cada rasguño, cada “crujir de los huesos”, como decía en los textos. “Pero no”, se repetía, “no, no, no”. Abría el cuaderno, leía cualquier aparte; lo cerraba, caminaba, maldecía. Ni doña Florencia ni Amalia tenían rastros de locura, concluyó, “pero yo qué puedo saber”, se contradijo luego en murmullos . Él las había conocido después de los sucesos del cuaderno. Nunca les notó nada particular. Sin embargo, ahora que las repasaba, ahora que sabía tanto...

                                                                                                                              Dos semanas después de que Amalia le hubiera dejado el cuaderno, tocó a la puerta de su casa. Lo invitó a tomar un café. Conversaron de política, de la ciudad, del asesino sistema de transporte, del poco valor que se le daba a la vida en éste, el país más feliz del mundo. Francisco quiso preguntarle por los textos de su abuela, pero ella, como en un bolero, lo calló con un beso y se fue antes de que las palabras enturbiaran el momento. Volvió a aparecer dos meses más tarde. Otro café, otro beso. Dijo que estaba embarazada y huyó de nuevo. Un día de mayo, pasados dos años, lo llamó para que se vieran en su casa. Él le respondió que sí, por supuesto. Cuando Francisco llegó, Amalia le sonrió, le dio un beso más en la boca y le presentó a su marido. “Sólo quería que supieras que me había casado”. Entonces tomó su abrigo, una cartera, se despidió y se perdió en una noche repleta de besos con él.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Amalia le dijo que aquel cuaderno que le entregaba era de su abuela, que lo cuidara como si fuera suyo, y se marchó, pero los tiempos de los punks no concordaban con los años jóvenes de la señora, y tantos crujidos de huesos, tantos músculos rasgados, tanta sangre desparramada en un oscuro callejón, como decían los textos que página tras página lo aterraban más, no se correspondían con el aire de santidad que había cubierto a doña Florencia toda su vida.

                                                                                                                              Con su bondad. Igual, pensaba él, también podía ser cierto que precisamente por ese aire de santidad la hubieran atacado los tres hombre sin rostro ni nombre que describían los textos. La letra, dedujo antes de terminar de leer, no era una letra de antes de la guerra. Ni las palabras ni los giros.

                                                                                                                              Los textos terminaban en puntos suspensivos, después de la descripción de una horrenda sesión de electroshocks. “Nunca supe si por fin había caído dormida, o si había muerto...”. O las dos, pensó Francisco, y cerró el cuaderno. “O las dos”, dijo en voz alta y pensó en doña Florencia y en Amalia. Las imaginó en las golpizas. Las sufrió, las lloró. Cada golpe, cada rasguño, cada “crujir de los huesos”, como decía en los textos. “Pero no”, se repetía, “no, no, no”. Abría el cuaderno, leía cualquier aparte; lo cerraba, caminaba, maldecía. Ni doña Florencia ni Amalia tenían rastros de locura, concluyó, “pero yo qué puedo saber”, se contradijo luego en murmullos . Él las había conocido después de los sucesos del cuaderno. Nunca les notó nada particular. Sin embargo, ahora que las repasaba, ahora que sabía tanto...

                                                                                                                              Dos semanas después de que Amalia le hubiera dejado el cuaderno, tocó a la puerta de su casa. Lo invitó a tomar un café. Conversaron de política, de la ciudad, del asesino sistema de transporte, del poco valor que se le daba a la vida en éste, el país más feliz del mundo. Francisco quiso preguntarle por los textos de su abuela, pero ella, como en un bolero, lo calló con un beso y se fue antes de que las palabras enturbiaran el momento. Volvió a aparecer dos meses más tarde. Otro café, otro beso. Dijo que estaba embarazada y huyó de nuevo. Un día de mayo, pasados dos años, lo llamó para que se vieran en su casa. Él le respondió que sí, por supuesto. Cuando Francisco llegó, Amalia le sonrió, le dio un beso más en la boca y le presentó a su marido. “Sólo quería que supieras que me había casado”. Entonces tomó su abrigo, una cartera, se despidió y se perdió en una noche repleta de besos con él.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Por Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                              De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com
                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar