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Contra quién votar

Hernán González Rodríguez
27 de mayo de 2022 - 05:00 a. m.

Votemos contra Gustavo Francisco Petro Urrego por las razones que resumo más adelante. Votemos contra su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, por ser una resentida e incompetente. Votemos contra el séquito de Petro integrado por oportunistas de mentalidad retorcida. Votemos contra quienes ya está organizando protestas con destrucción y saqueos si no votamos por sus ideas para “resucitar a Colombia”.

La confusa propuesta de Petro: “desmantelar el narcotráfico mediante un diálogo judicial pacífico con sometimiento colectivo a la justicia”, me suena a continuar fomentando y conviviendo con los cultivos ilícitos. Su “perdón social” para liberar presos de nuestras cárceles, no pocos de ellos exnarcotraficantes, tampoco me suena.

Racionamientos de la electricidad. La amenaza de atentado contra su vida como disculpa para no participar con otros precandidatos en los debates por televisión, por temor a que casi todos sus competidores electorales le censuren sus propuestas demenciales, como la de desembalsar a Hidroituango, equivale a instaurar los racionamientos de la energía eléctrica.

Impuestos confiscatorios. Promete Petro darles a los tres millones de ancianos que laboraron durante toda su vida, sin haber logrado jubilarse, una pensión igual a medio salario mínimo mensual. Esto se traduce en $1,5 billones por mes para los tres millones o en $18 billones por año para todos ellos, cifra esta última igual a aprobar cerca de dos nuevas reformas tributarias en su gobierno.

Fin de las pensiones de jubilación. Propone él que los $20 billones de cotizaciones que se ahorran en los fondos privados de pensiones se gasten anualmente en el pago de los ya pensionados en Colpensiones. “Hoy hay 4,6 trabajadores cotizando por cada adulto mayor, en 2050 cotizarán solo 1,9 trabajadores. Antes de 30 años no habrá nada ahorrado y los aportes no alcanzarán para pagar las pensiones comprometidas”.

La “petroeducación” abarcará desde el preescolar, pasando por primaria, bachillerato hasta terminar con la universidad. Pero cabe preguntar, ¿dónde encontrarán empleo los numerosos profesionales, los “doctores”, que gradúen las universidades, si soslaya Petro que en su Colombia se ahuyentarán las empresas por medio de tasas impositivas que figurarán entre las más confiscatorias del mundo? Recordemos, finalmente, que la educación pública en Colombia es más costosa que la privada, está obsoleta y marcha extraviada por Fecode, integrada por amigos de Petro.

La “petrosalud” será completamente opuesta al sistema actual. Se eliminarán las EPS y las ARL. Su propuesta genera grandes interrogantes: ¿Participará en la administración de la salud solo el sector público? ¿Eliminarán totalmente al sector privado? Gigantescas son las incertidumbres financieras de una salud en manos de la ineptitud y de la corrupción pública. ¿Marcharemos de la mano con Petro hacia la resurrección de algo similar al antiguo y desacreditado Instituto de Seguros Sociales -ISS?

El peso colombiano convertido en basura. Como es sabido, propone Petro Gustavo al Banco de la República emitir billones de pesos sin respaldo en la producción con el fin de financiar todas sus propuestas infinanciables. No olvidemos que tras las emisiones llega la elevación del costo de vida y la depreciación del peso colombiano, así como sucede en Venezuela donde se cambia hoy un dólar estadounidense por 248.000 bolívares.

Las expropiaciones. Petro no habla de expropiar, propone que se “apropie o democratice” el Estado que él presida de las tierras agrícolas improductivas por medio de unos impuestos prediales que obliguen a sus dueños a salir de ellas, a venderlas, ojalá al Estado, pasando así las tierras particulares a integrar granjas colectivas, como en la Rusia de Stalin, colectivización que terminó en una pavorosa hambruna en 1928, como resultado de la cual optaron los campesinos por alimentarse con cuanto producían en lugar de venderlo en las ciudades hambrientas.

La hoja de vida del comunista solapado de Petro no permite esperar un buen presidente. Militante del M-19 en 1977. Capturado en la clandestinidad por el Ejército en 1985. Encarcelado. Fue un controvertido alcalde de Bogotá. Es un senador populista y un precandidato a la presidencia con ideas para venezolanizar a Colombia a la manera de su amigo Hugo Chávez.

 

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