A esperar

Existen en este momento varios puntos del fútbol universal y local en modo de espera. De los tantos por esclarecer, escojo cuatro temas que son de relativa urgencia.

El primero de ellos, ubicado a distancia, es el futuro de la denominada Superliga china. Hace unos años el mismo gobierno y los grandes grupos de inversión quisieron convertir el fútbol-espectáculo-negocio en la más atractiva empresa de entretenimiento. Pero no resultó como lo habían creado o craneado. Ya son 16 equipos los que desaparecieron en tres categorías. El campeón en 2020, el Jiangsu Suning, se marginó porque sus deudas ascendían a 76 millones de libras esterlinas. En la Liga de Campeones de Asia fue expulsado el Shandong por deudas salariales. Hace un mes está suspendido el torneo y hay cifra tope para salarios de jugadores. La crisis de Evergrande, gigante inmobiliario que patrocina un equipo, indica que también se iría. En fin, a esperar en qué termina esta película de una potencia en muchos campos, pero incapaz de manejar el fútbol.

Toca esperar el fin de la disputa de poder entre la UEFA y los grandes equipos europeos que en un momento pensaron en la Superliga. Por lo pronto, se diluyeron las amenazas de la UEFA para sancionar clubes líderes (Real Madrid, Barcelona y otros) con la marginación de la Liga de Campeones, por ejemplo. Es un pulso de pesos pesados, pero la decisión del juez 17 de Madrid envalentona a los equipos para seguir con su proyecto.

Toca esperar a ver si Reinaldo Rueda convoca a James Rodríguez para los juegos de octubre. Ya al menos consiguió equipo en Catar y a los treinta años de edad, debe fijar sus propósitos personales bien claro.

Ahora, si lo llama, pues que venga, así como Quintero entrena en el Medellín para mantener la forma física al menos y Cuéllar viene desde Arabia, resultando las tres ligas de nivel inferior, o al menos no de élite o europeas, como quisiéramos. ¿O es que nuestra liga está en un puesto muy alto o mejor que el del fútbol mexicano o brasileño?

Dejemos de ser más papistas que el papa. Podemos cotejar en la eliminatoria con lo que tenemos. Esté o no James, lo demás es poner mucha tiza al asunto.

Toca esperar la presencia de Adidas, gran patrocinador a largo plazo del fútbol colombiano. Parece que Jesurún y compañía encontraron la forma de enderezar el camino de nuestro fútbol y, de paso, lavar la cara por indelicadezas del pasado reciente. Toca esperar que ese dinero bien y pulcramente manejado sirva para fomentar el fútbol femenino, darle vida a la Primera C, contratar instructores arbitrales y cumplir con el fútbol mismo de Colombia. Toca esperar.