Ahí no más los alemanes se quedaron con el título en Brasil. Tenían más equipo en términos generales que Argentina, así el grado de dificultad para ganarles resultara alto.
Por supuesto que ni el más ingenuo iba a encontrar la repetición de la forma como Alemania había arrollado a Brasil. Cada partido es bien distinto porque siempre ingresa a jugar un factor no conocido. Es saber cómo el rival le jugará, ¿con temor, de forma atrevida, esperando que el otro proponga?
Lo cierto es que esta vez Argentina eligió el camino más apropiado para su momento. La defensiva primero que nada tenía un plan específico. Evitar las jugadas cortas de los alemanes. En ese pensamiento se incluía a los tres volantes, quienes, encabezados por Mascherano, obstruían a los germanos.
Para cualquier efecto de contragolpe tenían a Lavezzi, inexplicablemente excluido para el segundo tiempo. La única razón debía ser una lesión, nunca una decisión táctica, porque el delantero del París siempre ganaba en el arranque.
Así el asunto, los alemanes tropezaron con un equipo que le disputó cada balón con vehemencia. Lo que dolió muchísimo fue ver los desperdicios de Higuaín y Palacio en idénticas posibilidades. A ambos les faltó categoría para definir. La sensación que fue tomando fuerza resultó la de Argentina, aspirando al alargue y de pronto al punto penal. Otro momento encontraron los alemanes para el gol sin que en él aparecieran Müller o Klose. El joven Götze con libertad absoluta dejó el 1-0, en una final desteñida para el fútbol. No fue la mejor en la historia y su recuerdo cada vez crecerá al lado del resultado, 1-0 y nada más.
Pareciera que la Fifa está tan metida en el negocio del fútbol y amacizada con sus patrocinadores que terminó eligiendo a Messi como el jugador más valioso del campeonato. Ni el mismo Messi fue relativamente importante para su selección. No resultó una elección equitativa.
También queda claro que Messi, para muchos el mejor del mundo en esta época, está dos escalones por debajo de Maradona y tres títulos mundiales lejos de Pelé. Por edad seguramente irá a Rusia.
Lo de Alemania no es una casualidad. Hace años Klinsmann había encontrado a Löw como su asistente. Éste trabajaba en las divisiones menores del Stuttgart y fue aprendiendo el oficio. Hoy cuenta con un plantel relativamente joven y el propósito es ir al próximo Mundial con una selección con promedio de 23 años. En eso los alemanes dejaron de atender las críticas de Beckenbauer y la presión de algunos medios, los ignoraron y echaron para adelante. Que haya ganado la Copa en el último choque con Argentina, sin brillo, no demerita lo que había realizado con anterioridad.
Ahí no más los alemanes se quedaron con el título en Brasil. Tenían más equipo en términos generales que Argentina, así el grado de dificultad para ganarles resultara alto.
Por supuesto que ni el más ingenuo iba a encontrar la repetición de la forma como Alemania había arrollado a Brasil. Cada partido es bien distinto porque siempre ingresa a jugar un factor no conocido. Es saber cómo el rival le jugará, ¿con temor, de forma atrevida, esperando que el otro proponga?
Lo cierto es que esta vez Argentina eligió el camino más apropiado para su momento. La defensiva primero que nada tenía un plan específico. Evitar las jugadas cortas de los alemanes. En ese pensamiento se incluía a los tres volantes, quienes, encabezados por Mascherano, obstruían a los germanos.
Para cualquier efecto de contragolpe tenían a Lavezzi, inexplicablemente excluido para el segundo tiempo. La única razón debía ser una lesión, nunca una decisión táctica, porque el delantero del París siempre ganaba en el arranque.
Así el asunto, los alemanes tropezaron con un equipo que le disputó cada balón con vehemencia. Lo que dolió muchísimo fue ver los desperdicios de Higuaín y Palacio en idénticas posibilidades. A ambos les faltó categoría para definir. La sensación que fue tomando fuerza resultó la de Argentina, aspirando al alargue y de pronto al punto penal. Otro momento encontraron los alemanes para el gol sin que en él aparecieran Müller o Klose. El joven Götze con libertad absoluta dejó el 1-0, en una final desteñida para el fútbol. No fue la mejor en la historia y su recuerdo cada vez crecerá al lado del resultado, 1-0 y nada más.
Pareciera que la Fifa está tan metida en el negocio del fútbol y amacizada con sus patrocinadores que terminó eligiendo a Messi como el jugador más valioso del campeonato. Ni el mismo Messi fue relativamente importante para su selección. No resultó una elección equitativa.
También queda claro que Messi, para muchos el mejor del mundo en esta época, está dos escalones por debajo de Maradona y tres títulos mundiales lejos de Pelé. Por edad seguramente irá a Rusia.
Lo de Alemania no es una casualidad. Hace años Klinsmann había encontrado a Löw como su asistente. Éste trabajaba en las divisiones menores del Stuttgart y fue aprendiendo el oficio. Hoy cuenta con un plantel relativamente joven y el propósito es ir al próximo Mundial con una selección con promedio de 23 años. En eso los alemanes dejaron de atender las críticas de Beckenbauer y la presión de algunos medios, los ignoraron y echaron para adelante. Que haya ganado la Copa en el último choque con Argentina, sin brillo, no demerita lo que había realizado con anterioridad.