Merecidísimo

Más que merecida resulta la primera gran opción que tiene Deportivo Pereira, en su historia de 77 años, de disputar un título, un premio especial: la Copa Colombia en su final, que jugará contra Atlético Nacional.

De eso trata esta columna, cuya intención es la de ponderar y de paso agradecer la presencia del matecaña. Entre sus logros más importantes está el haber recuperado una afición, que regresó con entusiasmo y cánticos, al Hernán Ramírez Villegas para acompañarlo, animarlo y, por supuesto, regocijarse con su gran campaña.

Este equipo está integrado por una mezcla de veteranos, por lo menos seis, quienes pasan la barrera de los 33 años, y otro grupo de jóvenes que consiguieron un conjunto sincronizado, tanto en juego como en entrega y disposición, para cotejar con rival alguno, sin interesar pergaminos, conformación, mayor número de figuras, etc.

Esos detalles dan brillo a un logro, después de comenzar soportando esa pesadilla que significa el riesgo del descenso, adobado con esa inverosímil fórmula del promedio, ejercicio copiado del fútbol argentino que en el fondo solo busca proteger a los mal o bien llamados equipos grandes. Esa inmunidad debe ser erradicada de nuestro fútbol para que todos gocen de igualdad de oportunidades. Por más poderoso o grande sea un equipo debe someterse a la sentencia del descenso, si juega mal o sus resultados y derrotas así lo ameriten.

Carlos Ramírez, 33 años; Danny Cano, 35; Diego Peralta, 36; Gilberto García, 34; J. Vásquez, 34; Henry Rojas, 34, y Arizala, 35. Todo este núcleo de veteranos, con muchos juegos encima, empuja y sostiene este presente y alimentan la ilusión de disputar con toda fortaleza física y anímica el título al favorito de esta final, que es contra Atlético Nacional.

Es probable, por estas épocas, que sea Pereira un equipo que despierta enorme simpatía dentro de los aficionados al fútbol en sí. Es revivir en algo aquel sentimiento que años atrás rodeó al kínder de López Fretes o regresar en el recuerdo de aquellos buenos jugadores que defendieron los colores pereiranos: Jairo Arboleda, Mincho Cardona, Chiqui Aguirre, Víctor Campaz, Diego Umaña, o los paraguayos presentes siempre en el viejo Libaré: Arsenio Valdez, Benicio Ferreira, Luis Doldán, Claudio Lezcano, Ángel Chávez, Isaías Bobadilla, Casimiro Ávalos y tantos otros.

Pereira merece con su gente no solamente estar en la liga principal, sino disfrutar este presente y dar pelea por una Copa Colombia, así la lógica incline la balanza y el favoritismo a favor de Nacional. Es muy significativo que el grande matecaña se arrime por mérito propio a una final. Y será ganador aquel que en el terreno supere con goles, más que con fútbol bien interpretado al adversario. Ánimo, Pereira, que consiguió despertar la pasión dormida, por razones obvias, en el corazón de sus hinchas.