Siempre alrededor del nombre de Juan Fernando Quintero se tejieron novelas. No sé si ciertas, aunque siempre fue reconocido su buen manejo de balón, su zurda para ser usada en tiros libres o de esquina, tal como lo sufrió Millonarios cuando el empate de Marrugo. Excelente forma de entender el juego y por eso le quitó el balón a un volante azul y armó una pared con Caicedo y éste finalmente selló el triunfo del Medellín.
En cuestión de un minuto, Millos perdió los tres puntos y, por coincidencia, la expulsión de Anier Figueroa desbarajustó la defensa azul, que sigue otorgando ventajas.
Millos disfruta de la confianza de sus seguidores. De allí los 10.000 abonados y la estupenda entrada en El Campín.
El partido enfrentó dos estilos bien diferentes. Más juego colectivo del DIM, porque en su sector de volantes se juntaron Marrugo y Quintero, bien apoyados por Didier Moreno y Goma Hernández, organizando un sector productivo.
Millos, por su lado, carente de un jugador organizador que reemplace a David Macallister Silva, se inclinó por pasar en velocidad de zonas posteriores al ataque. Mantuvo sus tres delanteros y a pesar de la expulsión, intentó pero no pudo arrimar al empate.
Al técnico Miguel Ángel Russo le espera un dolor de cabeza con los jugadores disponibles, puesto que Domínguez salió lesionado. La zona del mediocampo quizás no alcance un buen nivel de producción. Menos mal los laterales apoyaron y subieron e intentaron aprovechar a Enzo Gutiérrez, sin éxito, por cierto.
Volviendo a la influencia de Quintero, se vio un detalle molesto, en un reclamo mutuo con Marrugo. Espero que los celos de figuración no atenten contra el funcionamiento del equipo. Entiendo a Marrugo que desde hace rato venía siendo el jugador de más influencia para activar las acciones de ataque. Sin embargo, por lo apreciado en Bogotá, Quintero va a tomar la batuta, porque hace jugar y sabe hacerlo. Quintero, que ya pasó por Italia, Portugal y Francia, amigo de cantantes en Europa, da la impresión de haber madurado. Jugó con seriedad y aplicación y estableció la diferencia. Los partidos se ganan en un abrir y cerrar de ojos. Lo consiguió el Medellín, mientras Millonarios se nubló y pagó alto precio.
En Millos, Quiñones por la izquierda va a aportar y si Núñez por la derecha sostiene la tendencia a levantar centros, el equipo no debería tener problemas. Entre Ayron del Valle y Enzo está el centrodelantero, pero es urgente revisar la integración de los volantes y obligar a los defensas a estar despiertos.
Siempre alrededor del nombre de Juan Fernando Quintero se tejieron novelas. No sé si ciertas, aunque siempre fue reconocido su buen manejo de balón, su zurda para ser usada en tiros libres o de esquina, tal como lo sufrió Millonarios cuando el empate de Marrugo. Excelente forma de entender el juego y por eso le quitó el balón a un volante azul y armó una pared con Caicedo y éste finalmente selló el triunfo del Medellín.
En cuestión de un minuto, Millos perdió los tres puntos y, por coincidencia, la expulsión de Anier Figueroa desbarajustó la defensa azul, que sigue otorgando ventajas.
Millos disfruta de la confianza de sus seguidores. De allí los 10.000 abonados y la estupenda entrada en El Campín.
El partido enfrentó dos estilos bien diferentes. Más juego colectivo del DIM, porque en su sector de volantes se juntaron Marrugo y Quintero, bien apoyados por Didier Moreno y Goma Hernández, organizando un sector productivo.
Millos, por su lado, carente de un jugador organizador que reemplace a David Macallister Silva, se inclinó por pasar en velocidad de zonas posteriores al ataque. Mantuvo sus tres delanteros y a pesar de la expulsión, intentó pero no pudo arrimar al empate.
Al técnico Miguel Ángel Russo le espera un dolor de cabeza con los jugadores disponibles, puesto que Domínguez salió lesionado. La zona del mediocampo quizás no alcance un buen nivel de producción. Menos mal los laterales apoyaron y subieron e intentaron aprovechar a Enzo Gutiérrez, sin éxito, por cierto.
Volviendo a la influencia de Quintero, se vio un detalle molesto, en un reclamo mutuo con Marrugo. Espero que los celos de figuración no atenten contra el funcionamiento del equipo. Entiendo a Marrugo que desde hace rato venía siendo el jugador de más influencia para activar las acciones de ataque. Sin embargo, por lo apreciado en Bogotá, Quintero va a tomar la batuta, porque hace jugar y sabe hacerlo. Quintero, que ya pasó por Italia, Portugal y Francia, amigo de cantantes en Europa, da la impresión de haber madurado. Jugó con seriedad y aplicación y estableció la diferencia. Los partidos se ganan en un abrir y cerrar de ojos. Lo consiguió el Medellín, mientras Millonarios se nubló y pagó alto precio.
En Millos, Quiñones por la izquierda va a aportar y si Núñez por la derecha sostiene la tendencia a levantar centros, el equipo no debería tener problemas. Entre Ayron del Valle y Enzo está el centrodelantero, pero es urgente revisar la integración de los volantes y obligar a los defensas a estar despiertos.