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Profetas

José Fernando Isaza
24 de noviembre de 2022 - 05:30 a. m.

Los caudillos y sus seguidores tienden a compararlos con figuras mitológicas o heroicas. Un paramilitar que quería hacer cambiar una declaración en contra de su ídolo decía: “Uribe es un dios, únase a él”. En el Museo de Arte Religioso de Jericó (Antioquia) una sección estaba dedicada a exhibir estampas con la imagen del expresidente, oraciones y novenas escritas en su honor por sus fieles y adoradores, donde le agradecían por los favores recibidos y le pedían otros. El museo advierte que esos objetos fueron donados por la familia. No sé si aún existe esta sección.

En un análisis psicoanalítico de la biografía del presidente Petro, Alejandro Lloreda señala que explícitamente se compara con Moisés: él también viene a liberar su pueblo (Cambio, 13/04/2022). El discurso del presidente Petro en Sharm el-Sheij, en el Sinaí, no fue una declaración, fue un decálogo, ordenanzas a toda la humanidad; como las Tablas de la Ley, son órdenes y en caso de no cumplirlas vendrá el final de los tiempos.

Es conveniente repasar la vida de Moisés como la narra la Biblia. Los egipcios consideran el relato bíblico un mito, pues niegan que alguna vez hubieran sometido a la esclavitud a pueblos israelitas y dicen que no hay evidencia de una masiva población judía. Moisés fue el mensajero de Jehová para notificarle al faraón los sufrimientos que tendría si no dejaba salir a los israelitas. Las 10 plagas de Egipto muestran a un dios vengativo que viola las leyes de la guerra: envenenamiento de las fuentes de agua, uso de armas bacteriológicas, afectación global del medio ambiente, muerte fuera de combate de civiles y niños, etc. Cuando el faraón aceptó que regresaran a Israel, Moisés guio al pueblo a la Tierra Prometida.

Aun con la mirada de hace 3.300 años surgen algunas inquietudes. ¿Por qué atravesaron el mar Rojo, si había paso por tierra firme para ir del delta del Nilo a la península del Sinaí? La Biblia dice: “Para que sepa Egipto que yo soy el señor, cuando muestro la gloria derrotando al faraón con sus carros y jinetes”.

La distancia del delta del Nilo a Hebrón es de 688 km, por un sendero que evita los pasos más difíciles; asumiendo un recorrido de 10 km diarios, en menos de tres meses Moisés hubiera podido conducir a su pueblo a la tierra que manaba leche y miel. ¿Por qué tardó 40 años en llevarlos a tan anhelado destino?

Los sufrimientos fueron muchos, en múltiples oportunidades los migrantes increparon a Moisés preguntándole por qué no los había dejado en Egipto, donde al menos tenían hogar y comida.

Fue implacable con su pueblo y tolerante con su hermano Aarón, quien propuso construir el becerro de oro. Moisés destruyó el becerro y por la noche ordenó a los levitas que mataran a 3.000 hombres adoradores del ídolo.

El presidente Petro está realizando acciones encaminadas al respeto de los derechos humanos y mejorar la situación de los más desprotegidos, está visibilizando la marginalidad de extensas regiones de Colombia y que la situación de las poblaciones afros e indígenas no es compatible con un país que dice ser incluyente y justo. Busca mejorar la distribución del ingreso, sacar del hambre y la miseria a los conciudadanos con subsidios que son necesarios para integrar a los excluidos. Pero Petro no debe obrar como Moisés ofreciendo a la ciudadanía 40 años de mortificación vagando en círculos.

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