Un hombre: Klaus Klump, novela del escritor portugués Gonçalo M. Tavares (Angola, 1970) está escrita en un tono escaso en digresiones, con frases que se acercan más a los aforismos que a la narrativa.
La novela se ocupa de la vida de un editor de libros de nombre Klaus Klump, habitante en una ciudad cualquiera, que un buen día entra en guerra. Klump jamás ha pensado que su vida puede entrar en contacto con el horror que se asoma peligrosamente a la ciudad. Klaus es un hombre acomodado, sin intereses, que sólo cuando es reclutado entiende que “la filosofía de una nación se mide por las crueldades medias de su población más sencilla”. Y lo entiende cuando es alistado, como cualquier otro; puesto preso, como cualquier otro; ultrajado, como cualquier otro; y finalmente, convertido en asesino, como cualquier otro. Las contingencias, comprende Klump, no existen en la guerra: no hay azar para ser quien se es. La reflexión tampoco. La naturaleza menos. Lo único es el presente: el incesante y repetitivo martilleo de las máquinas; la oquedad pura y dura: “Actuar al detalle (en medio de la guerra) para no pensar en grandes cosas”.
Este hombre y quienes lo rodean —su novia Johana, su amigo Alof, su suegra Catharina, y un puñado de notables personajes— se muestran en esta novela desprovistos de todo: incluso de adjetivos. Tavares es capaz de desnudar la escritura hasta convertirla en lo que es: un arma punzante que, al igual que las armas de verdad, es capaz de herir de muerte. Las suyas son imágenes y frases brutales de lo que trae la guerra; expresiones que quedan resonando más y más cuando uno piensa que ese hombre vive también en este país.
Al final, la guerra termina. Y las heridas quedan por ahí flotando en esa ciudad sin nombre. Klaus se convierte en lo que siempre ha sido. Y uno como lector se queda atrapado en una deslumbrante y difícil novela que quizás no alcanzará las listas de los más vendidos pero sí perdurará como uno de los relatos más brutales sobre cómo se comporta un hombre así en la paz como en la guerra.
Gonçalo M. Tavares, ‘Un hombre: Klaus Klump’, Mondadori.
Un hombre: Klaus Klump, novela del escritor portugués Gonçalo M. Tavares (Angola, 1970) está escrita en un tono escaso en digresiones, con frases que se acercan más a los aforismos que a la narrativa.
La novela se ocupa de la vida de un editor de libros de nombre Klaus Klump, habitante en una ciudad cualquiera, que un buen día entra en guerra. Klump jamás ha pensado que su vida puede entrar en contacto con el horror que se asoma peligrosamente a la ciudad. Klaus es un hombre acomodado, sin intereses, que sólo cuando es reclutado entiende que “la filosofía de una nación se mide por las crueldades medias de su población más sencilla”. Y lo entiende cuando es alistado, como cualquier otro; puesto preso, como cualquier otro; ultrajado, como cualquier otro; y finalmente, convertido en asesino, como cualquier otro. Las contingencias, comprende Klump, no existen en la guerra: no hay azar para ser quien se es. La reflexión tampoco. La naturaleza menos. Lo único es el presente: el incesante y repetitivo martilleo de las máquinas; la oquedad pura y dura: “Actuar al detalle (en medio de la guerra) para no pensar en grandes cosas”.
Este hombre y quienes lo rodean —su novia Johana, su amigo Alof, su suegra Catharina, y un puñado de notables personajes— se muestran en esta novela desprovistos de todo: incluso de adjetivos. Tavares es capaz de desnudar la escritura hasta convertirla en lo que es: un arma punzante que, al igual que las armas de verdad, es capaz de herir de muerte. Las suyas son imágenes y frases brutales de lo que trae la guerra; expresiones que quedan resonando más y más cuando uno piensa que ese hombre vive también en este país.
Al final, la guerra termina. Y las heridas quedan por ahí flotando en esa ciudad sin nombre. Klaus se convierte en lo que siempre ha sido. Y uno como lector se queda atrapado en una deslumbrante y difícil novela que quizás no alcanzará las listas de los más vendidos pero sí perdurará como uno de los relatos más brutales sobre cómo se comporta un hombre así en la paz como en la guerra.
Gonçalo M. Tavares, ‘Un hombre: Klaus Klump’, Mondadori.