Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              28 de octubre de 2016 - 11:39 p. m.

                                                                                                                              Tiranos, palabras y cuchillos

                                                                                                                              Desde que los paladines sagrados del coronel Chávez igualaron el tufo y el rugido de los ultras de la derecha delincuencial, sus enemigos atávicos, condenaron su futuro al mismo final, hicieron de su progreso el mismo círculo del suicidio, la misma espada de Damocles sobre sus lenguas de fuego.

                                                                                                                              Y ya es predecible el pensamiento del lector que justifica los excesos políticos argumentando la defensa de un movimiento social cuando alcanza los púlpitos del poder: que debe defenderlo a muerte porque el establecimiento los derrumbará sin miedo, piensa. Que deben sostenerse con todos los recursos y con la misma intensidad de sus adversarios. Y Allí se conjugan siempre los dos discursos de las dos orillas con el único punto en común: el desconocimiento de ese término que tanto explotaron en sus años mozos de solemnidad y romanticismo: la democracia.

                                                                                                                              No voy a detener esta columna en lo consabido y obvio de la incoherencia de un movimiento al desconocer el único soporte medianamente decente que la humanidad inventó para acercarse a la pretensión de sus virtudes sobre el reino animal. Quien defiende una postura autoritaria contra las leyes debe sospechar de la ridiculez  de sus reclamos contra los mismos excesos de sus enemigos. Sería mejor enfocar la atención en lo que hace tan caricaturesco y peligroso a un viejo estudiante idealista que ensalzó hasta los ronquidos la dignidad de los humillados, de repente convertido en soberbio defensor a muerte de ese ideal contra la misma humanidad, contra sus mismas divisiones, y lo que hace tan venenoso y salvaje a un pequeño burgués, heredero de los discursos de conservación de la casta, de repente convertido en un sostenedor rabioso de la tradición contra todo lo que huela a pueblo, aunque manche su abolengo de sangre.

                                                                                                                              Los dos tienen de nuevo un punto en común: creen demasiado en sus palabras. Aceptan fácilmente la orden de los términos y los conceptos. Adoran hasta la enfermedad los ideales, sustentados todos en los vacíos naturales de un lenguaje ficticio. No dudan de la abstracciones a las que se entregan con tanta intensidad, no titubean nunca, no sospechan jamás, no se atreven a sugerir un solo momento si lo real de repente no es tan uniforme y tan claro como lo enuncian las palabras impulsivas. Cuando pronuncian la palabra Democracia la entonan con el fervor de un lenguaje sagrado, y la conciben perfecta, pero  inclinada y exclusiva en sus caprichos y contra toda reparo o reniego de los indóciles a quienes llaman progresivamente “ los insurrectos”.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              En esa trampa tonta y trascendental cayeron todos los déspotas del mundo. Robespierre defendió la igualdad y la fraternidad con un moralismo incorruptible hasta cortarle el cuello a media Francia cuando la revolución se impuso, para que todas las cabezas quedaran iguales y la fraternidad fuera tan pura como su sonido en los oídos, aunque su cabeza rodara también en la misma pila de los decapitados por traición a la sacralidad del concepto. Lo hizo Fidel y su revolución necesaria hasta ajustar las acciones a la medida paradisiaca del comunismo, aunque las cárceles fueran la medida práctica más exacta de la cercanía de los hombres. Y lo hizo Mao y su pasión por una cultura perfecta, aunque la ambigüedad humana quedara descartada con todos sus despojos de carne, y lo hizo Mussolini y su absolutismo estatal, aunque quedara también él colgado boca abajo y escupido en una plaza de Lombardía por la perfecta alineación de sus borregos contra sus axiomas, y Napoleón y su imperio total sobre todas las fronteras, aunque quedara condenado a una isla en el fin del mundo  por el estallido de la compresión de la tierra.

                                                                                                                              Maduro caerá también en el punto del fósforo de un Estado que traicionó su ambigüedad natural por creer en las palabras puras, en la igualdad irreductible, en la felicidad sin tregua de una equidad celestial. Por exceso de confianza y de solemnidad deberá heredarle el poder a otra fuerza que entra creyendo exactamente lo mismo: que la pureza que nunca debió traicionarse era la tradición del abolengo, que el Establecimiento comanda desde el paraíso con sus inamovibles financieros sin margen de error, y que el vulgo no puede comandar desde Miraflores con su jerga  de monte, porque el poder es para los instruidos en las facultades que son: esas otras ficciones.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Desde que los paladines sagrados del coronel Chávez igualaron el tufo y el rugido de los ultras de la derecha delincuencial, sus enemigos atávicos, condenaron su futuro al mismo final, hicieron de su progreso el mismo círculo del suicidio, la misma espada de Damocles sobre sus lenguas de fuego.

                                                                                                                              Y ya es predecible el pensamiento del lector que justifica los excesos políticos argumentando la defensa de un movimiento social cuando alcanza los púlpitos del poder: que debe defenderlo a muerte porque el establecimiento los derrumbará sin miedo, piensa. Que deben sostenerse con todos los recursos y con la misma intensidad de sus adversarios. Y Allí se conjugan siempre los dos discursos de las dos orillas con el único punto en común: el desconocimiento de ese término que tanto explotaron en sus años mozos de solemnidad y romanticismo: la democracia.

                                                                                                                              No voy a detener esta columna en lo consabido y obvio de la incoherencia de un movimiento al desconocer el único soporte medianamente decente que la humanidad inventó para acercarse a la pretensión de sus virtudes sobre el reino animal. Quien defiende una postura autoritaria contra las leyes debe sospechar de la ridiculez  de sus reclamos contra los mismos excesos de sus enemigos. Sería mejor enfocar la atención en lo que hace tan caricaturesco y peligroso a un viejo estudiante idealista que ensalzó hasta los ronquidos la dignidad de los humillados, de repente convertido en soberbio defensor a muerte de ese ideal contra la misma humanidad, contra sus mismas divisiones, y lo que hace tan venenoso y salvaje a un pequeño burgués, heredero de los discursos de conservación de la casta, de repente convertido en un sostenedor rabioso de la tradición contra todo lo que huela a pueblo, aunque manche su abolengo de sangre.

                                                                                                                              Los dos tienen de nuevo un punto en común: creen demasiado en sus palabras. Aceptan fácilmente la orden de los términos y los conceptos. Adoran hasta la enfermedad los ideales, sustentados todos en los vacíos naturales de un lenguaje ficticio. No dudan de la abstracciones a las que se entregan con tanta intensidad, no titubean nunca, no sospechan jamás, no se atreven a sugerir un solo momento si lo real de repente no es tan uniforme y tan claro como lo enuncian las palabras impulsivas. Cuando pronuncian la palabra Democracia la entonan con el fervor de un lenguaje sagrado, y la conciben perfecta, pero  inclinada y exclusiva en sus caprichos y contra toda reparo o reniego de los indóciles a quienes llaman progresivamente “ los insurrectos”.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              En esa trampa tonta y trascendental cayeron todos los déspotas del mundo. Robespierre defendió la igualdad y la fraternidad con un moralismo incorruptible hasta cortarle el cuello a media Francia cuando la revolución se impuso, para que todas las cabezas quedaran iguales y la fraternidad fuera tan pura como su sonido en los oídos, aunque su cabeza rodara también en la misma pila de los decapitados por traición a la sacralidad del concepto. Lo hizo Fidel y su revolución necesaria hasta ajustar las acciones a la medida paradisiaca del comunismo, aunque las cárceles fueran la medida práctica más exacta de la cercanía de los hombres. Y lo hizo Mao y su pasión por una cultura perfecta, aunque la ambigüedad humana quedara descartada con todos sus despojos de carne, y lo hizo Mussolini y su absolutismo estatal, aunque quedara también él colgado boca abajo y escupido en una plaza de Lombardía por la perfecta alineación de sus borregos contra sus axiomas, y Napoleón y su imperio total sobre todas las fronteras, aunque quedara condenado a una isla en el fin del mundo  por el estallido de la compresión de la tierra.

                                                                                                                              Maduro caerá también en el punto del fósforo de un Estado que traicionó su ambigüedad natural por creer en las palabras puras, en la igualdad irreductible, en la felicidad sin tregua de una equidad celestial. Por exceso de confianza y de solemnidad deberá heredarle el poder a otra fuerza que entra creyendo exactamente lo mismo: que la pureza que nunca debió traicionarse era la tradición del abolengo, que el Establecimiento comanda desde el paraíso con sus inamovibles financieros sin margen de error, y que el vulgo no puede comandar desde Miraflores con su jerga  de monte, porque el poder es para los instruidos en las facultades que son: esas otras ficciones.

                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar