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Atalaya

¿Dónde está Banksy?

Juan David Zuloaga D.
24 de marzo de 2022 - 05:00 a. m.

No deja de causar cierta consternación el hecho de que uno de los artistas más importantes del arte actual sea un grafitero. Uno, además, del que se desconoce casi todo sobre su trayectoria académica y vital.

El fenómeno parece un tanto inexplicable: un artista británico, del que casi nada se sabe, comienza a hacer algunos grafitis en Bristol primero y en Londres después; luego amplía su campo de acción y obras de su autoría comienzan a aparecer en distintas ciudades de Europa. Hace algunas colaboraciones con diversos artistas (como las portadas para varios discos de la banda británica Blur), y algunas de sus obras comienzan a popularizarse.

Se sabe que son suyas no tanto o no siempre por la firma de la obra como porque en ellas se reconoce la unidad de un estilo, la voluntad de un artista por dejar testimonio de su lectura del mundo.

Y empieza entonces a despejarse la incógnita de cómo es posible que un artista urbano sea hoy uno de los más importantes e influyentes del arte contemporáneo. Un artista ofrece al espectador, al lector, una mirada; aquello que en las artes se llama estilo es la visión que ofrece del mundo y es –cuando de una obra cabal se trata– su alma transfigurada. Ver el mundo a través de la creación de un artista nos hace comprender o al menos recordar el verso de Campoamor: “Todo es según el color del cristal con que se mira”.

Cuando se aprecia el conjunto de la obra de Banksy –y no alguna pieza dispersa que haya producido–, aparte de que se reconoce un estilo, se comprende que tiene una formación sólida y un ojo educado. No se sabe si dicha formación la recibió en una academia de arte o la adquirió en las visitas a las galerías y los museos, o por otro medio. Pero, sea como fuere, sus obras lo delatan. Aprecia el espectador en ellas un sentido del equilibrio, una mesura en el uso del color, un logro en la construcción de la armonía, una administración justa del uso de los recursos, una inteligencia en la consecución del conjunto tales que no alberga duda el observador de que se encuentra frente a las maneras de un artista genuino.

Se aprecia en sus obras también una ironía y un humor negro que son propios del espíritu y de las artes y británicos, cine y literatura incluidos, por supuesto. Y es fácil ver que Banksy bebe de esa tradición y a ella pertenece.

Quizás sea difícil desligar la obra de Banksy de su vena militante, que en él resulta siempre sutil e inteligente, y resulta difícil porque en ella hay o al menos suele haber un fuerte componente político, pero lo cierto es que el conjunto de su obra va mucho más allá de la denuncia a la que algunos críticos la han querido reducir.

@D_Zuloaga

Atalaya.espectador@gmail.com

 

Eduardo(66587)24 de marzo de 2022 - 02:38 p. m.
Gracias por referir el artista. En tiempos de chabacanería uribeduquefiquera, el arte es el refugio.
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