Las últimas semanas han estado llenas de noticias económicas de todos los colores. Noticias que nos tienen a todos los que nos dedicamos al trabajo de entender la economía y pronosticarla llenos de trabajo, haciendo simulaciones y uniendo las piezas.
Hemos visto esta lluvia de mensajes en las presentaciones del recién posesionado ministro Carrasquilla en los muchos foros en los que ha participado en este mes, de sus viceministros, de los diferentes miembros de la Junta del Banrep, de funcionarios del alto gobierno, de congresistas y, de último, pero no menos importante, del presidente Duque.
Han hablado sobre el estado actual de la economía, sus perspectivas, las tareas para crecer más en los próximos años, la remuneración relativa a los factores productivos, temas fiscales y sobre la posible reforma tributaria, entre otros. Los mensajes han sido de un verde brillante, de un rojo eléctrico o de un amarillo cautivante, pero pocos han sido azules que reflejen calma sobre el que, yo creo, es un buen momento de la economía colombiana.
En este arcoíris de colores, nuestra tarea es mostrar que Colombia lo ha hecho muy bien y que la fortaleza institucional y de crecimiento que ha mostrado en los últimos años es un activo muy importante. La economía está en una senda de recuperación con muchos retos, pero ya está en la senda luego de sufrir un choque negativo sin precedentes. La tasa de inflación está muy cerca de la meta y las expectativas de inflación mostraron resiliencia a pesar de la elevada y larga devaluación. La regla fiscal se ha cumplido y ha mostrado flexibilidad para permitir el ajuste, el gasto público se ha mantenido contenido y la deuda pública, aunque ha crecido, se mantiene en cifras manejables.
Las cuentas fiscales están apretadas e incluyen reducciones de gasto, pero la regla fiscal se puede cumplir. El monto del presupuesto que ya fue aprobado para el año entrante cumple la regla fiscal, por ejemplo. Por su parte, el déficit en cuenta corriente se ha cerrado gradualmente, permitiendo el ajuste también gradual de la economía. En estos tiempos de turbulencia de algunos países emergentes es aún más valioso destacar estas fortalezas que diferencian positivamente a Colombia.
BBVA Research;@juanatellez
Las últimas semanas han estado llenas de noticias económicas de todos los colores. Noticias que nos tienen a todos los que nos dedicamos al trabajo de entender la economía y pronosticarla llenos de trabajo, haciendo simulaciones y uniendo las piezas.
Hemos visto esta lluvia de mensajes en las presentaciones del recién posesionado ministro Carrasquilla en los muchos foros en los que ha participado en este mes, de sus viceministros, de los diferentes miembros de la Junta del Banrep, de funcionarios del alto gobierno, de congresistas y, de último, pero no menos importante, del presidente Duque.
Han hablado sobre el estado actual de la economía, sus perspectivas, las tareas para crecer más en los próximos años, la remuneración relativa a los factores productivos, temas fiscales y sobre la posible reforma tributaria, entre otros. Los mensajes han sido de un verde brillante, de un rojo eléctrico o de un amarillo cautivante, pero pocos han sido azules que reflejen calma sobre el que, yo creo, es un buen momento de la economía colombiana.
En este arcoíris de colores, nuestra tarea es mostrar que Colombia lo ha hecho muy bien y que la fortaleza institucional y de crecimiento que ha mostrado en los últimos años es un activo muy importante. La economía está en una senda de recuperación con muchos retos, pero ya está en la senda luego de sufrir un choque negativo sin precedentes. La tasa de inflación está muy cerca de la meta y las expectativas de inflación mostraron resiliencia a pesar de la elevada y larga devaluación. La regla fiscal se ha cumplido y ha mostrado flexibilidad para permitir el ajuste, el gasto público se ha mantenido contenido y la deuda pública, aunque ha crecido, se mantiene en cifras manejables.
Las cuentas fiscales están apretadas e incluyen reducciones de gasto, pero la regla fiscal se puede cumplir. El monto del presupuesto que ya fue aprobado para el año entrante cumple la regla fiscal, por ejemplo. Por su parte, el déficit en cuenta corriente se ha cerrado gradualmente, permitiendo el ajuste también gradual de la economía. En estos tiempos de turbulencia de algunos países emergentes es aún más valioso destacar estas fortalezas que diferencian positivamente a Colombia.
BBVA Research;@juanatellez