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Uribe debe pedir perdón

Leopoldo Villar Borda
09 de julio de 2021 - 05:30 a. m.

El testimonio del expresidente Juan Manuel Santos ante la Comisión de la Verdad sobre los llamados “falsos positivos” fue un aporte inmenso al establecimiento de la verdad sobre uno de los mayores crímenes de Estado cometidos en Colombia cuando él era ministro de Defensa y Álvaro Uribe ocupaba la Presidencia de la República. Sin embargo, no fue suficiente.

El relato que hizo Santos en presencia del padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, acabó de una vez por todas con las teorías amañadas de quienes todavía niegan que esos crímenes existieron y más aún que obedecieron a una política oficial. Ya no podrán decir que es un infundio castrochavista o de la izquierda colombiana. Tampoco podrán ocultar que esos crímenes mancharon para siempre al gobierno de la Seguridad Democrática.

Santos se quitó un gran peso de encima al ofrecer “su verdad”, como él mismo la llamó, pero en la consciencia colectiva de los colombianos esta será una verdad vacía mientras el máximo responsable del gobierno en aquel momento histórico no asuma la carga que le corresponde. Si Santos pidió perdón a pesar de que, según su relato, hizo esfuerzos para detener la criminal sangría de inocentes como parte de una política de tierra arrasada, con mayor razón debe hacerlo Uribe, quien fue el conductor de esa política.

Todos recordamos los discursos de Uribe cuando arengaba a las tropas para que no dejaran títere con cabeza en la guerra a muerte que declaró a la guerrilla de las Farc y a cuantos consideraba sus cómplices. No se necesitaba aguzar mucho los oídos para entender que los militares tenían carta blanca en esa guerra. Hacía ya tiempo que en los altos mandos de las Fuerzas Militares se percibía el descontento por no contar con suficiente apoyo del gobierno civil para adoptar la que según ellos sería la “solución final” del conflicto. Ese apoyo lo encontraron con creces cuando Uribe llegó al poder.

Tal vez no se encuentren órdenes presidenciales escritas ni testimonios sobre órdenes verbales directas del presidente para realizar acciones tan despreciables como la de asesinar jóvenes ajenos al conflicto y disfrazarlos después de guerrilleros para cobrar un supuesto mérito y ganar ascensos u otros beneficios. Pero nadie ignora que desde el primer hasta el último día de su presidencia Uribe impuso su sello autoritario en todos los niveles de la administración y no se perdió el más mínimo detalle de las actuaciones de la Fuerza Pública.

Él, y solo él, conoce exactamente cuál fue su papel en esa oscura etapa de nuestra historia. Con frecuencia reclama el mérito de sus aciertos. Lo mismo debería hacer con sus errores. El autor de estas líneas no dispone de evidencias probatorias para acusarlo penalmente, pero no tiene dudas sobre el hecho de que un presidente es políticamente responsable de todo lo que ocurra en su administración. Lo enseñó el presidente estadounidense Harry Truman, quien asumió, nada menos, la responsabilidad de arrojar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki. Lo hizo explícitamente al instalar en su escritorio un aviso que decía: “The buck stops here” (que traducido literalmente significa “Aquí se detiene el dinero”, pero también podría traducirse como “La responsabilidad es solo mía”). Es lo menos que la justicia y la sociedad colombianas deberían exigirle a Álvaro Uribe.

Leopoldo Villar Borda

Por Leopoldo Villar Borda

Periodista y corresponsal en Europa

 

Alberto(3788)10 de julio de 2021 - 12:36 a. m.
Esa entidad del Inframundo jamás lo hará, al contrario pregona su orgullo y pretende gratitud eterna. Siniestro sociópata y sicópata, lo peor que ha vivido mi generación.
Calixto(39388)09 de julio de 2021 - 11:56 p. m.
Mientras existan hordas de fans que se rinden ante la irracional filosofía anti Castrochavista, no habrá forma de hacer retroceder al señor del Ubérrimo. Resumiendo, somos en un gran porcentaje muy Brutos, ni con las evidencias en la mano creemos la realidad.
CarlosUribe(33105)09 de julio de 2021 - 06:56 p. m.
Fuentes fidedignas cuentan que en su presidencia "el paraco eterno" madrugaba a llamar a todos los cuartes del país para preguntar cuántos muertitos le tenían, y claro, un ejército de bandidos aumentaba a diario su cuota de barbarie con los "falsos positivos". Qué horror ese sicópata dando órdenes a los sicarios del ejército (sí sicarios, vieron quienes son asesinos del presidente de Haití)
José(9532)09 de julio de 2021 - 05:43 p. m.
Pobre mi patria tener que soportar tamaño criminal y su impunidad rampante.
jairo(18714)09 de julio de 2021 - 05:24 p. m.
a veces me pregunto ¿ como pudo haber nacido semejante cosa que no se me ocurre ningun nombre porque me quedo corto en colombia, existiendo tantos paises y venirnos a tocar a nosotros?
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