Los columnistas somos, en cierta forma, ciudadanos o ciudadanas privilegiados, por cuanto nuestra opinión ayuda a que otras personas construyan sus opiniones sobre una materia u otra. Por supuesto, ello ocurre también en relación con las cuestiones electorales. Pero quizá, más que privilegio, es una responsabilidad que exige mucho rigor y seriedad.
Imposible sustraerse de opinar en relación con las elecciones territoriales del próximo domingo 27 de octubre. Quiero hacerlo en favor de la lista al Concejo de Bogotá que encabeza Ana Teresa Bernal Montañez a nombre de Colombia Humana, UP y Mais. Esta lista sobresale entre las demás por ser una lista cerrada, encabezada por cuatro mujeres ampliamente conocidas y apreciadas: Ana Teresa Bernal, Heidy Sánchez, Ati Quigua y Susana Muhamad.
Yo conozco directamente a estas personas, pero también a las que les siguen: David García, José Antequera, Ruth Quevedo, Andrés Charry, José Cuesta… Pero aquí no me refiero a ellos, y a los demás de la lista, 22 en total, como una óptima opción para la ciudad por el solo hecho de que sean mis amigos. Me atrevo a asumir la responsabilidad de anunciar mi voto por ellas y ellos porque me consta su preparación, su probada honestidad y su irrevocable decisión por respetar y hacer respetar lo público, lo que es de todos en un gran conglomerado urbano como Bogotá.
Me gustan mucho los 12 ejes y propuestas que han agitado en la campaña porque constituyen una agenda moderna que sintoniza perfectamente con los problemas y recursos de la ciudad. Considero que ellos se condensan bien en tres grandes variables, conectadas entre sí, del quehacer ciudadano y la acción pública: vivir, buen vivir y convivir. Es un alivio encontrar candidatas y candidatos al Concejo capitalino que se proponen ejercer la política en una lógica de vida, en contravía de la lógica de muerte predominante.
Las grandes ciudades pueden ser grandiosos escenarios de humanismo y civilización o dantescos infiernos donde la mala política, la mala administración, materialice el homo homini lupus que nunca deja de acechar. Para evitar que ello ocurra, para no continuar construyendo ciudades-monstruo, leviatanes de autoritarismo y esperpentos de cemento es preciso, teniendo en cuenta a la analista María Teresa Uribe (1940-2019), pasar de levantar urbes a construir verdaderas polis.
“La polis sería una nueva dimensión de lo público que se erige sobre ese entramado, que se teje con sus elementos para darles fundamentalmente sentido, conexión, dirección, y orden democrático a las urbes. O sea, la urbe sería una cara de la moneda y la polis, otra”.
“Mientras las urbes producen pobladores, las polis generan ciudadanos. No es lo mismo ser ciudadano que poblador: para ser ciudadano se requiere una identidad política y una acción política en la urbe, no solamente la acción de tomar la palabra, sino de argumentar, deliberar y participar en hacer público lo público, en la cognoscibilidad de todos aquellos elementos que hacen la vida urbana. Ese es el lugar de los procesos de modernidad y modernización”.
Porque conozco a los integrantes de la lista que encabeza Ana Teresa Bernal, la lideresa de paz, la reparadora de víctimas, la demócrata integral, sé que ellas y ellos son capaces de eso y mucho más. La polis como proyecto de arcadia democrática necesita un sujeto que la construya: el ciudadano y la ciudadana como sujetos individuales, pero también las asociaciones, las redes, los movimientos como sujetos colectivos. El proyecto social requiere sujeto social y poder social.
Votaré por la lista al Concejo de Bogotá de Colombia Humana-UP-Mais y haré seguimiento del desempeño de sus integrantes para exigirles que cumplan lo que han anunciado y prometido en campaña. Esta lista es admirable por la calidad de quienes la conforman, lo será aún más por la excelencia de sus realizaciones.
Los columnistas somos, en cierta forma, ciudadanos o ciudadanas privilegiados, por cuanto nuestra opinión ayuda a que otras personas construyan sus opiniones sobre una materia u otra. Por supuesto, ello ocurre también en relación con las cuestiones electorales. Pero quizá, más que privilegio, es una responsabilidad que exige mucho rigor y seriedad.
Imposible sustraerse de opinar en relación con las elecciones territoriales del próximo domingo 27 de octubre. Quiero hacerlo en favor de la lista al Concejo de Bogotá que encabeza Ana Teresa Bernal Montañez a nombre de Colombia Humana, UP y Mais. Esta lista sobresale entre las demás por ser una lista cerrada, encabezada por cuatro mujeres ampliamente conocidas y apreciadas: Ana Teresa Bernal, Heidy Sánchez, Ati Quigua y Susana Muhamad.
Yo conozco directamente a estas personas, pero también a las que les siguen: David García, José Antequera, Ruth Quevedo, Andrés Charry, José Cuesta… Pero aquí no me refiero a ellos, y a los demás de la lista, 22 en total, como una óptima opción para la ciudad por el solo hecho de que sean mis amigos. Me atrevo a asumir la responsabilidad de anunciar mi voto por ellas y ellos porque me consta su preparación, su probada honestidad y su irrevocable decisión por respetar y hacer respetar lo público, lo que es de todos en un gran conglomerado urbano como Bogotá.
Me gustan mucho los 12 ejes y propuestas que han agitado en la campaña porque constituyen una agenda moderna que sintoniza perfectamente con los problemas y recursos de la ciudad. Considero que ellos se condensan bien en tres grandes variables, conectadas entre sí, del quehacer ciudadano y la acción pública: vivir, buen vivir y convivir. Es un alivio encontrar candidatas y candidatos al Concejo capitalino que se proponen ejercer la política en una lógica de vida, en contravía de la lógica de muerte predominante.
Las grandes ciudades pueden ser grandiosos escenarios de humanismo y civilización o dantescos infiernos donde la mala política, la mala administración, materialice el homo homini lupus que nunca deja de acechar. Para evitar que ello ocurra, para no continuar construyendo ciudades-monstruo, leviatanes de autoritarismo y esperpentos de cemento es preciso, teniendo en cuenta a la analista María Teresa Uribe (1940-2019), pasar de levantar urbes a construir verdaderas polis.
“La polis sería una nueva dimensión de lo público que se erige sobre ese entramado, que se teje con sus elementos para darles fundamentalmente sentido, conexión, dirección, y orden democrático a las urbes. O sea, la urbe sería una cara de la moneda y la polis, otra”.
“Mientras las urbes producen pobladores, las polis generan ciudadanos. No es lo mismo ser ciudadano que poblador: para ser ciudadano se requiere una identidad política y una acción política en la urbe, no solamente la acción de tomar la palabra, sino de argumentar, deliberar y participar en hacer público lo público, en la cognoscibilidad de todos aquellos elementos que hacen la vida urbana. Ese es el lugar de los procesos de modernidad y modernización”.
Porque conozco a los integrantes de la lista que encabeza Ana Teresa Bernal, la lideresa de paz, la reparadora de víctimas, la demócrata integral, sé que ellas y ellos son capaces de eso y mucho más. La polis como proyecto de arcadia democrática necesita un sujeto que la construya: el ciudadano y la ciudadana como sujetos individuales, pero también las asociaciones, las redes, los movimientos como sujetos colectivos. El proyecto social requiere sujeto social y poder social.
Votaré por la lista al Concejo de Bogotá de Colombia Humana-UP-Mais y haré seguimiento del desempeño de sus integrantes para exigirles que cumplan lo que han anunciado y prometido en campaña. Esta lista es admirable por la calidad de quienes la conforman, lo será aún más por la excelencia de sus realizaciones.