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La política en “Fratelli Tutti”

Luis I. Sandoval M.
09 de febrero de 2021 - 03:00 a. m.

“Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina sobre el amor fraterno sino detenerse en su dimensión universal. Entrego esta encíclica social como un humilde aporte a la reflexión para que frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras” (6).

En concordancia con ese objetivo central de la encíclica Fratelli Tutti el Papa Francisco dedica un denso capítulo, el quinto, a La Mejor Política. Y en este el tema más relevante y novedoso es el referido a la gobernanza de la Casa Común. “Para hacer posible el desarrollo de una comunidad mundial, capaz de realizar la fraternidad a partir de pueblos y naciones que vivan la amistad social, hace falta la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común” (154).

A ese tema, el poder internacional (sic), dedica los párrafos 170 a 175. Pero antes de ese tema ha tratado: populismo, sus inconvenientes y validez (155 a 162 y 169), valores y límites de las visiones liberales (163 a 168), y después de él trata con amplitud (176 a 197) el tema de la política, su realidad fáctica y su deber ser, el papel del político, todo a la luz de un novedoso enfoque: el amor político que aquí entre nosotros hace pensar en el concepto y compromiso del amor eficaz acuñado en los años 60 por el Padre Camilo Torres en su búsqueda emancipatoria del pueblo colombiano.

Es de notar que para el Papa Francisco entre las condiciones para el advenimiento y la gobernanza de un mundo fraterno no basta la intencionalidad y la voluntad individual y colectiva sino que ello tiene que ver con las condiciones económicas, por eso su alegato sobre el mercado con el liberalismo y el neoliberalismo, y tiene que ver con la forma estado nación en un mundo globalizado y con el carácter de las instituciones en todos los niveles: local, nacional, regional y supranacional. Imaginativo y realista es a la vez el Papa al abordar estos asuntos álgidos y de palpitante actualidad.

Aquí solo puedo resaltar algunas de las observaciones y directrices papales sobre lo que el mismo Francisco llama el poder internacional.

“El siglo XXI “es escenario de un debilitamiento de poder de los Estados nacionales sobre todo porque la dimensión económico-financiera, de características transnacionales, tiende a predominar sobre la política. En este contexto, se vuelve indispensable la maduración de instituciones internacionales más fuertes y eficazmente organizadas, con autoridades designadas equitativamente por acuerdo entre los gobiernos nacionales, y dotadas de poder para sancionar”. Cuando se habla de la posibilidad de alguna forma de autoridad mundial regulada por el derecho, no necesariamente debe pensarse en una autoridad personal. Sin embargo, al menos debería incluir la gestación de organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales” (172).

“En esta línea, recuerdo que es necesaria una reforma “tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones”… (173). “Para que esto sea realmente útil, se debe sostener “la exigencia de mantener los acuerdos suscritos –pacta sunt servanda- de manera que se evite “la tentación de apelar al derecho de la fuerza más que a la fuerza del derecho” (174).

Un mundo más fraterno requiere, según Francisco, un ejercicio de la política que genere gobernanza global. Importante recordarlo cuando el Covid-19 ha hecho patente la necesidad de asumir ciertos problemas y situaciones (pandemias, cambio climático, migraciones, informatización, producción, comercio, consumo…) como asuntos de interés compartido en la aldea global o casa común.

A quienes tienen interés en ampliar los temas aquí tratados me permito,  aparte de la encíclica misma, recomendarles estas lecturas: el libro de Antoni Domenech, El eclipse de la fraternidad: una revisión republicana de la tradición socialista, 2ª Edición, AKAL, Barcelona, mayo de 2019 y el articulo de Javier Fuego Simondet El mundo que viene: la gobernanza global, el gran desafío del siglo XXI en La Nación, Buenos Aires, 12 de octubre de 2019.

luis.sandoval.1843@gmail.com

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Alicia(1840)10 de febrero de 2021 - 02:58 a. m.
El Papa Francisco es un líder más allá de su iglesia y de la fe cristiana. Es un líder mundial y muy muy valiente y consecuente con sus principios humanitarios.
Bernardo(31155)09 de febrero de 2021 - 10:59 p. m.
¿Cómo puede lucir DENSIDAD un sujeto limitado para pensar por sus creencias dogmáticas?
Atenas(06773)09 de febrero de 2021 - 12:34 p. m.
Y Lucho, fiel seguidor de todo lo q' huela a populismo, ahora se viene con la barahúnda de reflexiones chimbas q' acostumbra Bergoglio y compartidas con P. Mujica. Y ambos prototipos de la verborrea latina. Mas repudiable es en grado 'sumo lo del sumo pontífice' q' da mucha lora mientras bajo sus pompas y narices la pedofilia y la misoginia hacen de la iglesia un lupanar con bendiciones.
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