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Lo del 9 y 10 de septiembre sí fue una masacre

Óscar Sevillano
17 de diciembre de 2021 - 05:00 a. m.

La única forma para que se restituya la confianza de parte de los colombianos en instituciones como la Policía, por ejemplo, es que estas reconozcan los errores que, en su nombre, y en función de sus deberes, cometen quienes la integran.

No es negando hechos como los sucedidos en Bogotá el 9 y 10 de septiembre de 2020, en donde 11 ciudadanos que no estaban en medio de las protestas murieron por las balas de las armas de los uniformados, como se va a mejorar su imagen. Una cosa es la protección que se le debe dar a la institución como tal y otra es la alcahuetería con el abuso y exceso en los que suelen caer algunos uniformados que, valga decirlo, no son pocos.

Faltaba ahora que la canciller Marta Lucía Ramírez, junto con el presidente Iván Duque y el ministro de Defensa Diego Molano, resulten ofendidos porque Naciones Unidas ayudó en un informe que dice lo que todos sabemos, “que uniformados de la Policía dispararon contra civiles que no hacían parte de las protestas en las noches del 9 y 10 de septiembre de 2020″.

El Gobierno Nacional debería tener en cuenta que la imagen de una institución pública no va a mejorar mientras se continúe en la lógica de esconder la mugre debajo de la alfombra. En Bogotá hubo una masacre. Si lo que se quiere es evitar que un hecho como estos se repita, lo que se debe hacer, en primer lugar, es pedir perdón a la ciudadanía. En segundo lugar, se debe llamar al orden a los miembros de la Policía Nacional y hacerles ver que todo aquel que actúe por fuera del marco de sus funciones tendrá el peso de la justicia.

Nada va a conseguir el presidente Duque si continúa en esa lógica negacionista, y sí en cambio puede empeorar si le sigue dando rienda suelta a ese discurso canalla y miserable con el que saca a relucir los uniformados que han resultado heridos en medio de las protestas o que han sido asesinados. No sé si lo hace con la idea buscar una especie de empate, como queriendo decir: “no reclamen que ustedes también nos perjudicaron tantos policías, con lo cual quedamos equilibrados”.

No se puede utilizar el dolor ajeno para tratar de callar el justo reclamo de familiares de civiles víctimas de los hechos del 9 y 10 de septiembre de 2020. Eso es utilizar la desgracia ajena en favor de un discurso negligente y de negación de unos hechos.

Que la justicia no haya fallado en los 11 casos denunciados no significa que estos no sucedieron. Tampoco se les puede pedir a quienes tienen ese duelo que no hagan sentir su voz, y mucho menos se puede tratar mal a quien investiga de manera independiente casos como estos. Además, suena bastante ridículo que insinúen que el informe está sesgado por la coincidencia en la publicación con el anuncio de la candidatura del exdefensor del pueblo, Carlos Negret.

Que Negret sea o no sea candidato no cambia el rumbo de los hechos ni cambia tampoco el sentido del informe publicado por la ONU, así que, por favor, señores del Gobierno, dejen de hacer el oso con ese tipo de declaraciones.

Aquí lo que hay que hacer es reconocer un hecho que nunca debió ocurrir, en el que participaron uniformados de la Policía que se salieron de control. Solo así se podrá trabajar para que la imagen institucional de la Policía Nacional se reconstruya de manera positiva ante los ojos de los colombianos.

El Gobierno Nacional debe entender que reconocer los errores y pedir perdón o disculpas no significa en ningún momento que sea débil, porque esta es la mejor manera de enmendar los problemas que causan los excesos de la fuerza.

Cambiando de tema: Una cosa es cambiar caras en del Senado y la Cámara y otra cambiar los malos hábitos en la política, que claramente no han salido de estas listas.

@sevillanoscar

 

Celyceron(11609)18 de diciembre de 2021 - 07:49 p. m.
Jamás se puede equiparar a un grupo de policías, armados y vestidos para la defensa, con ciudadanos inermes.
Bueno Bueno(20426)18 de diciembre de 2021 - 11:30 p. m.
Esto no se trató de unos uniformados que se salieron de control, esto es una estrategia del estado igual que el paramilitarismo y las masacres. El cuento de las manzanas podridas
Hernando(58851)17 de diciembre de 2021 - 11:43 p. m.
La responsabilidad en estos casos de violación de la ley y precisamente de derechos humanos fundamentales, no puede ser exclusiva de los subordinados; el mando en las fuerzas armadas, es jerárquico; la tropa no es autónoma.
PEDRO(90741)17 de diciembre de 2021 - 09:43 p. m.
Cuenta regresiva: faltan 233 días para que termine este hipócrita gobierno. Si le es posible, sea testigo electoral en su sitio de votación.
  • Fabio(78069)17 de diciembre de 2021 - 10:42 p. m.
    Que largos dias
humberto jaramillo(12832)17 de diciembre de 2021 - 06:05 p. m.
Y el presidentico locuaz, grandilocuente, charlatán y retórico dirá que no fue una masacre sino un homicidio colectivo. Eso es lo que tenemos y no somos capaces de rechazarlo en serio. Con gobernantes mucho menos pésimos nacieron las guerrillas formales en 1964, antes eran solo bandoleros.
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