Los movimientos de los chefs Sebastián Pinzón y Jaime Rodríguez fueron indagar referentes nacionales y de otros países, disminuir la nómina un 60 % y minimizar el consumo de servicios. El arrendador aceptó rebajar buena parte del canon. Además, debían ser coherentes con su alta cocina y no afectar su marca de cocina costeña contemporánea.
La primera estrategia fue lanzar domicilios. Un plato diferente, generoso y rico, que cambiara cada día, precio bajo, y, según unos residentes, tan buenos que lo pedían a diario. Un dilema: sus clientes siempre eran turistas, pero los domicilios fueron para residentes, lo que significa gustos diferentes. Los mantuvieron dos meses, con buena acogida, pero ese mercado local es limitado y competido.
Decidieron cambiar de estrategia y lanzaron domicilios para todo el país. Merece un fuerte aplauso esta innovación. Como sus visitantes eran de otras ciudades, lanzaron Caribe Box: una caja con delicias elaboradas por ellos, que soportan el viaje de más de un día. En tres versiones: una para amantes de la cocina, una para quienes desean productos listos para comer y otra que cada uno arma a su gusto en La Tiendita virtual.
La Tiendita ofrece, entre otros, jamón de pato ahumado casero —otro aplauso—; camarón guajiro seco al sol, con la receta para preparar uno de los mejores arroces del país; arepas samarias con queso costeño para asar en hoja de bijao; antipasto de queso costeño; casabe de Ciénaga de Oro, Córdoba, con crema de ajonjolí de Sucre, exquisito; empanadas de pescado, ají basket pepper y pudín isleño de frutas tropicales y ron, de San Andrés; chutney de flor de Jamaica para ensaladas; frijol kapeshuna wayuu; vinagreta de plátano; aceite de coco extra virgen y miel de abejas de los Montes de María; panela de hoja orgánica y miel de caña de Colomboy Córdoba; viche doña Sofi del Pacífico, un destilado artesanal de caña de azúcar hecho por mujeres. Los pedidos son congelados y viajan a todo el país.
Están robusteciendo estrategias como los talleres de cocina, productos para llevar, tures gastronómicos, catas y alianzas, y ahora en virtualización de canales y redes, tecnificación del mercadeo, y quieren lanzar productos para clientes locales. Creen con firmeza en su proyecto Caribe Lab. Saldrán adelante.
Evaluación valor social empresarial gastronómico (VSEG): excelente, con honores.
Contactos: 301 742 0389, www.celelerestaurante.com. Instagram: @celele_restaurante.
Los movimientos de los chefs Sebastián Pinzón y Jaime Rodríguez fueron indagar referentes nacionales y de otros países, disminuir la nómina un 60 % y minimizar el consumo de servicios. El arrendador aceptó rebajar buena parte del canon. Además, debían ser coherentes con su alta cocina y no afectar su marca de cocina costeña contemporánea.
La primera estrategia fue lanzar domicilios. Un plato diferente, generoso y rico, que cambiara cada día, precio bajo, y, según unos residentes, tan buenos que lo pedían a diario. Un dilema: sus clientes siempre eran turistas, pero los domicilios fueron para residentes, lo que significa gustos diferentes. Los mantuvieron dos meses, con buena acogida, pero ese mercado local es limitado y competido.
Decidieron cambiar de estrategia y lanzaron domicilios para todo el país. Merece un fuerte aplauso esta innovación. Como sus visitantes eran de otras ciudades, lanzaron Caribe Box: una caja con delicias elaboradas por ellos, que soportan el viaje de más de un día. En tres versiones: una para amantes de la cocina, una para quienes desean productos listos para comer y otra que cada uno arma a su gusto en La Tiendita virtual.
La Tiendita ofrece, entre otros, jamón de pato ahumado casero —otro aplauso—; camarón guajiro seco al sol, con la receta para preparar uno de los mejores arroces del país; arepas samarias con queso costeño para asar en hoja de bijao; antipasto de queso costeño; casabe de Ciénaga de Oro, Córdoba, con crema de ajonjolí de Sucre, exquisito; empanadas de pescado, ají basket pepper y pudín isleño de frutas tropicales y ron, de San Andrés; chutney de flor de Jamaica para ensaladas; frijol kapeshuna wayuu; vinagreta de plátano; aceite de coco extra virgen y miel de abejas de los Montes de María; panela de hoja orgánica y miel de caña de Colomboy Córdoba; viche doña Sofi del Pacífico, un destilado artesanal de caña de azúcar hecho por mujeres. Los pedidos son congelados y viajan a todo el país.
Están robusteciendo estrategias como los talleres de cocina, productos para llevar, tures gastronómicos, catas y alianzas, y ahora en virtualización de canales y redes, tecnificación del mercadeo, y quieren lanzar productos para clientes locales. Creen con firmeza en su proyecto Caribe Lab. Saldrán adelante.
Evaluación valor social empresarial gastronómico (VSEG): excelente, con honores.
Contactos: 301 742 0389, www.celelerestaurante.com. Instagram: @celele_restaurante.