Notas de buhardilla

Parecerse a Uribe, estrategia suicida

Ramiro Bejarano Guzmán
14 de julio de 2019 - 05:00 a. m.

La soberbia de Duque no le deja ver que no haber marcado distancia con Uribe, como lo pidió The Economist, es fuente de su desprestigio, que el subpresidente pretende distraer pidiendo a gritos la captura de Santrich, el derrocamiento de Maduro y, últimamente, la cadena perpetua para los violadores de menores, con los que sin embargo se pavoneaba durante la campaña electoral.

Los males empiezan con Carlos Enrique Moreno, cuñado de Uribe, expresidente del Grupo Corona, consejero presidencial, encargado de hacerles seguimiento a las agendas ministeriales y hombre fuerte del régimen. Como en los tiempos de la dictadura de Franco, es el “cuñadísimo” y manda más que Duque. Fácil resulta suponer quién nombró a este personaje que pasa agachado cuando sobre él deberían estar prendidos micrófonos y cámaras. Pero allá confían en que mientras estén en el poder, nadie los fastidiará y todo les será permitido. En eso tienen experiencia.

Duque se metió un tiro en el pie habiéndose dejado imponer al “cuñadísimo” vaya a saberse por qué íntima razón familiar, y eso explica muchas cosas que en materia empresarial han venido sucediendo. En ese sofisticado universo de las cifras económicas Uribe es la voz cantante, porque Duque no fue capaz de aislarse de la familia de su patrón.

Uribe debió de haber sido el responsable de que en el Ministerio de Defensa nombraran a Guillermo Botero y en la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) al almirante (r) Rodolfo Amaya, la pareja que ha conseguido revivir las peligrosas maniobras de la Seguridad Democrática.

Botero en Defensa es un caos que amenaza la democracia. Ya no hay duda de que sí estaba en curso una política de “falsos positivos”, que gracias a The New York Times fue abortada. Tampoco la hay de que al interior de las fuerzas militares y de policía convive una gigantesca corrupción con la que Botero parecía estar muy cómodo hasta cuando los medios levantaron la actual polvareda. Botero imprimió al Gobierno el talante recalcitrante de la ultraderecha y confirmó que los empresarios y dirigentes gremiales en el servicio público son un desastre. Recuérdese al también exministro de Defensa Jorge Alberto Uribe, a Sabas Pretelt en su aparatoso Ministerio del Interior y, recientemente, a Luis Carlos Villegas, quien también quedó en deuda como ministro de Defensa.

Debió también haber sido obra de Uribe el haber sentado al almirante Amaya en la DNI, cuyos solos antecedentes inquietan. Y aquí de nuevo el aire del uribismo se ha hecho sentir, pues ya se habla de espionaje, chuzadas y de hostigamiento a críticos y opositores, como cuando Uribe no mandaba en cuerpo ajeno. Hace varios meses opiné en esta columna sobre las preocupantes señales que se recibían de la DNI, pero el Gobierno se hizo el de la vista gorda. Hoy tenemos senadores perseguidos, periodistas chuzados y esa máquina destructora de honras operando, porque el uribismo no puede ni sabe gobernar sin abusar de las agencias de inteligencia.

La maliciosa derogatoria del decreto que establecía un procedimiento para seleccionar la terna solo se explica porque otra vez Uribe quiere y necesita un fiscal de bolsillo que no lastime su poder y que en su nombre intimide a quien se atreva.

En ese clima de prepotencia no sorprende que la pintoresca y arbitraria embajadora en Italia vete a escritores independientes, porque ahora también es prohibido criticar al subpresidente. En efecto Duque, a pesar de sus golpes de pecho ante la Virgen de Chiquinquirá, cada vez más confirma que, al igual que Uribe, tampoco es la buena persona conciliadora que nos han querido vender, sino otro perseguidor de la manada.

Y lo que faltaba. Ya veremos al Gobierno haciendo de todo para hacerle grata la estancia penitenciaria al consentido de Uribe, Andrés Felipe Arias, como se llama el nuevo dolor de cabeza de Duque, pues ahora comprobaremos si es verdad que no habrá privilegios carcelarios para ningún reo. Se ve difícil que así ocurra después de que, desafiando a la Corte Suprema y a la decencia, la inefable vicepresidenta expresara solidaridad con su copartidario condenado.

Adenda. El portal @cuestion_p ha divulgado graves acusaciones de inhabilidades contra la ministra Nancy Patricia Gutiérrez que deben ser respondidas. ¿Qué dirá el procurador?

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

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