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El autor sí tiene quien le escriba (Yo soy como el picaflor)

Ricardo Bada
13 de abril de 2024 - 03:24 p. m.

El día 17 se cumplirán 10 años de la muerte de García Márquez y ya está servida la polémica a raíz de la publicación de En agosto nos vemos, del que se dice que es un fragmento de un libro que no llegó a terminar. A mi humilde juicio, puede ser que sí, que sea ese dizque fragmento, pero entiendo que el relato se defiende como entidad autónoma y cerrada en sí misma. Y la sorpresa final hace que el texto sea algo más que el fragmento de una novela sin terminar. Este texto es tan inacabado como la Inacabada de Schubert.

El pasado 28 de febrero le envié a su gran amigo Guillermo Angulo, el siguiente email:

“¡Qué requeterregalazo me has hecho, hermano! Recibí hace dos días tu envío con esa “primicia mundial para mi amigo Ricardo”, y recién anoche tuve un par de horas de asueto y me embarqué en la lectura de En agosto nos vemos. ¡Qué belleza nos dejó Gabo con su relato póstumo! Como tantas otras veces con su prosa, me atrapó y no pude apartar la vista de la pantalla hasta llegar al punto final. Creo que debe ser un texto anterior en su escritura a la de Memoria de mis putas tristes, el único fallo que encuentro en él es ese “libro intonso que puso en la mesa de noche con una página marcada por el cortapapeles de marfil” (pg. 2) que no condice con el final del capítulo: “Sólo cuando cogió el libro de la mesa de noche para guardarlo en el maletín, se dio cuenta de que él le había dejado entre sus páginas de horror un billete de veinte dólares”, y como antes nos ha contado que ella estaba leyendo Drácula, de Brian Stocker, es evidente que tal libro no era intonso. Pero ya sabes, peccata minuta. Este relato es una joya. Gracias mil y una, como las noches de Sherezade”.

El 30 de marzo, en un diario independiente de Colonia, donde vivo, apareció una columna sobre la polémica acerca de la traducción alemana de En agosto nos vemos. Mientras en el conservador FAZ (Fráncfort) se presenta la obra como “sensación literaria”, el semanario liberal Die Zeit (Hamburgo) la califica de “superficial y ridícula”. La columnista concluye así su texto: “En la compra de un ´descubrimiento inédito del legado´ (del autor) el riesgo puede predecirse sin esa advertencia. Pero ¿no debiéramos atrevernos a la aventura?”

Por su parte, la escritora española Espido Freire publicó el 11 del mismo mes, en su cuenta de ex Twitter, un trino, entiendo que relacionado con el tema que aquí nos ocupa: “Nada debería trascender la voluntad manifiesta o manifestada de un autor”. Como no tengo su dirección ni acceso a ex Twitter le contesté indirectamente a través de mi columna semanal en la revista mexicana Nexos: “Desde luego, y así nos quedamos sin leer a Kafka. Gracias”.

 

María(41430)21 de abril de 2024 - 03:07 p. m.
Como siempre, gracias
Gines de Pasamonte(86371)13 de abril de 2024 - 05:43 p. m.
Ya que mencionas a “Anguleto” como lo llamaba cariñosamente Gabito, fotógrafo de alto coturno; de los amigos más allegados al Nobel. G.G.M explicó muchas veces que Gabito es el tradicional hipocorístico de los Gabrieles en la Costa y que Gabo, es un invento de nosotros los cachacos, para aclararle ese asuntillo a tu colega Santiago Gamboa. Recomiendo a ti, y a tus lectores, el excelente libro de Guillermo A. (Anguleto): “Gabo + 8”, eficaz complemento a la biografía del Nobel por Gerald Martin.
  • Ricardo(67977)13 de abril de 2024 - 07:32 p. m.
    Ya tengo un ejemplar del libro gracias a una amiga paisa que vive en Alemania y viajó a Paisápolis cuando el libro estaba recién publicado, y Guillermo mismo me quiere enviar un ejemplar dedicado de manera muy personal. Es un gran tipo y persona de mi mayor afecto. Feliz fin de semana, maese Pedro. Ricardo Bada
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