Razón tiene el gobierno del presidente Duque y la doctora Marta Lucía Ramírez, al declarar el consumo del café como: bebida nacional.
Degustar una taza de café, nos remonta a las fincas cafeteras, para reencontrarnos con un pasado, un presente y un futuro, lleno de glorias y de nostalgias, puesto que guardan en su entorno, toda una tradición, llena de alegría y entusiasmo, donde el día a día se vive en completa paz y armonía.
El 88 Congreso virtual Cafetero, que fue clausurado el pasado 4 de diciembre, es la clara demostración, de cuan sólido se encuentra y lo bien administrado que está, no obstante las dificultades que se han venido presentando con el Covid 19 y la ola invernal.
Qué emocionante es recorrer las fincas cafeteras, que llevan en su entorno, todo un historial de pulcritud y de grandeza; son muchas las generaciones que gracias al cultivo del café de sus mayores, lograron emigrar a las ciudades a hacerse profesionales y hoy son voceros y pregoneros agradecidos del principal producto emblemático de Colombia.
En medio de la pandemia del Covid 19 y la tremenda ola invernal que nos azota, no fue ningún obstáculo para que el gremio cafetero con su gerente a la bordo, no se dejaran amilanar por las dificultades y buscaran alternativas para sortearlas, fue así como lo lograron con honestidad y patriotismo.
Las dos cosechas del año: la de mitaca que empieza en abril y termina en julio y la de fin de año, en septiembre y termina para mediados de enero., fueron un rotundo éxito en cuanto a calidad, recolección y precios, que durante el año que termina se ha mantenido estable a más de un dólar por libra.
Es así, como en la cosecha cafetera de fin de año, se recolectaron 14 millones de sacos, lo que representa para el gremio 9 billones de pesos, con una generación de empleos directos e indirectos de dos millones quinientos mil personas, que representan a 545.000 familias cafeteras.
La cosecha que termina ha sido todo un éxito en su recolección y calidad, lo que le da al gremio y al País un respiro, puesto que los caficultores no se dejaron amilanar por las dificultades, antes por el contrario, dejaron sentado el precedente, que es un gremio bien organizado y echado para adelante.
Es así como el único gremio de nuestra economía, que se mantiene estable pese a los tropiezos que se han presentado, es el de la caficultura; queda una vez más demostrado, que los caficultores, son diligentes en el cultivo y producción, pero también exigentes en calidad y precios.
La buena gestión de su gerente general Roberto Vélez, quedó reflejada en la primera convención virtual que acaba de celebrarse, con la participación de todos los comités departamentales y municipales.
El 88 congreso cafetero que acaba de culminar, fue un rotundo éxito, el aroma de nuestro café, la diversidad de género y su meticulosa organización en forma virtual, se tomaron la convención cafetera.
Pero hay algo que resaltar y es la presencia de la mujer en la caficultura, son cientos las madres cabeza de familia, que se han dedicado en los últimos años al cultivo del café, pero, también como recolectoras; en otros tiempos cuando las mujeres esposas de caficultores quedaban solas, lo primero que hacían era vender las fincas, ahora se están enfrentando de igual a igual con los varones al: cultivo y producción de café, además las chapoleras o recolectoras le están imprimiendo un toque de femineidad a las cosechas cafeteras.
Las memorias del 88 congreso cafetero deben ser cuidadosamente elaboradas, puesto que en su organización virtual, nos dimos cuenta de cuan fortalecido está el gremio, con nuevas innovaciones y diferentes muestras de cafés especiales, que ya se han tomando el mundo, puesto que detrás del tradicional aroma, son muchos los compradores internacionales que lo están importando.
Sería muy importante que la Federación Nacional de Cafeteros, mediante divulgación más expedita, diera conocer a los caficultores: pequeños, medianos y grandes, los deberes y derechos que tienen para con el gremio; esto con el fin de buscar que la producción sea uniforme.
Los programas de desarrollo Rural Integrado, los deben conocer muy bien los caficultores, puesto que muchas veces ignoran sus derechos y por lo tanto caen en manos de intermediarios inescrupulosos.
El café es indudablemente el producto emblemático y orgullo de Colombia, por eso, debemos cuidarlo como un tesoro y el Paisaje Cultural Cafetero, conservarlo y no permitir que sea destruido con otros cultivos foráneos que llegan de forma improvisada y no pasan de ser emociones de momento.