Los vecinos

Hernán Peláez Restrepo
08 de marzo de 2008 - 05:00 a. m.

Para continuar con el tema engorroso y jarto de los últimos días, en los que Colombia ha sido asediada por los vecinos de Ecuador y Venezuela, he decidido hacer un recuento de los jugadores que de esos países vecinos llegaron a nuestro fútbol. Realmente son pocos quienes en el pasado dejaron huella y con la esperanza del éxito que logren los venezolanos del momento, como pasa con los del Independiente Santa Fe.

Conversando con el historiador Guillermo Ruiz Bonilla, reconstruyo esta lista. Ya en 1949, en los albores del profesionalismo, aparecieron Ulpiano Arias, en América; Marco Izaguirre, en el Cali; Rafael Maldonado, en Deportes Caldas; El Chompi Enríquez, en el Sporting de Barranquilla; Carlos Alume, en Manizales; Humberto Suárez y Moscovita Álvarez, en Santa Fe. De ellos, tal vez Enríquez fue el más destacado.

Más tarde estuvo por Nacional Gonzalo Posso, Jaime Borell por el Cúcuta; uno de nombre curioso, Gastón Malagón Bolívar, en el Bucaramanga. Millonarios tuvo en sus filas a Pedro Gando, procedente de Emelec, un puntero derecho de raya, de rendimiento, pues resultó campeón con los azules en 1963 y 1964. Estuvieron también Jimmy Blandón, volante de primera línea, y Nicolás Ascencio, sin mayores logros.

Al Pereira llegaron, en diferentes épocas, Hólger Quiñonez y Eduardo Hurtado, quien casi ni jugó. El Once Caldas trajo al arquero Ceballos; el Medellín a Tin Delgado, un goleador en su país. Pasó por América Jéfferson Torres, un Astudillo por Unión Magdalena. Sin duda alguna, por encima de Pedro Gando, el mejor de los ecuatorianos ha sido Iván Hurtado, campeón con Nacional, quien más veces vistió la camiseta de Nacional de Ecuador, gracias a su técnica, calidad en el quite, claridad para armar la salida del equipo y, por encima, excelente señor.

Tuvimos un director técnico ecuatoriano, Pablo Ansaldo, buen arquero en el Barcelona y discreto orientador en el Bucaramanga.

De Venezuela y en épocas más recientes arribaron al país Stalin Rivas, en Millos; Rafael Dudamel; Toyo, el arquero búcaro. Rey y Rojas, en Nacional; El Chiquito Ricardo Páez, en América y Pereira; Rubert Morán, en Bucaramanga; Rouga, en Júnior; el llamado Cari Cari Noriega, en el Medellín; el goleador máximo de Venezuela, Juan García, en el Pasto; Leopoldo Jiménez, en Caldas. Carlos Maldonado, Digiorgio, Jesús Vera, en Santa Fe, quienes precedieron a Vielma y Seijas. César González, en Huila y Cali. De todos ellos, quizás Jorge Rojas haya resultado el más interesante por su aporte para Nacional y América.

De Colombia y después de El Dorado marcharon varios a Venezuela, como los del Loyola, La Salle, recordando a Leticiano Guzmán, Rubén Padín, Juan Carlos Toja y Rigoberto Felandro, ex arquero de América. A Ecuador fueron Gabriel Mejía, Leonel Montoya, El Pibe Ortega y de allá también llegaron los argentinos Mirabelly, Castroman, Sierra y  El Tano Gianone.

Aunque el fútbol nuestro siempre buscó en Argentina, Paraguay y Uruguay, no faltó interés por los jugadores de los países vecinos. No tuvimos ni a Spencer ni a Polo, ni a El Pibe Bolaños, ni a Kaviedes ni Aguinaga, los mejores de la historia de Ecuador, aunque siempre fueron buenos vecinos, al menos en el fútbol.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar