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Comencemos con usted doctor Sergio Araujo

Carmen Palencia
27 de julio de 2015 - 02:42 a. m.

El departamento del Cesar fue controlado por el paramilitarismo en cabeza de Jorge 40, fenómeno que a lo largo de más de una década dejó un centenar de personas desplazadas por la violencia, que hoy por hoy se refugian en la ciudad de Valledupar, muchas de ellas esperando el día en que puedan retornar a sus fincas y veredas que les fueron arrebatas o que solo esperan su debida reparación como víctima del conflicto armado, porque no les quedó otra opción más que tratar de rehacer sus vidas en territorio ajeno.

Pocos pueden olvidar el sufrimiento que les causó las consecuencias que a sus vidas trajo la presencia de los hombres comandados por Jorge 40, quienes con sevicia cometieron masacres en las poblaciones de Astrea (enero 2000); Curumaní (enero 1999), más los asesinatos y desapariciones a cuenta gotaque llevaban a cabo en los distintos pueblos y veredas a donde iban, uno de ellos el corregimiento de Estados Unidos del municipio de Becerril, donde el comandante paramilitar disputó una guerra a muerte con alias Simón Trinidad, miembro de las Farc.

Muchas de estas personas tienen en sus manos la tarea de elegir un alcalde que bien podría darle rienda suelta a la Reparación de Víctimas como lo ordena la ley 375, complementando la tarea con ideas propias gestionadas desde su administración o darle el respaldo a otro que hará la tarea a paso lento, acudiendo a la figura de Autonomía Territorial para convertirse en una piedra en el zapato.

Justamente por lo anterior, es que no puedo estar de acuerdo con la aspiración a la Alcaldía de Valledupar del Señor Sergio Araujo Castro, porque en primer lugar, dudo mucho que cumplirá a cabalidad con la Reparación a Víctimas. También porque dentro de su familia se ha comprobado judicialmente vínculos con los paramilitares, que han terminado por beneficiarles políticamente. Puede estar segura de que la presencia de estos señores en la región le sirvió al exsenador y actor de televisión Álvaro Araujo, lo mismo que a Hernando Molina, alias 35 exgobernador del Cesar, primo suyo.

De modo entonces doctor Araujo que no pretenda ni acobardarme, con amenazas de demanda, ni mucho menos callar mi opinión. ¿Desde cuándo no se puede manifestar la manera de pensar con respecto a alguna candidatura, en este caso la suya?; ¿Desde cuándo es un delito decir que alguien no cuenta con autoridad moral para defender el buen gobierno y la ética pública?.

Ese concepto no solo lo tengo de usted doctor Araujo, también pienso lo mismo de su jefe el expresidente Álvaro Uribe, porque evidentemente no la tienen, porque personas que provienen de un grupo sea familiar o colectivo, que se benefician políticamente del narcoparamilitarismo, no tienen autoridad moral para gobernar ni local, ni mucho menos en el panorama nacional.

Ahora doctor Araujo, si lo que usted quiere es darse a la posibilidad de iniciar un trabajo de reconciliación nacional, abriendo las puertas para dialogar con los sectores de izquierda en la legalidad, como le hizo saber al Presidente Juan Manuel Santos en la nota publicada en el diario El Tiempo el pasado 22 de julio, perfecto. En calidad de Líder Nacional de Restitución de Tierras le acepto la invitación, partiendo de la base de que este acercamiento tiene un inicio y es la verdad de los hechos.

Por lo anterior, si en realidad usted desea sostener un diálogo abierto y un trabajo constante con los sectores de izquierda en la legalidad, lo podemos tener, pero eso sí, partiendo de la confesión de la verdad de los hechos. En este sentido, le hago el llamado a que nos diga a los colombianos y a la sociedad en general, ¿hasta dónde llegó su amistad y el grado de confianza con Jorge 40?

Vuelvo y digo, no podemos seguir con el argumento hipócrita de que hay amigos guerrilleros malos y amigos paramilitares buenos. Me disculpa doctor Araujo que martille sobre lo mismo, pero ambas relaciones son inaceptables, y no pretenda hacernos creer que por el hecho de estar viviendo en Bogotá trabajando en la Contraloría General y después en la Bolsa, usted no sabía de las actividades de Jorge 40. La invitación del gobierno Uribe para que usted sirviera de facilitador con las AUC, no pudo ser casual, porque esa labor no se le designa a cualquier parroquiano, por ilustre que sea.

Es cierto doctor Sergio, no podemos seguir hostigándonos mutuamente, pero tampoco poder seguir en la tónica de decirnos verdades a medias, mucho menos cuando aseguramos contar con la ética y honorabilidad para ejercer tareas de administración pública.

Estoy de acuerdo, pero entonces comencemos con usted primero, por eso le reitero mi invitación a que nos responda a los colombianos, ¿hasta dónde llegó su amistad y el grado de confianza con Jorge 40?

@ludispalencia

 

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