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Comunidad y desarrollo

¿Cómo es una cosecha de café?

Uriel Ortiz Soto
08 de julio de 2020 - 05:00 a. m.

La cosecha de café llamada de mitaca está por terminar, pero viene la de octubre, que se extiende hasta el mes de enero. Es el tiempo en que nuestros campesinos caficultores, al terminar la jornada, al calor de una deliciosa taza de café, rasgan los tiples y las guitarras para sacar hermosas melodías que muchas veces compiten con los más avezados compositores.

Se inspiran en sus propias cosechas, le cantan a la vida, y a la luz de la luna llevan serenatas a las bellas chapoleras y campesinas, que últimamente habitan las fincas cafeteras como cultivadoras y propietarias.

Detrás del cultivo del café se esconden variedad de secretos y leyendas, muchas de ellas tejidas o inventadas por los recolectores. Las más conocidas: la patasola, la bruja, la madremonte, el cazador, el jugador, entre muchas otras, todas inventadas al fragor de los ríos y montes que les sirven de escenario.

El producto emblemático y orgullo de Colombia, el café, es poco conocido en algunas regiones de nuestro país y del exterior. Desde su proceso de cultivo, con las diferentes variedades, hasta llegar a su imponente calidad, no deja de sorprender al mundo por su exquisito sabor y aroma.

Cuando los cafetos están cubiertos de azahares, flores blancas, se puede avizorar lo que será el monto total de la cosecha. Hay árboles tan bondadosos de los cuales se puede coger hasta ocho kilos de café cereza, por eso hay que apurarle con la recolección para evitar que los granos se caigan del árbol y pierda calidad.

El café en pulpa o acabado de recolectar es depositado en los estanques, donde queda listo para ser llevado a la despulpadora, que puede ser manual o de motor, y al ser pelado arroja lo que es el café baba.

El café baba hay que lavarlo y después viene el zarandeo, que consiste en separar el café puro del café pasilla, que viene siendo de menor calidad pero de mayor consumo en las haciendas y fincas cafeteras.

Agotado el proceso de zarandeo, tanto café puro como pasilla son llevados al secadero o los llamados silos. Se puede demorar el proceso de secado hasta cuatro días; sin embargo, si hace buen sol, en dos días el café queda listo para ser empacado en sacos de 50 kilos, para llevarlo al mercado.

Sin embargo, si el productor quiere darle mayor calidad para mejorar el precio, debe someter su café a un proceso de selección, es decir, limpiarlo de granos deformes, con media cara o descoloridos.

La recolección y producción del café es algo tan emocionante y sublime que sus procesos agroturísticos recorren los países europeos y asiáticos, invitando al mundo a visitar las zonas cafeteras, una región de verdadera paz y armonía donde se cultiva el más delicioso café del mundo.

Su agradable aroma ha conquistado los exquisitos paladares de hombres y mujeres de negocios. Las más exigentes reuniones sociales en los países europeos y asiáticos son atendidas al calor de una deliciosa taza de café colombiano.

Quienes tuvimos el privilegio de haber nacido y pasado parte de nuestra niñez y adolescencia en la región cafetera nos llenamos de nostalgia en estas épocas de recolección, pues vienen a nuestra memoria los bellos recuerdos, matizados con el aroma campesino, el trino de las bellas y majestuosas aves, el revoloteo de pequeños cuadrúpedos de especies menores, como las juguetonas ardillas, guatines y conejos que, si bien a veces resultan perjudiciales, forman parte del colorido y la belleza del Paisaje Cultural Cafetero.

El pájaro carpintero, con su potente pico, construye en los aguacatales, carboneros y otras especies de mayor envergadura sus nidos en forma redonda, tan bien pulida que los expertos en escuadra y demás implementos no han sido capaces de darle la misma forma.

Lamentablemente, sus fuentes de agua cristalina, que son otro atractivo del cultivo del café, últimamente vienen deteriorándose con el cultivo del aguacate hass, cuya siembra no solo está destruyendo nuestro paisaje, sino acabando con las especies tradicionales que, en tiempos de antaño, le dieron colorido y fueron fuente de inspiración poética y para el cantar de los cantares, donde las bellas musas se inspiraban al son de tiples, guitarras y bandolas.

Los meses de mayo, junio y mediados de julio son los de la recolección de la cosecha de mitaca en el Eje Cafetero. Los dueños de las fincas se preparan para iniciar tal labor y al observar sus cafetos cubiertos de granos rojos se llenan de nerviosismo. De no apresurarse en su recolección, los granos empiezan a caerse del árbol y los que caen al suelo, por desprendimiento, pierden calidad.

Pasada la cosecha de mitad de año, o de mitaca, se espera la del mes de octubre.

urielos@telmex.net.co

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