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Rabo de paja

Como piedra en el Zapateiro

Esteban Carlos Mejía
27 de febrero de 2021 - 03:00 a. m.

La mañana del viernes 9 de mayo de 1958, hace ya casi 63 años, Alberto Lleras Camargo, electo presidente de Colombia el domingo previo, entró inerme, o sea, desarmado, sin edecanes ni comitiva, al Teatro Patria, al pie de una guarnición en Bogotá. El recinto estaba lleno de milicos. La mera cúpula.

Una semana antes, el 2 de mayo a las 3:10 de la madrugada, el coronel Hernando Forero Gómez, comandante de la Policía Militar, emprendió un coup d’état para arrestar a la Junta provisional de gobierno, boicotear las elecciones presidenciales del domingo 4 y reinstaurar en el poder al teniente general Gustavo Rojas Pinilla, Gurropín. La intentona fracasó por una azarosa combinación de buena fortuna civil y pésimo desempeño insurreccional. Siete días después, Lleras Camargo, con su voz resonante y su dicción pluscuamperfecta, les cantó la tabla a los gorilas.

“No hay mucho peligro en las controversias de los civiles cuando la gente está desarmada”, les dijo para empezar. “Pero si alguien tiene a sus órdenes para resolver la disputa, cuando ya carezca de argumentos o pierda la paciencia, una ametralladora, un fusil, una compañía o las Fuerzas Armadas, irá a todos los extremos, se volverá más violento, será irrazonable, no buscará el entendimiento sino el aplastamiento, y todo acabará en una batalla”.

Supongo que en ese momento hubo ceños rabiosos, braguetas fruncidas y puños apretados. Lleras Camargo no se inmutó: “Las Fuerzas Armadas no deben deliberar, no deben ser deliberantes en política, como dice la Constitución”. A renglón seguido recordó su pecado original: “Han sido creadas por toda la nación. Porque la nación entera sin excepciones de grupo ni de partido ni de color ni de creencias religiosas sino el pueblo como masa global les ha dado las armas, les ha dado el poder físico con el encargo de defender los intereses comunes, les ha tributado los soldados, les ha dado fueros, les ha otorgado el privilegio natural de que sean gentes suyas quienes juzguen su conducta”.

Duélale al que le duela. Lleras Camargo prosiguió con irrefutable certeza: “Y todo ello con una sola condición, la de que no entren con todo su peso y su fuerza a caer sobre unos ciudadanos inocentes por cuenta de otros ciudadanos”. Más claro no canta un gallo. “Si las Fuerzas Armadas tienen que representar a la nación ante presuntos enemigos exteriores, necesitan del respeto colectivo, y no lo podrían conservar sino permaneciendo ajenas a las pugnas civiles. Las Fuerzas Armadas no pueden, pues, tener partido”.

Y así durante casi 45 minutos. Al pan, pan y al vino, vino. Cerró con broche de oro: “Las Fuerzas Armadas entran a la política y la dañan, la dañan simplemente porque nadie las invita a entrar en la política sino con el ánimo de que echen bala por su cuenta, pongan los muertos, destruyan a sus enemigos y defiendan intereses ajenos a las conveniencias generales de la República”.

Dudo que el ministrico de Defensa, cuyo principal mérito político es haber sido parido en un hospital militar, haya leído o escuchado este discurso. Ni tampoco el mismísimo general Zapateiro Altamiranda con sus apellidos de novela de dictadores. Lo transcribo aquí y ahora como constancia de que “hasta las palabras, no digo ya las acciones, deben ser en este tiempo cautelosas, tranquilas, pacíficas”.

Rabito: “La Fuerza Pública no es deliberante”. Título 7. Capítulo 7. Artículo 219. Constitución Política de Colombia, 1991.

@EstebanCarlosM

 

Milkas(57666)28 de febrero de 2021 - 01:12 p. m.
Cuando otras armas apuntan a nuestros corazones está bien sentir que las fuerzas armadas están ahí prestas a nuestra defensa.
Eduviges(dgv1l)28 de febrero de 2021 - 12:56 a. m.
Y por supuesto el Chancho Naranjas calladito ante el Ajua... ah no!!!! Lo repite!!!! Arrodillado, inane, infame gordo inútil.
cristina(c6x7w)27 de febrero de 2021 - 11:56 p. m.
Que buena Columna que de paso nos recuerda que existía algo que un sátrapa como Uribe descompuso hasta el extremo de la carroña.. ese algo se conocía en esos tiempos como dignidad presidencial... ahora solo existe el asalto al botín burocrático !!!
Julio(25062)27 de febrero de 2021 - 11:23 p. m.
PILDORITAS PARA LA MEMORIA : El coronel Diogenes Gil quizo darle un golpe militar al entonces presidente Alfonso López Pumarejo .Para el efecto lo encerró en un cuartel militar....pero no pudo hacer efectivo ese golpe porque el zorro López Pumarejo le exigió al coronelito que para firmar él esa dimisión tenía que hacerlo en PAPEL SELLADO. Como era fin de semana NO había notarías abiertas.
  • Julio(25062)27 de febrero de 2021 - 11:30 p. m.
    Y desde luego que no hubo golpe de Estado militar. Y hablando de lealtades y servicios a la protección integral del Estado Colombiano por las FFAA, por qué no se han manifestado o protestado siquiera por la pérdida de más 850mil Kilómetros cuadrados de suelo patrio desde el Canal de Panamá hasta los 80.000 Kms2 de aguas territoriales cedidos a Nicaragua en el gobierno Uribe ????
gilberto(22745)27 de febrero de 2021 - 11:03 p. m.
El sr Presidente y el General con apellidos.......de novelas de dictadores, deberían saber que en Colombia hay separación de poderes y que las Fuerzas Armadas no son Deliberantes. Como Esteban Carlos Mejía creo que el ministrico no sabe quien fue Alberto Lleras Camargo. Estupenda su columna de hoy
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