Compás de espera

Lleva el presidente electo Iván Duque una semana desde su histórico triunfo en las elecciones y ya se ha hecho sentir. Lo primero es que por cuenta de sus declaraciones se paralizó el trámite en el Senado de la ley que establece los procedimientos que debe seguir la JEP. No tengo claro para dónde va Duque, aun cuando ha dicho que quiere esperar a que la Corte Constitucional se pronuncie sobre la ley estatutaria que creó la JEP. Hay un tema aún más grave y es que si la JEP, como está estructurada y pactada, no puede actuar, queda el país en manos de la Corte Penal Internacional.

Súmenle a esto que los guerrilleros desmovilizados y muchos de los militares que se han acogido a la JEP quedan en el limbo. Y las víctimas maltratadas. Hoy por hoy, de no salir aprobada esta ley, lo firmado con las Farc queda en vilo. Salvo que la JEP expida su propio procedimiento, lo que podría hacer. Y arranca así un fatal choque de trenes como lo vimos con el caso de Jesús Santrich.

Me temo que el presidente Iván Duque lo que pretende es ver en la cárcel a los comandantes de las Farc, muchos de ellos hoy con derecho a curules en el Congreso.

Ha dicho igualmente Duque que hará una reforma tributaria. La había anunciado. Vamos a ver cómo se viene esa mano, qué impuestos quita y cuáles pone. Esta, por supuesto, debe venir acompañada de decisiones sobre la reducción del gasto. Es decir, acabar con el gobierno derrochón, como dice Uribe.

Muchos columnistas esta semana le empezaron a dar garrote a Duque. Creo por el contrario que hay que darle un compás de espera. Ver cómo va a manejar a Uribe y a muchas personas cuestionadas que están en sus círculos cercanos. Y ojalá pueda hacerlo aun cuando ya la flamante exsecretaria de Uribe, Alicia Arango, dijo que Duque podrá ser el presidente pero que el jefe es Uribe. ¡Qué susto de mensaje! Ojo, doctor Duque.

Ojalá Duque se sacuda rápidamente de los Valencias Cossios, de los José Obdulios y demás, pues de lo contrario tendrá cuatro años de escándalos y harteras.

Quiera que Duque logre que Uribe se calle, aun cuando realmente lo dudo. Teniendo Uribe problemas penales, pregunto: Si la Corte Suprema decide, ¿qué hará el presidente Duque si le dictan una orden de captura a Uribe? Y esta no es una hipótesis descabellada.

Hay que darle al presidente electo un compás de espera y hay que confiar en su buen talante y buena madera. No la va a tener fácil y él lo sabe, pero conviene que a diario el presidente Duque recuerde que sólo tiene cuatro años para pasar a la historia en representación de una nueva generación de colombianos que votaron por él con toda la esperanza.

Encuentra por demás el presidente electo un país polarizado y con una gran cantidad de chicarrones, como se dice popularmente. Qué cantidad de retos los que tiene. Por lo pronto hay que desearles suerte al presidente Duque y a la vicepresidenta Ramírez.

Entre tanto, seguiremos de cerca sus movimientos y decisiones, que ojalá sean siempre las acertadas.