Con verdadera indignación

Alberto Donadio
27 de septiembre de 2018 - 08:13 p. m.

Marcelo Odebrecht, presidente de la homónima compañía, fue detenido en Brasil el 19 de junio de 2015, acusado de pagar sobornos a funcionarios de Petrobras. La fecha es indiscutible. Sin embargo, hace cuatro meses el fiscal Néstor Humberto Martínez dijo por escrito ante la Corte Suprema de Justicia: “Entre septiembre de 2015 y marzo de 2016 ... nada se conocía en el mundo de los comportamientos punibles de Odebrecht”.

En esos seis meses en que sí se conocían los sobornos de Odebrecht, Martínez fue contratado por el Grupo Aval para reclamar ante Odebrecht la devolución de $33.000 millones que salieron de la concesionaria de la Ruta del Sol II, negocio conjunto de Odebrecht y el Grupo Aval.

Este alega que se trataba de dineros robados por el socio Odebrecht, no de sobornos. Según Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez: “Lo cierto es que los pagos que rechazamos iban dirigidos a empresas cuyos servicios no pudieron demostrar nuestros socios mayoritarios que fueran necesarios para la ejecución de la obra”.

Es difícil aceptar que estando en la cárcel Marcelo Odebrecht por haber repartido coimas por dos mil millones de dólares para obtener contratos de Petrobras, ni Sarmiento Gutiérrez ni Martínez, que no son oligofrénicos, hubieran sospechado que Odebrecht empleó el mismo procedimiento criminal en Colombia.

Pero supongamos que fue un robo. ¿Por qué Sarmiento Gutiérrez no lo reportó el 15 de febrero de 2017 en una reunión con accionistas del Grupo Aval en los Estados Unidos?: “I have shared all my knowledge about the Odebrecht scandal with you” (“esta es toda la información que tengo sobre el escándalo Odebrecht”, dijo en esa fecha Sarmiento Gutiérrez, pero no contó que el socio les había birlado más de 10 millones de dólares. Sospechoso.

Pero es más sospechoso aún que Martínez, una vez se conocieron los sobornos de Odebrecht en Colombia en diciembre de 2016, ocultó a la opinión pública que él supo de esos robos y redactó el contrató en que los socios Odebrecht y Grupo Aval zanjaron el pleito. El fiscal actuó de manera desleal pues no reveló oportuna y voluntariamente que desde 2015 supo de otro tipo de delitos cometidos en la concesionaria.

Como servidor del Grupo Aval podía mantener en reserva ese hecho. Como servidor público no. Al anunciar en enero de 2017 la captura del ex viceministro Gabriel García Morales, el fiscal Néstor Humberto Martínez señaló que lo hacía “con verdadera indignación de colombiano”. Ahora, con verdadera indignación de colombianos comprobamos que se les ocultado la verdad a la Corte Suprema de Justicia, a los accionistas del Grupo Aval y a la opinión pública. ¿A qué se debe ese ocultamiento?

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