Conexión y dispersión urbana

Columnista invitado EE
14 de febrero de 2020 - 05:00 a. m.

Por Sebastián F. Villamizar Santamaría

Las calles en Colombia son de las más conectadas del mundo. Así lo dice una investigación realizada por Adam Millard-Ball y Christopher Barrington-Leigh, profesores de la Universidad de California y de McGill. Ellos midieron más de 46 millones de kilómetros de calles alrededor del mundo para ver qué tan conectadas estaban, es decir, si tienen más de una entrada y hay intersección con más calles.

Según el mapa, las ciudades del mundo están cada vez más esparcidas, lo cual sigue el modelo estadounidense y europeo. En ese modelo, hay cada vez más ciudades periféricas que tienen vías con una sola entrada, en las que hay una alta dependencia del carro y poca densidad de personas. Esto genera altos problemas ambientales por las emisiones de CO2 y el consumo de energía.

Aun así, las calles colombianas mantienen una alta conectividad. Pero, desde luego, en el interior hay variación. Por ejemplo, el mapa muestra que el centro, el oriente y el norte del país tienen más conectividad que incluso Antioquia, Risaralda, Vichada y Chocó.

Una vista rápida más de cerca a Bogotá, por ejemplo, también muestra que las zonas más pobres y las más ricas tienen las conectividades más bajas. La zona del Mirador en Ciudad Bolívar y los conjuntos cerrados para millonarios en los cerros orientales tienen valores parecidos.

Las razones son distintas. En las zonas más pudientes los diseños quieren justamente separar a los residentes del resto de la ciudad por medio de rejas y entradas únicas, mientras que en las áreas más pobres puede ser debido a una falta de recursos y voluntad política para pavimentar calles y conectar barrios de invasión con el resto de la ciudad.

¿Por qué nos debe importar esto? Porque en Colombia hay cada vez más gente viviendo en ciudades y la forma en la que se construyen las calles va a afectar su calidad de vida. Tener una alta dispersión incurre en altos costos ambientales por la urbanización de áreas con importancia ecológica y estimula el uso de carros u otros medios que emiten mucho CO2. Por otro lado, tener ciudades más densas hace que se reduzcan los tiempos de desplazamiento y se pueda acceder a distintos servicios (tiendas, colegios, etc.) de manera más fácil.

Esta semana se hizo el Foro Urbano Mundial, donde los líderes del urbanismo se reúnen para discutir las políticas de planeación urbana que los gobiernos irían a implementar, y la pregunta queda abierta para las nuevas alcaldías y sus planes de desarrollo: ¿a cuál modelo de ciudad le apuestan: al conectado o al disperso?

La respuesta no es fácil, pero lo que decidan va a afectar el crecimiento urbano en nuestro país por los próximos cuatro años. Según un informe de Inrix, Bogotá es la ciudad del mundo que más horas de trancón tiene (una persona pasa 272 horas al año en uno), y seguir creciendo horizontalmente no va a cambiar eso para nada. Las demás ciudades del país no deberían seguir ese ejemplo y por eso hay que apostarle a tener calles conectadas, no dispersas.

@sebvillasanta

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