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Contestan Tola y Maruja

Tola y Maruja
07 de junio de 2015 - 02:00 a. m.

Ecuánimes matronas, un presidente, que no voy a decir el nombre pero tiene los ojos como Míster Magoo, me propuso ser Superministro.

 
Me pareció súper y acepté, pero tuve que renunciar superligero y ahora no sé si volver a ser el abogado de los supermagnates, buscar el puesto de superfiscal o seguir el camino de mi finado padre, que fue un superhumorista. ¿Qué me aconsejan? ¿El humor si da buenos contratos? ¿Un humorista tiene impedimentos éticos?
Atentamente,
Néstor Humberto (aunque ya me dicen Funestor).

 

Querido lentejo,
Por su letra vemos que usté perdió el pulso. Tola y yo hemos estado pendientes de su trayetoria política y lo almiramos porque nadie había encumbrao tanto la lagartería.

Colombia ha tenido lagartos de respeto, pero ninguno llegó a Superministro, un cargo que debemos conservar pa premiar la perseverancia de nuestros lagartos ilustres.

Antes de usté darle prestigio, la lagartería era mal vista porque estaba en manos de arribistas de origen humilde, como los Valencia Cossio. Enhorabuena familias distinguidas de lagartos, como los Galán, le han dado categoría.

La plebe cree que ser lagarto es mamey y se burlan de Roy, de Benedetti, de Juan Mesa, de María Emma... Nanay cucas: la lagartería es más digna que el lobby porque se ejerce a título personal y sin más armas que la lengua.

Su taita fue un gran humorista, distanciado de los poderosos, como debe ser, y aunque no le heredó esa decencia, por lo menos usté le sacó el sentido del humor, tal cual lo mostró con la famosa frase: Miente, ella dijo que yo lagartié a las 5 p.m. y lo hice fue a las 7. Con esto superó en gracia el corrido mejicano: ...de tres tiros que le dieron no más uno era de muerte.

No nos dice en cuál color político lo podemos ubicar en este momento porque usté ha sido samperista, pastranista, santista y últimamente uribista. Suponemos que aspirará a fiscal en representación del Polo.

En resumidas cuentas, querido anfibio, su presencia en el superministerio enalteció la figura del lagarto y abrió el camino pa que la lagartería se vuelva una especialización del Derecho.

Y lo dejamos porque debemos contestar otra carta de una mujer bogotana que nos consulta qué responderle al cantante J. Balvin, quien insinuó que las rolas no son bonitas.

Primero que todo, las habitantas de la capital debemos declarar a Balvin como el reguetón: No grato. Ese zumbambico no puede ir juzgando a todas solamente por haber visto a Tola de perfil. Además, como dice el dicho: no hay mujeres feas sino hombres sobrios.

La belleza de la mujer capitalina es muy diferente al resto de Colombia porque el frío nos obliga a chantarnos unos paños gruesos que no lucen ni en una mesa de billar. Y ningún trasero se horma con una falda de lana virgen con prenses.

En cambio, el clima les permite a la paisas, costeñas, caleñas y llaneras mostrar todo, dejando muy poquito a la imaginación de los tipos. Claro que nuestros maridos Ananías y Perucho alegan que el esfuerzo de imaginarnos les da migraña.

 

Tus tías que te quieren,
Tola y Maruja

Posdata: Si don José Blater Fifa fuera colombiano y cayera a la guandoca, sus votos los heredarían la mujer y los hijos.

 
 

 

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