Convergencia por Colombia

Dolly Montoya Castaño
09 de octubre de 2020 - 10:00 p. m.

Recientemente presentamos al país el Instituto de Liderazgo Público (ILP) de la Universidad Nacional de Colombia, que nace como una apuesta para el desarrollo y fortalecimiento de capacidades de liderazgo colectivo y transformador. Este liderazgo se construye cuando las comunidades se empoderan de su propio destino, mediante la gestión de su organización y de su cultura, mejorando su bienestar social y su beneficio económico a través de la creación, la ciencia, la tecnología y la innovación.

Para definir la ruta de acción del ILP convocamos al Foro Convergencia por Colombia, un escenario de diálogo propositivo que permitió el encuentro de líderes regionales y nacionales para la construcción colectiva de un propósito de país enmarcado en la convergencia de acciones e intereses. El Foro se desarrolló durante los últimos dos meses mediante 9 paneles de carácter regional y 6 más de carácter nacional, en los que participaron 6.049 líderes de distintas regiones del país. El resultado de este proceso de diálogo, además del compromiso de sus participantes, ha sido la formulación de este propósito común que identifica las necesidades de las regiones y las enmarca en un proyecto colectivo de nación.

La ruta de transformación de nuestro país trazada por la Misión Internacional de Sabios 2019 ha sido recuperada en el Foro de Convergencia cuyos acuerdos pueden ser resumidos en tres grandes objetivos: Colombia productiva y sostenible, Colombia equitativa y Gestión de la Paz.

La inequidad, uno de nuestros mayores problemas, se ha perpetuado, entre otras cosas, porque no contamos con un modelo productivo capaz de generar bienestar apropiando conocimiento, asegurando empleo formal, generando riqueza y distribuyéndola equitativamente en la población. La pandemia ha hecho aún más aguda la situación. La destrucción de empresas y empleos golpea con más fuerza a los más vulnerables. Cualquier estrategia de superación de la inequidad debe sustentarse en garantizar un modelo productivo, competitivo y sostenible. Alrededor de estos elementos giran los dos primeros objetivos propuestos por la Convergencia, los cuales se desarrollan mediante una serie de factores claves.

La educación es uno de estos factores. Fortalecer las capacidades de las comunidades para intervenir su realidad demanda formar el talento humano para ello. Esta formación debe ser integral; debe brindar a la persona actitudes ciudadanas y aptitudes cognitivas; debe ser una formación desarrollada de manera contextual, acorde a las necesidades de los territorios y en diálogo con las comunidades y sus saberes. La pandemia ha puesto de presente que la educación virtual puede contribuir significativamente a la ampliación e impacto del sistema educativo en todos sus niveles, desarrollando, por ejemplo, habilidades y competencias que sean pertinentes en diferentes regiones del país. Para esto será necesario, entre otras cosas, mejorar nuestras condiciones de conectividad y acceso a Internet.

La ciencia, la tecnología y la innovación son otro factor que resulta clave en esta ruta de transformación. No es posible superar las condiciones prexistentes si no se dispone de nuevo conocimiento. En las instituciones educativas debe promoverse la investigación del entorno como estrategia formativa; así iremos forjando una cultura de gestión del conocimiento. Si esta propuesta formativa se acompaña de inversión para la investigación, se construye en diálogo con las comunidades y con los sectores productivos, y si cuenta con el fomento y regulación del Estado, podríamos constituir un ecosistema fértil para el desarrollo de nuevo conocimiento, que se traduzca en innovaciones sociales y tecnológicas que generen riqueza, competitividad y bienestar.

La Convergencia por Colombia asume que las transformaciones propuestas solo pueden ocurrir, en el marco de un mundo global e interconectado, si nos situamos desde el lugar que nos permite nuestra ventaja comparativa fundamental que es la biodiversidad y la necesidad que tenemos de protegerla. La bioeconomía cumple el papel de eje articulador dentro de esta propuesta. Es un modelo de desarrollo socioeconómico y productivo que promueve la aplicación del conocimiento sobre nuestros recursos biológicos para generar productos nuevos de un alto valor agregado, que reduce la dependencia de los combustibles fósiles y que logra economías circulares de cero residuos.

La gestión de la paz es el tercer objetivo propuesto por la Convergencia. Parte de reconocer que solo pasando la página de la guerra podremos construir y consolidar los acuerdos necesarios para desarrollar esos propósitos comunes que reclaman las comunidades y regiones. Las terribles consecuencias que traen la violencia, la pobreza o la desigualdad no tienen color político. Buscar las soluciones a estos problemas desde el desarrollo de los territorios es el propósito de esta Convergencia que ha puesto en marcha la Universidad Nacional de Colombia con su nuevo Instituto de Liderazgo Público por el bienestar, la productividad, el medio ambiente y la paz.

@DollyMontoyaUN

* Rectora, Universidad Nacional de Colombia.

 

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