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Copa preocupante

Iván Mejía Álvarez
19 de febrero de 2008 - 02:15 p. m.

Al Chicó lo eliminaron en el repechaje. El Cúcuta no pudo ganarle a un famélico Santos y dejó ir los dos primeros puntos en la casa. Y Nacional , en medio de la tormenta de ser perdedor en los primeros lances caseros de la Copa Mustang, entra en escena el 27 enfrentando al Sao Paulo.

Las noticias no parecen alentadoras en la Copa Santander Libertadores del año 2008. Ya no quedan sino dos competidores y  sus momentos actuales en lo futbolístico  invitan al pesimismo.

Chicó perdió la batalla contra Audax Italiano a los 34 segundos del primer tiempo en Bogotá, cuando un ignoto zaguero africano que se levantó Pimentel por ahí, metió la bola en su propia red. Ese autogol marcó el rumbo de la eliminatoria y obligó a los de Tunja a remontar tres veces el resultado, desgastándose  en lo físico y lo emocional.

Chicó quedó lacerado con los tres goles que les hicieron los chilenos. Condenado a empatar o ganar, no podía jugar al margen matemático en el choque de vuelta, pues los goles visitantes eran apabullantes en su contra.

El cuadro boyacense puso fe, empeño y ganas pero eso no fue suficiente para clasificar. Atrás quedaron los problemas de vuelos, la mala planificación, el incumplimiento de una aerolínea de esas que vuelan por ahí, y una nómina larga y muy costosa, que al no tener torneo suramericano se antoja demasiado ruinosa. Cuidado, se puede estar cocinando una quiebra impresionante.

Al Cúcuta de Sarmiento le fue mal en su primera salida. Enfrentó uno de los peores  Santos que se hayan visto. El equipo dirigido por Leao, con muchos suplentes e improvisaciones, no mostró nada de nada y aun así se llevó el empate más por la falta de ataque y la tacañería de Sarmiento que por sus virtudes.

Sarmiento fue auténtico, estuvo en lo suyo, no modificó su conducta de técnico defensivo, temeroso, respetuoso de la táctica pero poco inteligente y audaz para planificar juegos agresivos. Nadie lo culpa por ser como es, así se le conoció en el fútbol y así morirá. Y a sabiendas de eso lo contrataron los del Cúcuta.

Lo que sucede es que el paladar del hincha cucuteño se habituó a un equipo ofensivo con Bernal, que ganaba en casa y daba buenos resultados y hasta ahora con Sarmiento ni se gana ni se dan espectáculos.

Cúcuta llegó a semifinales el año pasado haciendo respetar el General Santander, donde le ganó a Gremio, Nacional, Toluca, Boca Juniors y Cerro Porteño. Si no gana en su estadio no pasará a la siguiente ronda. Santos, Chivas y San José de Oruro completan el grupo. Cómo van a pesar esos dos puntos que se dejaron ir.

A Nacional en buenas condiciones se le podrían apostar las fichitas a que clasifica a la siguiente ronda. Pero los verdes no parecen pasar por un buen momento. No han encontrado un conductor tras la salida de Aldo Leao y arriba a Aristizábal, peleón, provocador y lo que se quiera, pero un buen jugador de fútbol y un líder dentro del campo, no se ha podido reemplazar.

Sao Paulo es el rival más duro del grupo. Sportivo Luqueño es  un tiro al aire y al Audax Italiano se le debe superar. Subiendo un poco su nivel, jugando a lo que sabe y encontrando la tranquilidad anímica, el Nacional debe pasar a la siguiente ronda de una Copa Santander Libertadores que hasta ahora no ha traído buenas noticias para los equipos colombianos.

¿Se cumplirá aquello que desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo?

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