Crisbell: ¡salva a Santander!

Catalina Uribe Rincón
19 de octubre de 2019 - 05:00 a. m.

Una de las estrellas del pasado congreso de Siggraph en Bogotá fue el santandereano Sebastián Villareal, cocreador del esperado videojuego CrisTales. El videojuego santandereano, que recibió cinco premios de los prestigiosos Game Connection Awards, ha sido una de las grandes sensaciones en innovación. Lo novedoso de CrisTales es su forma de jugar con el tiempo. La protagonista, llamada Crisbell, tiene el poder de ver el pasado, futuro y presente en simultáneo: los tres tiempos coexisten y su sidekick es una rana que puede saltar en el tiempo, permitiéndole al jugador afectar el pasado, el presente y el futuro.

El juego es creativo, novedoso y emocionante. No tendría nada en común con la política santandereana si no fuera porque tanto el departamento como su capital parecen estancados en un tiempo circular. A pocos días de las elecciones para la Alcaldía de Bucaramanga, las alternativas de liderazgo parecen indicar que la ciudad no refleja el mundo dinámico y enérgico de CrisTales, sino uno predecible, asfixiante y simplón. “La ciudad bonita” se bate entre candidatos tan poco ávidos como su eslogan: politiqueros tradicionales, empresarios “salvadores” y pastores de iglesia.

La desolación la ejemplifican los punteros. En primer lugar, está Claudia Lucero López, tía del gobernador Tavera, quien adquirió fama nacional por asegurar que tenía “más ovarios que sus contrincantes”. López cuenta con el apoyo del Mira, del Centro Democrático, del Partido Liberal y de la U, aunque niega ser la clientelista. De la misma línea es Fredy Anaya, el oscuro persistente, acusado de alianzas peligrosísimas y quien va ya para su tercera aspiración a la Alcaldía.

A los “antihéroes” se oponen los salvadores terrenales, los famosos empresarios. Como sucesor del actual alcalde Rodolfo Hernández está Juan Carlos Cárdenas, quien también se aprovecha de la retórica del administrador que pone “la casa en orden”. El lío de este leitmotif es que Bucaramanga está en orden. De cierta manera, siempre lo ha estado. Es una ciudad de hogares trabajadores y ahorradores. Lo que necesita es norte, inspiración y propósito. Bucaramanga necesita descubrir qué tipo de ciudad quiere ser y “bonita”, mis queridos bumangueses, no es un designio.

Pero el sentido que no encuentran en la tierra no lo busquen en cielo. Las crisis existenciales, y más las colectivas, son terreno fértil para los populismos religiosos. La misma ciudad creadora del exprocurador ultracatólico Alejandro Ordóñez nos tiene la versión joven y renovada: el pastor Jaime Andrés Beltrán. No ha quemado libros todavía, pero ya le dijo a la población LGBTI que en su ciudad, tan plana y aburrida como él, tantos colores no son bienvenidos.

Pero bueno, CrisTales es una prueba de que no todo está perdido. Crisbell es su heroína más visible, pero detrás de ella están cientos de jóvenes que, como sus creadores, han entendido que las famosas ingenierías de las que se enorgullecen los santandereanos necesitan de la filosofía, la literatura, la música y las artes para recargarse y potencializarse. Jóvenes que han entendido que el mundo es complejo y difícil como el videojuego, pero que el cambio es posible si se es suficientemente disciplinado, novedoso y osado. En otras palabras, jóvenes que están cansados de políticos salidos de los 90 en pleno nuevo milenio.

 

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