¿Cuál regulador único?

Juan Carlos Gómez
10 de febrero de 2020 - 02:00 a. m.

La semana pasada se publicó la foto de todos los miembros del “regulador único” del sector de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Ya está conformada por fin la nueva Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) con competencias en el sector de telecomunicaciones, servicios postales y contenidos audiovisuales.

Se tardaron demasiado, pues, la ley respectiva se promulgó hace más de seis meses; en el ínterin la entidad estuvo coja. Estas forzadas “vacaciones” dilataron la expedición de normas esenciales para la competencia y el bienestar de los usuarios. La regulación del sector TIC ya está suficientemente rezagada como para darse el lujo de congelar el statu quo.

En todo caso, lo del “regulador único” es una quimera. Para empezar la misma CRC tiene dos ramas, cada una de ellas tan disímil en su concepción que difícilmente podrán coordinarse para ejercer la cacareada regulación convergente: (i) Sesión de Comisión de Comunicaciones y (ii) Sesión de Contenidos Audiovisuales. Esta última ni siquiera tiene facultad para regular servicios como Netflix.

A pesar de lo que muchos advirtieron cuando se estaba tramitando en el Congreso de la República la ley 1978 de 2019, la reforma legal perpetuó las condiciones inequitativas de competencia que enfrenta la industria nacional de servicios audiovisuales y como, si fuera poco, le creó su propio censor. Eso podrá acabar siendo la tal Sesión de Contenidos, el summum del anacronismo; ajena a la realidad de las redes sociales, las OTT y la atomización de las audiencias.

Con todo y la última reforma legal de la CRC, existe el temor de que —tal como ha sucedido en los últimos diez años— esta entidad siga siendo un satélite del cada vez más poderoso Ministerio de las TIC. Ojalá que la CRC recuperara su independencia y el gran nivel técnico que tuvo alguna vez. Sin embargo, es tal la cantidad de industrias que están sujetas ahora a su regulación que la entidad puede acabar desbordada en medio del gigantismo.

La institucionalidad del sector TIC, el marco normativo y las políticas públicas tienen que alinearse para que el sector sea de veras un motor de desarrollo y bienestar. Estamos lejos.

@jcgomez_j

 

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