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¿CVY?

Hernán Peláez Restrepo
18 de agosto de 2015 - 02:26 a. m.

En un flagelo galopante como es la corrupción en Colombia, esa frase, el CVY, mantiene vigencia. Varios contratistas del Estado y funcionarios se acostumbraron al CVY: “¿Cómo voy yo ahí?”.

Por eso, en el caso del fútbol colombiano, también por parte de los más de 30 equipos profesionales comienza a tomar fuerza ese afán de repartir la torta que se supone ofrece la televisión, de una forma más equitativa.

Win, que viene ofreciendo los juegos del campeonato, le dejan uno a RCN Televisión, no requiere hacer más inversiones, porque lo único que aumentó fue el número de usuarios. Por supuesto que los ingresos sí aumentan para Win, porque los cableoperadores deben abonar mensualmente por cada uno de quienes disfrutan de sus servicios.

Lo que no queda claro es cómo es el pago a la Dimayor, porque esta entidad hizo un contrato a largo plazo, sin que el televidente y nosotros tengamos bien claro cuáles fueron las condiciones del convenio. ¿Plata fija, independientemente del número de nuevos consumidores de TV? ¿El contrato contiene cláusulas de reajuste? Por esta y otras razones los equipos quieren saber con cuánto más contarán de recursos. Los dirigentes del fútbol consideran una bonanza próxima a sus intereses. Por eso en una asamblea de Dimayor, ojalá queden claros y precisos todos los puntos.

Los partidos del viernes a las 8:00 p.m. y los del domingo tan tarde en la noche son cuestionados. Por qué no jugar partidos simultáneos, asunto que se puede. En Directv existen el 633, 1633 y 643, donde se pueden organizar dos partidos, para ayudar a que la fecha se pueda ver entre sábado y domingo. Por supuesto, es un punto de discusión menor. Lo importante es que los dueños o socios de los equipos quieren saber cómo es el CVY.

La Dimayor nada en la plata, con los derechos de TV, las multas y lo poco que paga a los árbitros, algunos de los cuales quieren convertirse en ediles municipales. Ahí pueden ganar seguramente mucho más. Es hora de organizar bien el campeonato. Ramón Jesurum no puede salir olímpicamente a decir que no puede presionar o exigir a quienes prestan los escenarios, a que los presenten en mejores condiciones de gramilla y baterías sanitarias. Total, a todos se les paga por arriendo y es una forma de ir mejorando detalles. La Dimayor no debe ser una casa de recibir y no dar.

 

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