Cybersyn 2.0

Oscar Guardiola-Rivera
22 de agosto de 2018 - 03:00 a. m.

A la pregunta sobre el posible beneficio las medidas político económicas que entraron en efecto esta semana en Venezuela, los opinadores del New York Times o Monocle respondieron sin pausa para el juicio más razonado con un rotundo “no”.

Para ellos, como para la tradición mas conservadora, lo posible no existe. “Borrar ceros no tendrá efecto alguno”, dijo uno. “Lo único que podría dar resultado es dejar de imprimir billetes sin base alguna, y la propuesta del gobierno socialista de Maduro es precisamente esa, emitir sin base firme alguna, lo que causa inflación”, dijo otro “experto” apelando a la opinión corriente en economía como un dogma, cuyo correlato sería una realidad de suyo incambiable.

A todo esto, ¿cuál es la propuesta? El gobierno venezolano puso en circulación una nueva moneda como parte del llamado “Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica” que incluye una reforma fiscal, políticas nuevas de subsidio de la gasolina, el incremento de los salarios de los trabajadores (¡Anatema! Exclaman los expertos), el aumento de cuatro puntos porcentuales en el impuesto al valor agregado, y una taza de cambio simplificada para contener el imbalance especulativo causado por sus propias y equivocadas medidas del pasado, el conflicto político interno que enfrenta a la inflexible oposición mayoritariamente de derechas (para lo cual lo único que importa es producir un cambio de régimen, por cualquier medio), y un conflicto geopolítico de mediana intensidad, por ahora, que enfrenta a la administración Trump de los Estados Unidos y aliados suyos en la region con tan excelso prontuario de derechos humanos como Chile, Argentina, Colombia y el Brasil de los golpistas fascistoides que acaban de ser condenados en un fallo del comité de DDHH de las Naciones Unidas.

La nueva moneda estará anclada en el Petro, con base en las reservas petrolíferas del país. Se trata de un “token” ERC-20 nativo de la tecnología “Blockchain” Ethereum. Es como la internet, que guarda datos y permite intercambios informativos en tiempo real, con la diferencia de que se trata de una tecnología descentralizada, lo que significa que ningún gobierno o banco mediador podría intervenirla. El Petro podría ser un modelo para otros países como China, Irán o Rusia que buscan escapar de las sanciones políticamente motivadas del gobierno estadounidense que monopoliza las labores de política financiera global o reducir su dependencia del dominio global del dólar.

Lo único que puede decirse, con razón, acerca de si funcionará es que es demasiado temprano para predecir que no lo hará, que ello depende en buena medida de la confianza y la resiliencia de los venezolanos ellos mismos, y que el precedente histórico mas cercano, el Proyecto Cybersyn del Chile de Allende en los setentas muestra que puede tener éxito. Fue por ello que los opositores del socialismo de entonces, que son mas o menos lo mismos de hoy , escalaron la violencia de manera trágica.

La lección es que ninguna institución moderna es eterna, y el dólar no lo es tampoco. Lo posible existe. Estamos viendo atisbos del futuro.

 

 

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